5 de octubre – Mural
Una ventana de tiempo requirió para su paso la célebre “ganga” que representó la licitación 21 para Nextel, dirigida por Peter Foyo, y Televisa, de Emilio Azcárraga. ¿Cómo fue abierta esa ventana?
Para hilar la historia, anote a Miguel Ángel Robles, Juez 29 Civil del DF, quien increíblemente asumió competencia sobre una disputa claramente federal de telecomunicaciones. Robles otorgó una “medida precautoria” para frenar la entrega de títulos, como parte de un juicio ¡ordinario mercantil! promovido por Portatel del Sureste, vinculada al Grupo Salinas.
Es decir, una empresa tratando a la autoridad ¡como si fuese socio en un contrato!
Ésta fue sólo una de decenas de demandas presentadas por las huestes de Ricardo Salinas Pliego para detener la concesión que recibieron Azcárraga y compañía.
De cualquier modo, los muchachos de Juan Molinar, de la SCT, no podían violar esta orden, so pena de pagar castigos legales. Pero el viernes entró en acción el Juez Quinto de Distrito en Materia Civil, Alejandro Dzib.
Él concedió al dueto de Nextel y Televisa una suspensión contra la “medida precautoria”. Sólo debían pagar una garantía de 2.7 millones de pesos. Con eso abrieron la ventanita para la entrega de títulos.
Para la anécdota: esa ventana estuvo a punto de cerrarse.
¿Por qué? Porque Naela Márquez, la juez federal de Córdoba, Veracruz, notificó otra suspensión ¡el viernes!, cuando Nextel y Televisa estaban a minutos de recibir la concesión.
Pero su notificación a la autoridad debía ser personal y la única forma de notificar así desde Córdoba es con la colaboración de un juez del DF, lo que toma días. Márquez notificó esa suspensión, pese a que otras similares fueron revisadas por magistrados de circuito, quienes consensuaron que nunca debieron ser otorgadas y las revocaron.
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