Empresas de medios presentes en otras ramas de la economía
El Financiero
De Jefes
17 de noviembre de 2017
Por explorar, solamente, vaya a darse una vuelta por las nuevas tiendas Elektra.
Las percibirá más grandes de lo habitual, con una mezcla de ventas que incluye productos de mayor precio -como pantallas de hasta 100 pulgadas- y en algunos casos ubicadas en zonas de alto poder adquisitivo.
Todo esto es parte de la reciente estrategia que sigue el grupo para llegar a segmentos sociales de ingresos mayores a los que ha atendido tradicionalmente en México.
Datos de Inegi revelan que cerca de 34 por ciento de la población en el país pertenece a la clase media -aquella que gana más de 12 mil pesos-, la cual se expande cada año.
Además de la nueva imagen de Elektra, la empresa trabaja desde 2014 en un proceso de depuración de tiendas, a fin de mantener las que cumplen con sus estándares de productividad.
Como parte de ello, entre 2014 y el tercer trimestre de 2017 la cadena que dirige Fabrice Deceliere cerró mil 537 unidades en México, para sumar cuatro mil 539 a septiembre.
Aunque son muchas las unidades que bajaron la cortina, también es cierto que ha desacelerado el número de cierres y más bien acelera el número de aperturas.
Según Deceliere, el siguiente año abrirán en México unas 80 unidades -la mayoría bajo la nueva imagen-, por arriba de las 72 que tienen previstas para 2017.
El ejecutivo considera que la renovada imagen de las tiendas -que incluye una mezcla de productos de mayor margen de ganancia- y el nuevo portal digital permitirá a Elektra crecer a doble dígito tanto en ingresos como en flujo operativo en 2017 y 2018.
A septiembre del presente año, el grupo acumuló incrementos de 18 y 23 por ciento, en el mismo orden. Ahí la lleva ¿No cree?
¿BANORTE-INTERACCIONES, EN MAYO?
Usted ya está enterado del acuerdo de fusión entre Banorte e Interacciones, una operación que de concretarse permitiría la creación del segundo grupo financiero más grande de México, en términos de depósitos, activos y cartera de crédito.
Para que la transacción se materialice deberán de darse varios eventos con sus autorizaciones respectivas: Ahí le van los relevantes: 1. La asamblea de accionistas de Banorte (5 de diciembre); 2. la resolución de los asesores financieros o proxy advisors (5 de diciembre); 3. la exposición de la propuesta de fusión ante las autoridades (CNBV y SHCP) y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), tras el aval de los accionistas (6 de diciembre).
Recuerde que tras presentarse la solicitud de fusión, la Cofece tiene entre 60 y 100 días para dar su aprobación.
Nos dicen que, de conseguir todas las aprobaciones correspondientes, el acuerdo de fusión entre Banorte -que dirige José Marco Ramírez- e Interacciones se concretará en mayo o junio. Le mantendremos al tanto.
TOP PICKS DE SANTANDER
El miércoles le contábamos de la racha negativa que ha mostrado el principal indicador de la BMV. Desde el máximo que tocó en el verano, acumula una pérdida de 7.41 por ciento en pesos y 14.4 por ciento en dólares.
En este contexto, Santander publicó su reporte de estrategia ‘Mexico Strategy: Reiterating Cautious View on Mexico, Rotating Top Picks’, el cual reitera su visión cautelosa sobre el mercado mexicano.
¿El motivo? Una deslucida temporada de reportes en el tercer trimestre de 2017, los riesgos por el TLCAN y la incertidumbre política.
A fin de reducir el riesgo, de su lista de emisoras favoritas sacó a la inmobiliaria Vesta y a Grupo Aeroportuario del Centro-Norte (OMA), las cuales fueron sustituidas por Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) y Cuervo, que dirige Juan Domingo Beckmann.
Así, el top picks de Santander ahora lo integran: Gruma, Bimbo, Cuervo, GAP, IEnova y Pinfra. Opciones defensivas, pues.
Confrontaciones legales con gobiernos, empresas y otras instancias
El Financiero
Rafael Fernández de Castro | Apuntes Globales
17 de noviembre de 2017
Estamos presenciando un duelo a muerte entre Donald Trump y el periodismo de investigación. Sólo sobrevivirá uno, ya sea Trump o los medios de comunicación prestigiosos, como The New York Times, The Washington Post o Vox.com, entre otros.
