Francisco Valdés Ugalde
El Universal
Domingo 20 de septiembre de 2009
Decía el finado (y finísimo) profesor Manuel Rodríguez Lapuente que no se había hecho marxista para vivir como los pobres, sino para que los pobres vivieran como él. Le escuché esta frase en los años 70 en su casa, la Universidad de Guadalajara. Para su regocijo, el escándalo no se hacía esperar, los estudiantes pobretólogos se apuntaban rápidamente entre los agraviados que consideraban un insulto semejante afirmación.
Abundaban entonces las mistificaciones de Marx y del marxismo, entre las que sobresalían las hipérboles de la teoría de la enajenación del ilustre renano. En dicha teoría se afirma que la conciencia de la gente se invierte en el capitalismo merced al “fetichismo de la mercancía”, y que sólo podría enderezarse mediante la teoría “verdadera” del marxismo y la lucha revolucionaria del proletariado. Únicamente de este lado se podía ver la luz; en cualquier otro habría ceguera o densas cataratas.
Ignoramos si Andrés Manuel López Obrador se haya compenetrado en esas profundidades, pero lo cierto es que promueve entre sus seguidores una versión vulgar según la cual la mayoría de los medios de comunicación están al servicio de una “mafia” y engañan constantemente a la población, especialmente en lo tocante a “los propósitos reales y sinceros de nuestro movimiento” (el del gobierno legítimo). De ahí que haya hecho un llamado para que él y los suyos “liberemos con argumentos a los sometidos y a los engañados por los medios de comunicación” (discurso del presidente legítimo de México en el aniversario de la Independencia).
Opinión completa:
http://www.elmundodeorizaba.com/index.php?command=show_news&news_id=120864
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