Televisa-Iusacell: amigos enemigos
Cambio de frecuencia
Fernando Mejía Barquera
Las dos principales noticias dentro del campo de las telecomunicaciones, en lo que va de la semana, no son realidades o hechos consumados, sino proyectos, posibilidades. Sin embargo, ambas ganaron amplios espacios mediáticos.
Sociedad 4G
El martes, Televisa “aceptó” como cierta una información que había trascendido a principios de año pero la empresa no había confirmado: ha establecido negociaciones con Iusacell, la telefónica fundada por la familia Peralta y luego adquirida por Ricardo Salinas Pliego, para comprar un paquete accionario que le permitiría ingresar al negocio de la telefonía móvil. Según el boletín emitido por Televisa, ambas empresas están “en conversaciones para explorar la posibilidad de participar en una asociación”, pero ésta “no se ha concretado” ni hay “garantía de que se llegue a un acuerdo, ni los tiempos o las condiciones de tal acuerdo, en caso de llegarse a concretar”. A pesar de ello, la noticia empezó a generar opiniones sobre los efectos que esa alianza tendría en el ámbito de las telecomunicaciones.
Televisa se estaría asociando con la única telefónica que a la fecha maneja en México una red con tecnología 4G. Con ello estaría en posibilidad de ofrecer telefonía fija y móvil, televisión e internet, mediante el concurso de diferentes filiales, principalmente Cablevisión. Lo paradoja es que, de concretarse la asociación, Televisa establecería alianza con una empresa que combatió duramente la licitación 21 con la que el consorcio de Emilio Azcárraga Jean trató hace unos meses de ingresar al negocio de la telefonía móvil. Iusacell, como se recuerda, interpuso diversos recursos legales contra el resultado de la finalmente frustrada licitación, que otorgaba espectro a la alianza Televisa-Nextel, y desarrolló una intensa campaña de propaganda contra la que ahora podría ser su socia.
¿Sueño imposible?
La otra noticia que generó atención fue el anuncio hecho por MVS de que “podría” poner en marcha un ambicioso proyecto para ofrecer internet inalámbrico en banda ancha con la tecnología LTE (Long Term Evolution) en sociedad con las empresas Alestra, Clearwire e Intel.
Lo curioso del caso es que lo anunciado no fue un proyecto ya consolidado, con fechas de inicio, tarifas, cobertura, etcétera, sino una posibilidad que no puede concretarse de manera inmediata porque, como todos sabemos y MVS se encargó de recordar, la empresa de la familia Vargas mantiene un diferendo legal con el gobierno de la República por el uso de 190 megahertz, en la banda de 2.5 gigahertz, que es donde el servicio anunciado se proporcionaría.
La oferta del nuevo servicio suena maravillosa: “Conexión móvil hasta 20 veces más rápida, posibilidad de bajar cuatro canciones MP3 en un segundo, ver en tiempo real, video en Alta Definición en línea; transmisiones de televisión en vivo, en tiempo real en cualquier dispositivo móvil; descargar una película de 700 Mb en 90 segundos; videoconferencias del televisor de casa a dispositivos móviles; videojuegos en línea sin retardos ni cortes; subir imágenes desde una cámara o celular en medio segundo; acceso a información de cualquier tema, en cualquier momento desde cualquier lugar”.
Propaganda hi tec
Tal oferta haría, seguramente, que muchas personas quisieran contratar el servicio de inmediato. Sin embargo, no es posible todavía. La razón es que el segmento de la banda 2.5 ghz donde se prestaría el servicio está en litigio. El gobierno quiere “recuperarlo”, mientras que MVS reclama su derecho a la renovación. La empresa de los señores Vargas ha indicado que cumplió en tiempo y forma con los requisitos para el refrendo.
El anuncio de MVS parece, por lo tanto, una estrategia propagandística para “presionar” al gobierno y exhibirlo ante la opinión pública como obstáculo para el desarrollo tecnológico y la inversión. Y también para que renueve las concesiones. Lo que MVS parece indicarle al gobierno es: “Nosotros tenemos los recursos, mil millones de dólares, los socios, la tecnología de punta, pero no podemos dar este servicio, que constituiría una beneficio para los consumidores mexicanos, porque el gobierno carece de una política de telecomunicaciones que impulse la inversión y el desarrollo tecnológico”.
A ver qué responden el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome, y el presidente de la Cofetel, Mony de Swaan.
MICROONDA 1: Canal 11
A diferencia del cambio en la dirección del Canal 22, que causó polémica por el perfil político de su nueva titular, Irma Pía González Luna, la designación de Rafael Lugo Sánchez como director del Canal 11 mereció únicamente la consignación de la noticia, pero ningún comentario. Seguramente se debe al perfil de Lugo, en cuyo currículo no aparecen cargos políticos, solamente trabajos desempeñados en empresas de medios como Radio Fórmula, MVS, Organización Radio Centro y el propio Canal 11, donde antes de ser nombrado director general se desempeñó, desde 2004, como director de Noticiarios.
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