Tema: Libertad de Expresión
Subtema: Agresiones contra periodistas o medios
Contradice Trump a CIA sobre saudí
Reforma
Agencias
23 de noviembre de 2018
Informativo
Un informe de la Oficina Central de Inteligencia estadounidense no es suficiente para convencer a Donald Trump sobre el caso de Jamal Khashoggi.
El Presidente afirmó que el asesinato del periodista en el consulado saudí de Estambul es una atrocidad, aunque dijo que no hay pruebas contundentes de que el Príncipe Heredero, Mohamed bin Salman, ordenara la muerte del crítico con el reino.
Esto, después de que la CIA publicara un informe en el que aportó pruebas de la posible responsabilidad del heredero al trono saudí.
“No llegaron a una conclusión. Sólo tienen presentimientos”, señaló el Mandatario.
“Se puede concluir tanto que sí como que no lo hizo. De todas formas, él lo niega con vehemencia”.
Respecto a Bin Salman, Trump añadió que el Príncipe lamenta la muerte del periodista más que él y afirmó que el responsable del asesinato es la crueldad que existe en el mundo.
El Presidente destacó que Arabia Saudí es un fuerte aliado de Estados Unidos y rechazó, por el momento, imponer más sanciones a Arabia Saudí por el asesinato de Khashoggi.
“¿La gente realmente quiere que renuncie a cientos de miles de empleos? Francamente, si cumpliéramos con este estándar, no podríamos tener a nadie como un aliado”.
A pesar de que el Gobierno impuso castigos a 17 funcionarios saudíes, políticos tanto demócratas como republicanos pidieron más acciones tras la publicación del informe de la CIA.
“Cuando perdemos nuestra voz moral, perdemos nuestro activo más fuerte”, señaló el senador republicano Lindsey Graham.
Asimismo, otros críticos del Ejecutivo y funcionarios de otros países acusaron a Trump de ignorar los derechos humanos y dejar pasar a Arabia Saudí por motivos económicos, incluida su influencia en el mercado petrolero mundial.
“Hemos sancionado a 17 personas, algunas de muy alta jerarquía en el gobierno saudí. Nos aseguraremos de que Estados Unidos siempre defienda los derechos humanos”, replicó el Secretario de Estado, Mike Pompeo.
El informe de la CIA cerró todavía más el cerco sobre al Príncipe saudí e indicó que es altamente improbable que el asesinato se hubiera planeado sin el beneplácito de Bin Salman
Sin embargo, los analistas de la agencia estadounidense añadieron que el heredero tiene un poder desmedido en su país y que, por el momento, no parece estar en peligro de perder su puesto a pesar del escándalo del periodista saudí.
[hr]
Tema: Libertad de Expresión
Subtema: Agresiones contra periodistas o medios
Contradice Trump a CIA sobre saudí
Mural
Agencias
23 de noviembre de 2018
Informativo
Un informe de la Oficina Central de Inteligencia estadounidense no es suficiente para convencer a Donald Trump sobre el caso de Jamal Khashoggi.
El Presidente afirmó que el asesinato del periodista en el consulado saudí de Estambul es una atrocidad, aunque dijo que no hay pruebas contundentes de que el Príncipe Heredero, Mohamed bin Salman, ordenara la muerte del crítico con el reino.
Esto, después de que la CIA publicara un informe en el que aportó pruebas de la posible responsabilidad del heredero al trono saudí.
“No llegaron a una conclusión. Sólo tienen presentimientos”, señaló el Mandatario.
“Se puede concluir tanto que sí como que no lo hizo. De todas formas, él lo niega con vehemencia”.
Respecto a Bin Salman, Trump añadió que el Príncipe lamenta la muerte del periodista más que él y afirmó que el responsable del asesinato es la crueldad que existe en el mundo.
El Presidente destacó que Arabia Saudí es un fuerte aliado de Estados Unidos y rechazó, por el momento, imponer más sanciones a Arabia Saudí por el asesinato de Khashoggi.
