| Joven LGTB |
Por Elisa Jiménez Robles
Pilar se define a sí mismx como parte de la categoría transgénero, pero no se conforma con la designación de género limitada a los genitales que posee desde el nacimiento, por lo que además se autodenomina como no binarix. Al hablar, de manera escrita utiliza la “x” en lugar de la “a” o la “o” en palabras con género, que en voz alta se pronuncia como una “e”, además del uso de pronombres neutros, como “tú” o “ellx” en lugar de “él/ella”. Tiene 21 años y nació en Los Mochis, Sinaloa, donde recibió toda su educación básica y de donde es toda su familia. Actualmente estudia Ingeniería en Nanotecnología e Ingeniería en Electrónica en el ITESO. Votó en las elecciones pasadas, pero es la primera vez que votará en elecciones presidenciales. Dado que no actualizó su domicilio actual y su credencial no coincide, va a ejercer el voto en Los Mochis.
En las noticias más recientes respecto de las elecciones, lo que más se toca es el hecho de que ninguno de los candidatos presidenciales funciona como un representante de la comunidad LGBT. Nadie ha mencionado a este grupo social constantemente oprimido y no ha propuesto absolutamente nada para mejorar su calidad de vida y acabar con la violencia que sufre. De acuerdo al Instituto Oikos, organización civil focalizada a la defensa de la libertad de género, México ocupa el segundo lugar en América Latina en la comisión de crímenes de odio por homofobia, lesbofobia y transfobia.
Recientemente se formó la Coalición Mexicana LGBTTTI, la cual generó un documento con propuestas en torno a la comunidad para que los candidatos las tomen en cuenta, pero no hay señales de que siquiera lo hayan considerado. Líderes de grupos activistas LGBT afirman que el único contacto que los políticos hacen con ellos es cuando les conviene que los vean interactuando y que se crea que están interesados en su bienestar, pero que el resto del tiempo los ignoran y atentan contra sus derechos humanos. Incluso varios de los candidatos presidenciales se han comportado de manera despectiva hacia la comunidad o han manifestado abiertamente su rechazo hacia temas de inclusión e igualdad de derechos.
Respecto de los candidatos presidenciales, Pilar no ha tomado una decisión final, a pesar de estarse informando constantemente. Cree que casi todos tienen propuestas valiosas pero le gustaría saber qué estrategias tienen para cumplirlas, para que no se queden solamente como propuestas al aire. Le da mucho coraje que los candidatos se dediquen a sacar trapos sucios en entrevistas o spots publicitarios en lugar de plantear sus propuestas. Incluso le parece que sus discursos son un disfraz oportunista para aparentar interés por sectores sociales abandonados.
“Desde hace rato he estado leyendo mucho sobre las propuestas de cada personaje y creo que todos los candidatos tienen propuestas que son más o menos interesantes y creo que en general son buenas, pero no me gusta que todas están disfrazadas bajo mucha superficialidad. Por ejemplo, un personaje que me preocupa, pero que a la vez considero importante, es AMLO. Yo creo que sus propuestas en general están chidas y que hace falta darle seguimiento a muchas de éstas, pero tiene doce años en campaña, doce años que ha estado tratando de manejar al pueblo de diferentes maneras. […] llegó a un punto en el que sus puntos (sic) ya no crecen con ese discurso y lo tiene que cambiar. Ahorita se maneja con un discurso muy amoroso con el que ha ganado como seis puntos en las últimas semanas, entonces a mí me preocupa este disfraz que a fin de cuentas lleva toda la escuela del PRI.”
Pero, sobre todo, le molesta sobremanera que ninguno ha incluido o mencionado a la comunidad LGBT en su discurso ni en sus propuestas. Incluso varios de ellos se han pronunciado de manera negativa y despectiva respecto de este grupo minoritario que ha sido oprimido y discriminado durante mucho tiempo.
Lo que más espera de los candidatos y de quien vaya a quedarse en el poder, es que realmente promuevan la inclusión, respeto y seguridad para esta comunidad, que no lo traten como un tema tabú y le saquen la vuelta, que lo tomen por las riendas y actúen para eliminar la discriminación. Le parece inconcebible que hasta la fecha los candidatos o gobernantes piensen en someter a consulta ciudadana cuestiones como el matrimonio igualitario, pues éste y otros asuntos son derechos humanos que deberían respetársele y otorgársele por sentado a las personas LGBT por el simple hecho de ser personas. La única acción que le celebra a Enrique Peña Nieto es el intento de legislar el matrimonio igualitario, que desafortunadamente no se logró, porque vivimos en un país todavía muy influenciado por ideas conservadoras e intolerantes hacia lo que no es considerado “normal”.
La dura realidad de la comunidad LGBT
En los últimos 22 años, en México se han registrado 420 asesinatos motivados por el odio hacia las personas de la comunidad LGBT, según registros que realizó la Comisión Ciudadana contra Crímenes de Odio por Homofobia. En cuestiones académicas, debido a la discriminación presente en las instituciones educativas, los jóvenes LGBT tienden más a abandonar sus estudios, lo que se deriva en tener una menor posibilidad de obtener un título universitario. En términos laborales, la discriminación reduce las oportunidades de contrato de personal, pues en ocasiones se rechazan candidatos de primera instancia por su orientación o preferencia sexual. Seis de cada diez mexicanos está en contra del matrimonio igualitario y siete de cada diez rechaza la adopción en parejas homoparentales.