Trump no reconoce ataduras. Admira a los tiranos como Vladimir Putin de Rusia y Rodrigo Duterte de las Filipinas, y aspira a ser uno de ellos. Por eso los pesos y contrapesos de la democracia estadounidense le irritan. En sus nueve meses en la Oficina Oval ha chocado con el Congreso, las cortes, la procuración de justicia, pero especialmente con el periodismo de investigación. Los medios prestigiados, desde la campaña electoral, empezaron a demostrar sus falsas verdades.
El periodismo de investigación, me explica Homero Campa de Proceso, es consustancial a la democracia. Su ejercicio permite que el ciudadano ejerza su derecho a estar informado y cristaliza la libertad de expresión. De manera que un ataque sistemático a los medios es socavar la democracia. Y esto es justamente el empeño de Trump, minar la democracia de Estados Unidos.
Trump ha arremetido contra medios de comunicación en crisis, tanto en su modelo de negocio como en su credibilidad. Las nuevas tecnologías de las comunicaciones y en especial las redes sociales han vuelto obsoleta la distribución de los medios impresos. Carlos Slim, por ejemplo, prestó 250 millones de dólares a The New York Times para ayudarlo con su deuda de mil millones durante la crisis financiera de 2009. Más aún, al arrancar la contienda electoral que llevó a Trump a la Casa Blanca, los medios de comunicación impresos enfrentaban uno de sus más aciagos momentos, su ingreso por publicidad se había reducido a una tercera parte, de 60 mil millones de dólares en 2000 a 20 mil millones en 2015.
Los momentos estelares del periodismo de investigación, como el caso Watergate en los 70, habían quedado atrás. Al arrancar la década del 2000, los medios prestigiados aplaudieron la respuesta del presidente George W. Bush a los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001. Su cobertura a las guerras de Afganistán e Irak fue poco incisiva. Columnistas influyentes como Tom Friedman, de The New York Times, celebraban el músculo militar de Washington en sus intervenciones, a la postre fallidas.
Con su ataque frontal a los medios, Trump ha sido un excelente acicate para que el periodismo de investigación regrese a su rol esencial de ‘perro guardián’ de la democracia. Lo que estamos atestiguando es un esfuerzo frenético del periodismo de investigación por documentar las trampas de Trump.
The Washington Post, por ejemplo, tiene un nuevo lema que sale en la primera página de cada periódico “la democracia muere en la oscuridad”. O bien, en una campaña llamada ‘Hechos primero’, CNN lanzó un anuncio que promociona que una manzana es una manzana, a pesar de que unos dicen que es un plátano y tratan de convencer a los demás de que es un plátano.
El enfrentamiento Trump-medios está pagando. Desde que arrancó en la Casa Blanca, los medios han tenido un incremento en suscriptores y público. Por ejemplo, los grandes canales de noticias en todo su espectro ideológico, desde Fox News hasta CNN y MSNBC, muestran un aumento sustantivo es sus horarios estelares desde el año pasado. Rotativos como The New York Times, un enemigo jurado de Trump, en los primeros seis meses de este año tuvo su ingreso más alto en seis años y consiguió un récord de más de dos millones de nuevos suscriptores digitales, Trump ha demostrado ser un enemigo formidable. Las críticas a diario por todos los diarios, especialmente los prestigiados de tendencia liberal, se le resbalan. Sigue firme con su base. Lo aprueba el 38 por ciento de los electores y 90 por ciento de los republicanos.
Lo que explica el aguante de Trump es la gran polarización política de Estados Unidos. Sus bases no sólo no leen la prensa prestigiada, incluso la aborrecen por sofisticada y global.
El tiempo apremia en este duelo. Si Trump consigue entronizase como tirano, acabará sin miramientos con sus detractores, y en primera línea están los medios. Un evento catastrófico, como una guerra con Corea del Norte o un ataque terrorista a gran escala en suelo estadounidense, entronizarán a Trump y sería el adiós para la democracia ejemplo del mundo.
La pelea es a muerte. No basta que los reportajes sobre las andanzas de Trump sean extraordinarios. Se requieren evidencias contundentes para demostrar que Trump no es digno de estar en la Oficina Oval.
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