A todas horas vemos en los canales de Televisa los espots relativos a la Iniciativa México, movimiento que nos invita a cambiar el país, pasando del
sí se puede al ya se pudo, según dice con entusiasmo desbordante El Vasco Aguirre. Sin embargo, no se ve que cambien los promotores del cambio.
Pocas horas después de que lanzó su promoción, junto con algunas organizaciones y personajes, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes –a cargo de Juan Molinar, el señalado por la Suprema Corte como uno de los presuntos responsables del incendio en la guardería ABC– dictó un fallo en favor de un grupo empresarial privado que lidera Televisa, asignándole por 20 años prorrogables el derecho al uso y la comercialización de un bien público: dos fibras ópticas oscuras de la Comisión Federal de Electricidad. Fue una competencia con un solo competidor.
Había otro, Grupo Salinas, pero le pusieron tarjeta roja antes de la final. Televisa aparece bajo el nombre de una de sus empresas, Editora Factum, y lleva de la mano al Grupo de Telecomunicaciones Mexicanas, controlado por la firma española Telefónica-Movistar, y Megacable. Pagarán poco más de 883 millones de pesos al gobierno mexicano.
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Había otro, Grupo Salinas, pero le pusieron tarjeta roja antes de la final. Televisa aparece bajo el nombre de una de sus empresas, Editora Factum, y lleva de la mano al Grupo de Telecomunicaciones Mexicanas, controlado por la firma española Telefónica-Movistar, y Megacable. Pagarán poco más de 883 millones de pesos al gobierno mexicano.
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