Por Alfredo Sánchez
Grupo Milenio
Ayer, en el suplemento dominical que aparece en el periódico Público en Guadalajara con el nombre de Visor –y en Milenio, el DF, como Laberinto-, se habló de la crítica de arte en México y la mala situación por la que atraviesa. Sylvia Navarrete, abordando la situación de las artes visuales, mencionó como factor principal el desmantelamiento del periodismo cultural; ello puede extenderse también a otros ámbitos, según se desprende de lo escrito por los demás comentaristas, quienes se refieren con desánimo a la misma situación en sus áreas respectivas: Fernando de Ita en teatro, Gustavo García en cine, Evodio Escalante en literatura. Lo paradójico del asunto es que el mismo suplemento se publicó ayer sin la parte que usualmente se hacía aquí en Guadalajara. Así que si los comentaristas de Laberinto se quejan desde su visión central, podemos imaginarnos el panorama en los Estados. La propia Navarrete hace un recuento de los suplementos culturales desaparecidos de los diarios nacionales en los años recientes a lo que podemos sumar los que en Guadalajara se han ido también.
Son muchos los factores que han desencadenado esta situación y, por supuesto, la crisis económica es uno de ellos, no menor, por cierto. La crisis de los medios, tan cantada, ya llegó, y a la cultura le pega de manera especial e inclemente. En Guadalajara somos testigos: el diario El Informador redujo el suplemento cultural llamado Tapatío, Mural ha cancelado algunas colaboraciones en cultura, y en Público vemos ahora una reestructuración que, entre otras cosas, recorta el suplemento Visor y la planta de reporteros culturales. La cantaleta respecto de que en cultura es donde siempre se recorta primero, ya la hemos escuchado –y emitido- muchas veces, pero no pierde su vigencia. Inquieta que se siga viendo como un tema menor, de escasa trascendencia y de poco impacto.
Pero se presentan otras paradojas: este fin de semana en la encuesta que publicó el suplemento Ocio, los lectores mencionan a Radio Universidad como emisora preferida; citan a Luvina y Replicante como las revistas predilectas y me mencionan a mi –disculpen la inmodestia- como el segundo locutor favorito de la radio local, y con ello hacen un tácito reconocimiento a Señales de Humo, la revista cultural que hago en las mañanas con la complicidad de Cecilia Fernández y todos los colaboradores que suelen aparecer ahí. Más allá de la relatividad de una encuesta como esa ¿no significará que hay un interés por la cultura que acaso no se ha sabido capitalizar adecuadamente?
Seguramente estamos ante la inminente transformación de la producción y el consumo de la información y muchos medios y periodistas tendrán que reinventarse. Son tiempos duros que invitan a la reflexión, al cambio de estrategias y, ¿por qué no? a reconsiderar al periodismo cultural con las posibilidades que podría tener.
Vistia el blog de Alfredo Sánchez www.sanchezalfredo.blogspot.com
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