José Reveles | Viernes, 16 de julio de 2010
Cuando los periodistas nos convertimos en noticia, hay razones de sobra para preocuparse. En estos días se multiplican reportes que advierten sobre el peligro de la integridad física y moral de los periodistas, sobre amenazas a la libertad de expresión, cuando se rompieron todos los récords y llegó a diez el número de ejecutados en lo que va de 2010.
Otros datos que denotan un panorama nada halagador:
1) Hoy se protocoliza la creación de una casa refugio para informadores de todo el país cuya seguridad y la de sus familias está en riesgo. Se ubicará en el Distrito Federal e inicia con un presupuesto de diez millones de pesos aprobados por la Asamblea Legislativa.
2) Circularon en días recientes decenas de correos a partir de que periodistas de Querétaro solicitaron auxilio profesional para poder cubrir información en una situación de violencia que afecta al país y que ya llegó a esa entidad con manifestaciones extremas del crimen organizado. Colegas de Sinaloa, Tamaulipas, Michoacán y Chihuahua que tomaron cursos con Rory Peck, de Article XIX, y en la Cruz Roja, respondieron inmediatamente y acudirán el sábado a “compartir experiencias” de cómo “sobrevivir” en coberturas peligrosas.
Nota completa en:
0 Comments