22 de octubre – Reforma

Por: Sergio Sarmiento

“La tecnología es como el pescado. Entre más tiempo permanece en el anaquel, menos deseable se vuelve”.

Andrew Heller

La ministra de la Corte Olga Sánchez Cordero decidió admitir la controversia constitucional del Congreso y suspender la aplicación del decreto presidencial del 2 de septiembre que adelanta la transición a la televisión digital del 2021 al 2015.

Algunos han celebrado la decisión. Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del PRI, festejó este triunfo parcial del Congreso ante el Presidente y dijo: “Deben ser las leyes y no los decretos efímeros los que den certidumbre al sector… Hay que poner orden y que se respeten las facultades del órgano regulador”.

En cambio Purificación Carpinteyro, la ex subsecretaria de Comunicaciones, advirtió que la decisión sólo ayuda al duopolio, a Televisa y TV Azteca (aclaración de interés: yo colaboro con TV Azteca). “El hecho de que alguien se pueda oponer a este decreto, en realidad a lo que se está oponiendo es a la posibilidad de que exista competencia en la televisión”.

Para el diputado del PRI Alfonso Navarrete Prida, uno de los promotores de la controversia, “No estamos hablando de las bondades de la transición analógica a la digital; estamos hablando de violaciones a órganos que les dimos autonomía”.

Pero, ¿realmente es autónoma la Cofetel? Lo curioso del caso es que tanto el nuevo presidente de la Cofetel, Mony de Swaan, como el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, se han cansado de decirnos que la Cofetel es un órgano desconcentrado de la SCT y que el secretario de Comunicaciones es su superior jerárquico.

Vamos a suponer que la ministra Sánchez Cordero y el pleno de la Suprema Corte deciden al final que el Presidente no puede emitir un decreto que adelante la transición digital. ¿No podrá entonces el Presidente simplemente ordenarle al secretario de Comunicaciones que ordene a la Cofetel que adelante la transición?

Al contrario de los intereses de las televisoras y de algunos políticos, creo que tiene sentido adelantar la transición a la televisión digital. ¿Quién se va a beneficiar? Los televidentes. La digitalización no sólo permite una mejor definición en las transmisiones de televisión, sino que hace posible la multiplicación de canales. Con esta tecnología pueden transmitirse programas en canales, como el 3, el 6, el 8, el 10, el 12 y muchos más, en los que la tecnología analógica genera interferencias con los ya existentes. Además multiplica el número de canales que pueden transmitirse en un mismo ancho de banda. Ya lo demostró TV Azteca con HiTV, un servicio que permitía al usuario recibir un número mayor de canales con mejor calidad, al que paradójicamente se ha opuesto la SCT.

En éste, como en otros temas importantes de nuestro país, los intereses en juego son políticos. Los políticos priistas, como Manlio Fabio Beltrones y Alfonso Navarrete Prida, se oponen a que el gobierno panista adelante la transición al parecer porque sienten que esto podría darle popularidad al PAN. Me imagino que tendrán el apoyo en esto de las televisoras, que lógicamente habían hecho sus planes de negocio para que hubiera una competencia limitada por lo menos hasta el 2021.

Para los consumidores, sin embargo, lo mejor es tener una transición tan rápida como sea posible. Ya muchos países la han hecho: Luxemburgo y los Países Bajos en 2006, Estados Unidos en 2009, España en 2010. Adelantar en México la transición del 2021 al 2015 no me parece un exceso.

Mexicana

Los sindicatos de Mexicana de Aviación quieren que el gobierno rescate nuevamente a la aerolínea. Esta medida no implicaría únicamente un subsidio multimillonario a una indus- tria cuyos servicios sólo usa el 5 por ciento más rico de la población, sino que constituiría una competencia desleal para las empresas que están resultando exitosas, como Interjet y Volaris. Más aún, reiniciaría el círculo vicioso que ha hecho que las aerolíneas sean perennes destructoras de valor.