En cuestión electoral, sólo en la Ciudad de México se le permite votar a las personas transgénero cuya credencial no coincide con su apariencia, pero en el resto del país existen todavía muchos obstáculos para los trámites de cambio de identidad. Debido a un contexto de exclusión y rechazo social y estatal, la esperanza de vida de una persona transgénero en América Latina no supera los 37 años, según un estudio hecho en Chile sobre “La Transfobia en América Latina y el Caribe”.
En Sinaloa hay muy poca visibilidad de la comunidad LGBT, la cual se ve como la minoría de la minoría. Dentro de su círculo más cercano, Pilar sólo le ha contado a sus amigos más cercanos y a su familia, y a ésta última le ha costado trabajo aceptar del todo su preferencia e identidad sexual, se sordean (le sacan la vuelta) mucho en torno al asunto.
A Pilar le ha tocado presenciar el rechazo de amigxs cercanos por parte de otras personas, por mostrar afecto en público siendo parejas del mismo sexo. En Los Mochis, las personas no suelen organizarse públicamente para manifestarse ante temas de relevancia social, a menos de que se hable de matrimonio igualitario, ahí es cuando se forman hordas de gente enfurecida, parecido a como actuó en Guadalajara el Frente Nacional por la Familia.
Esto, en Guadalajara, Pilar lo percibe de manera muy distinta, pues siente que ser homofóbico es más socialmente castigado y que hay mayor visibilidad de la diversidad sexual. Considera que puede moverse y manifestarse de manera más libre en esta ciudad, que puede ir con su pareja con mayor tranquilidad, a pesar de que en la universidad sí se ha topado con algunas personas intolerantes.
¿Cómo hablar de la diversidad más allá de lo políticamente correcto?
A Pilar le interesa mucho la política y habla sobre esto con sus amigos y compañeros por lo menos una vez a la semana en temporada electoral. Suele informarse muy seguido a través de redes sociales e internet, aunque no siempre confía completamente en la información de varios medios que hacen proselitismo. Le gustaría conocer mucho más, sobre todo porque cree que es muy importante que estemos muy bien informados y que tengamos claro cuáles son las necesidades reales del país, cuáles son las prioridades y sólo podemos saber esto con el mismo diálogo, con el compartir pensamientos y reconocer distintas realidades. Los temas que más aborda son la corrupción, la economía y la devaluación del peso, la inseguridad, la educación y las relaciones internacionales.
Su visión general de la política recae en que nuestros representantes trabajan más que nada para su cartera e intereses propios, no para el pueblo, sino para saquear a éste. Sin embargo, de nuestra parte como sociedad quizá no estamos ejerciendo la presión suficiente y estamos dejando muchas cosas al aire, a través de mucha negligencia y mucho conformismo.
Los temas más urgentes que quiere que los candidatos y futuros gobernantes toquen de inmediato son la corrupción y la inseguridad, seguidos de la economía y cuidar el valor del peso, la educación, la industria energética y sus recursos y las relaciones con otros países que aportan al desarrollo nacional.
[su_quote cite=”“Creo que temas muy urgentes a tratar son la economía, cuidar el peso, la relación y acuerdos con otros países, porque yo sí creo que buscando mejorar la relación con otros países es una manera de mejorar la calidad de vida en México, a través de diferentes acuerdos y negociaciones. Que es un punto para obtener más dinero o valor dentro del país. Otro es la seguridad, educación y toda la cuestión energética y de descentralizar al país con el petróleo… Ya quiero cambiar el orden, quiero meter antes la corrupción, que se quite la corrupción.””][/su_quote]
Pilar percibe que los jóvenes estamos bastante inciertos respecto de las decisiones que vamos a tomar a la hora de otorgar nuestro voto, y le preocupa que muchos estén considerando votar por el “menos peor”. No obstante, está segurx de que los jóvenes sí representamos una enorme posibilidad de hacer un cambio en México porque estamos unidos más que nunca, somos los que más tenemos poder para mover al país. “Si somos realistas, un voto no hace la diferencia. Pero, pensando un poco de manera positiva, quizá a través de compartir información y dialogar acerca de la política, con la suma de muchos votos individuales se puede hacer un cambio muy grande.”
[highlight]Hasta el día de hoy, ninguno de los candidatos a la Presidencia de México se ha pronunciado en torno a los derechos y demandas de la comunidad LGBT.[/highlight] Razón por la cual jóvenes como Pilar han quedado totalmente olvidados de la agenda no sólo electoral, sino también políticas de quienes aspiran a gobernar un país donde en sólo 12 de los 32 estados de la república parejas del mismo sexo pueden casarse de manera libre, tal y como lo determinó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el 19 de junio de 2015. ¿De qué otra manera piensan los candidatos y gobernantes incluir a este grupo social considerado minoría? ¿Cómo planean acabar con la discriminación y los crímenes de odio? ¿Cuándo van a comprender que los derechos humanos son inalienables a cualquier persona y se les debe respetar sin importar su orientación sexual ni su identidad de género?
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