“¿La gente realmente quiere que renuncie a cientos de miles de empleos? Francamente, si cumpliéramos con este estándar, no podríamos tener a nadie como un aliado”.
A pesar de que el Gobierno impuso castigos a 17 funcionarios saudíes, políticos tanto demócratas como republicanos pidieron más acciones tras la publicación del informe de la CIA.
“Cuando perdemos nuestra voz moral, perdemos nuestro activo más fuerte”, señaló el senador republicano Lindsey Graham.
Asimismo, otros críticos del Ejecutivo y funcionarios de otros países acusaron a Trump de ignorar los derechos humanos y dejar pasar a Arabia Saudí por motivos económicos, incluida su influencia en el mercado petrolero mundial.
“Hemos sancionado a 17 personas, algunas de muy alta jerarquía en el gobierno saudí. Nos aseguraremos de que Estados Unidos siempre defienda los derechos humanos”, replicó el Secretario de Estado, Mike Pompeo.
El informe de la CIA cerró todavía más el cerco sobre al Príncipe saudí e indicó que es altamente improbable que el asesinato se hubiera planeado sin el beneplácito de Bin Salman
Sin embargo, los analistas de la agencia estadounidense añadieron que el heredero tiene un poder desmedido en su país y que, por el momento, no parece estar en peligro de perder su puesto a pesar del escándalo del periodista saudí.
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Balean a periodista en Veracruz
La Jornada
Eirinet Gómez
23 de noviembre de 2018
Informativo
Xalapa, Ver. Esta noche fue baleado el periodista Rodrigo Acuña Morales, de 40 años, en el municipio de Tepetzintla, ubicado al norte de Veracruz.
De acuerdo con los primeros reportes, el comunicador fue agredido de dos impactos de arma de fuego, a las afueras de su domicilio.
El periodista y director de El diario Tepetzintla fue trasladado de inmediato al hospital civil de Cerro Azul, Veracruz, a las 20:20 horas, para posteriormente ser reubicado a la ciudad de Tuxpan Veracruz, donde será canalizado a la policlínica de la ciudad.
No se informó si hay detenidos.
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Acusa Turquía pasividad de Trump ante caso Khashoggi
La Jornada
DPA
23 de noviembre de 2018
Informativo
Estambul. Turquía acusó hoy al presidente de Estados Unidos de hacer la vista gorda ante el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul el pasado 2 de octubre.
“En realidad, Trump ha dicho: ‘hago la vista gorda, pase lo que pase”, dijo el ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, a la emisora CNN Türk. “Este asesinato no fue una casualidad. Todo estaba planeado”, subrayó Cavusoglu.
El martes, Trump se había colocado del lado de Arabia Saudita en la polémica sobre quién mandó asesinar al periodista, muy crítico con el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salman.
“Estados Unidos pretende seguir siendo un férreo aliado de Arabia Saudita para asegurar los intereses de nuestro país, de Israel y de todos los otros aliados en la región”, recalcó Trump.
Además, el presidente negó el jueves que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) hubiese reunido pruebas fehacientes de la supuesta implicación del príncipe heredero saudita en el asesinato de Khashoggi.
El periódico turco Hürriyet había informado el jueves que la CIA tiene en su poder grabaciones de una conversación telefónica en la que el príncipe Mohamed bin Salman ordenó “hacer callar” lo antes posible al periodista.
Sin embargo, el ministro del Exterior turco aseguró hoy que Estados Unidos no ha compartido con Turquía “ninguna información sobre si tiene una grabación de audio o no”.
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Trump y el caso del periodista saudí Khashoggi
EL UNIVERSAL
Mauricio Meschoulam
24 de noviembre de 2018
Informativo
“America First!”. Estados Unidos primero. Luego los demás. Y luego, lo demás. Esto dene
una de las mayores líneas de acción política de Trump y uno de los pilares discursivos que
mejor conectan con su base. Es sobre esta concepción que el presidente ha elegido
desconocer los hallazgos de la CIA que inculpan de manera directa al príncipe heredero
saudí, Mohammed Bin Salman, por el asesinato del periodista Khashoggi en el consulado
de Riad en Estambul y privilegiar, en cambio, sus buenas relaciones con Arabia Saudita.
Contra esta idea, hoy parece estar brincando toda clase de actores en Estados Unidos,
incluidos varios legisladores republicanos que forman parte del grupo que más le apoya.
Sin embargo, dejemos de lado a Trump y su “America First” por un momento. En su libro
“¿Qué es populismo?” Jan-Werner Müller dice: “El populismo, según Arditi, se asemeja a
un invitado borracho en una cena: no respeta los modales en la mesa, es grosero, incluso
podría comenzar a coquetear con las esposas de otros invitados. Pero también podría
estar escupiendo la verdad sobre una democracia liberal que se ha olvidado de sus
ideales fundacionales […]”. Así que hoy vale la pena preguntarnos: ¿Son realmente las
consideraciones morales las que mueven la política exterior de una superpotencia?
¿Washington, hasta antes de Trump, basaba sus decisiones en los ideales democráticoliberales?
Y entonces, ¿qué es lo que hay detrás del caso Khashoggi y por qué su historia
parece tener otro impacto que el de muchas otras historias de periodistas y no periodistas
cuyos derechos humanos han sido vulnerados o quienes también han pagado con su vida
por expresarse contra gobiernos aliados de EU?
En efecto, el presidente quiso traducir la idea de “America First” en cuanto al caso
Khashoggi más o menos de la siguiente forma: nuestro verdadero enemigo no es Arabia
Saudita, sino Irán. Por el contrario, los saudíes nos ayudan a combatir al terrorismo y a los
intereses de Teherán en la región. No solo eso, los saudíes son aliados económicos que
nos brindan inversión, ganancias, y empleos, además de otros resultados palpables.
Sobre los bombardeos saudíes en Yemen, pues sí, el mundo es un mundo peligroso. Y en
cuanto a Khashoggi, “nunca en realidad sabremos qué pasó”. Así que, ¿por qué golpear
una alianza que brinda tantos réditos a Estados Unidos? No. Primero estamos nosotros y
los benecios
reales y tangibles que nuestras relaciones internacionales produzcan. Todo
lo demás pierde interés y relevancia. Así, en solo unos minutos, el presidente denió
la naturaleza transaccional de su visión acerca de los vínculos de Washington con los otros
países del mundo.
Sin embargo, como dije, mucho más allá de Trump, es indispensable considerar que la
mayoría de los estados y en especial las potencias, toman sus decisiones no a partir de
principios morales o a partir del respeto a los derechos humanos. Somos los ciudadanos,
las organizaciones, las sociedades civiles, la academia y los medios de comunicación
quienes durante décadas hemos empujado medidas para intentar regular, limitar y
contener la acción de los estados en esa materia. Es decir, tanto a lo largo de la historia
como en la actualidad, podemos observar alianzas políticas muy cercanas, así como
transacciones económicas y comerciales de las llamadas democracias liberales con todo
tipo de regímenes, varios de los más autoritarios o señalados fuertemente por sus
antecedentes de violaciones a derechos humanos.
Considere usted este ejemplo: hace unos meses, mucho antes de que el caso Khashoggi
ocupara la agenda, un país como Canadá se atrevió a denunciar abiertamente a Arabia
Saudita por su lamentable historial en materia de derechos humanos y por su trato a la
disidencia. El reino saudí respondió con todo su peso. De inmediato expulsó al embajador
canadiense y canceló contratos comerciales y de inversión con Canadá. Ottawa buscó
respaldo en sus aliados occidentales, pero se encontró completamente aislada. No solo
Washington, sino otros países como Reino Unido, Francia, Alemania o Italia tienen
acuerdos de venta de armamento con Riad que valen millones y que nadie quiso poner en
riesgo. ¿Dónde estaban las voces de republicanos como las de Lindsey Graham o Rand
Paul quienes hoy se dicen absolutamente consternados por la conducta saudí y por el
cobijo que Trump brinda a Bin Salman? ¿Por qué cuando la Casa Blanca respondió que el
conicto entre Canadá y Arabia Saudita no era de su competencia no hubo presión hacia onicto
entre Canadá y Arabia Saudita no era de su competencia no hubo presión hacia
Trump en el Congreso? Es más, vayamos hacia atrás: ¿por qué un presidente
completamente distinto a Trump como Obama terminó mirando hacia el otro lado cuando
en 2011 el rey de Bahréin reprimió brutalmente a su población durante la Primavera
Árabe? ¿Por qué no hubo sanciones contra Bahréin o contra Arabia Saudita, su mayor
sostén? ¿No será quizás porque justo en Bahréin, Estados Unidos tiene estacionada a su
Quinta Flota, la cual vigila el sitio por donde transita el 20% del petróleo del planeta y
porque no es conveniente para nadie la inestabilidad en esa parte del mundo? ¿En qué se
diferencia, entonces, el caso Khashoggi?
Una hipótesis, quizás la más evidente, tiene que ver con la visibilidad que el caso adquiere,
visibilidad que es potenciada gracias a un inteligente manejo de la comunicación por
parte de Turquía quien se ha encargado de ir dosicando
las ltraciones de manera que el tema se mantenga con vida en los medios ya durante siete semanas.
Esta visibilidad consigue, como lo explica Max Fisher en el New York Times, contar una historia, una que no es la única existente, pero que es muy poderosa, y que se convierte en un drama con
un protagonista y un antagonista con sus cómplices, lo que termina volviéndose un relato
que es mediáticamente muy atractivo, que conmueve a una opinión pública que apenas
ahora demanda castigo y que recién ahora empieza medio a echar un vistazo a lo que
ocurre en Yemen con los bombardeos saudíes, con el hambre y las masacres de civiles, o
bien, con otras violaciones a derechos humanos como la libertad de prensa y de
expresión en el reino saudí. En otras palabras, se puede entender perfectamente el por
qué los políticos republicanos hoy con el caso Khashoggi estén saltando como no lo han
hecho bajo otras circunstancias.
Pero se puede también entender por qué el establishment en Washington hará todo
cuanto pueda por conservar su alianza con Arabia Saudita lo menos dañada posible. En
juego están no solamente los contratos de armas, los precios del petróleo o la ecacia
de las sanciones contra Irán, sino el mismo pilar de su política para Medio Oriente y Asia
Central. Estos son factores que los saudíes entienden bien. Quizás eso es en parte lo que
hizo sentir a Bin Salman lo sucientemente intocable como para haber ordenado tan
atrevidamente el asesinato de un periodista en un vigilado consulado ubicado
precisamente en Turquía, un país al que apenas hace unos meses llamó miembro del
“Triángulo del Mal”. Tan fuerte, inmune y protegida se siente Arabia Saudita que el rey
Salman no duda en expresar abiertamente todo su respaldo a su hijo Bin Salman, respaldo
que hasta ahora ha cerrado cualquier vía para sustituir al príncipe heredero y que orilla a la
Casa Blanca a elegir entre enfrentar directamente al monarca y poner en riesgo su alianza
estratégica con Riad, o darle la vuelta como lo hace Trump, declarando que la CIA solo se
basa en “corazonadas”.
En suma, dada la agrancia del muy especíco caso en cuestión, quizás podríamos aventurarnos a decir que algún otro presidente estadounidense podría haber respondido distinto a Trump ante esta crisis. Pero esa hipótesis se mantiene solo en el campo especulativo. Lo que sí sabemos tras un examen de incontables datos y hechos de la historia y del presente, es que tanto Estados Unidos como muchas otras potencias toman sus decisiones a partir de lo que ellas entienden como sus intereses y sus agendas, no a partir de consideraciones morales o la preocupación por el respeto a derechos humanos como la libertad de expresión. Lo que tiene Trump es el descaro de reconocerlo sin la menor vergüenza. Pero no nos equivoquemos: no está solo.
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