-Periodistas
Qué vergüenza, pero esa es la verdad
Sin Embargo
Alejandro Páez Varela
8 de septiembre de 2014
Insistentemente se dice que un ex periodista que reparte dinero entre reporteros los ha estado grabando mientras reciben el chayo. Este personaje trabaja para un alto funcionario del Gobierno del Distrito Federal (GDF), de acuerdo con varias fuentes; se jacta de que nadie se resiste a un cañonazo de lana y que, cuando sea necesario, usará ese testimonio vergonzante. Se lo contaba a un amigo periodista de un diario en la Ciudad de México y me decía, y yo concordaba con él: “Ojalá y un día le dé send por error y se divulguen todos los videos”. Ojalá, sí. Y qué vergüenza que esto pase, como me dicen que pasa, en un gobierno de izquierda. Si a eso usted le agrega que ayer se robaron urnas, acarrearon votantes y pagaron votos durante las elecciones internas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la desilusión es mayúscula: qué izquierda ni qué ocho cuartos; bola de corruptos y vividores, qué. Y se quejan de los priistas; y se atreven a llamarlos como les llaman, en tiempos electorales. Ambos eventos, la supuesta compra de periodistas y la corrupción electoral, permiten entender por qué el país está como está. Hace comprensible por qué el gobierno federal y el Congreso (con mayoría priista) no ha apurado la prometida Comisión Nacional Anticorrupción y ni siquiera se ha puesto titular a la Secretaría de la Función Pública. La oposición, que se supone debe poner el ejemplo, es igual que el PRI. Son igualitos, todos. Viven para comprar y ser comprados. No importa que millones de mexicanos estén en la miseria; no importan que la desigualdad o que la entrega del país. México entero está en manos de una misma clase de malvivientes grotescos. Me daba risa Gustavo Madero cuando, la semana pasada, decía que la prensa le inventa escándalos al PAN. “Nos tendieron una celada”, señalaba por su parte Luis Alberto Villarreal en referencia a los videos donde se le ve contento, descamisado, cantarín, bailando a gusto con mujeres que, se puede suponer, ejercen la prostitución. Panistas alentando la prostitución. O panistas alentando la prostitución gracias al dinero que reciben, ilegalmente, de los moches. “Nos inventan escándalos”, “nos tendieron una celada”. Ja, ja, ja. Me duele la panza. Corruptos, qué. Lo que no quisieran es que la prensa les sacara los trapitos para vivir pocamadre: de teibol en teibol, de cobro en cobro, construyéndose castillos y alimentando las cuentas de banco con dinero público. Eso quisieran. “Nos tendieron una celada”, decía Villarreal. Qué vergüenza. ¿Quiere reírse en serio? La frase completa de Madero es: “Cobardes difamaciones sin voz y sin rostro para alimentar esta política del espectáculo y de la trivialización, en donde lo que nos menos importa son las posiciones ideológicas, políticas”. Aplausos. Y carcajadas. Es decir: lo que menos le importa a los detractores del PAN son “las posiciones ideológicas”. ¡Pues cuáles! Las posiciones en la cama, será. Qué vergüenza. Mejor que cierre la boca y asuma que están hundidos, junto con todo el país, en una crisis de las deadeveras. *** No recuerdo, en mi vida como periodista, un momento tan oscuro como el que estamos viviendo. Donde le pique uno, sale pus: en la prensa, en el gobierno, en los partidos, en las cámaras, en la iniciativa privada. Corrupción a pasto. Que si el Consejero de Presidencia que es consejero de Iberdrola; que si el Gobernador que se volvió archimillonario de la noche a la mañana; que si los secretarios, que si los amigos de los secretarios, que si todos. Digo, los indicadores lo dicen; dicen que estamos ahogándonos en corrupción; pero no es lo mismo cuando brota en las calles, cuando uno lo escucha. Me contaban de un alto funcionario del DF al que le dicen “Don King”. ¿Por qué?, pregunté, iluso. “Don quingce por ciento”, me respondían. De norte a sur hay anécdotas. Digo momento oscuro, porque incluso investigar, con tanto organismo de transparencia que pagamos con impuestos, es complicado. Eso le decía a otro amigo: “Hasta con las herramientas de transparencia se dificulta documentar lo que está pasando”. Me respondía: “Es que las herramientas de transparencia simulan transparencia; son para lavarle la cara a los que están en turno”. Y sí, así es. Mi mayor desilusión es, honestamente, con el PRD y el PAN. Periodistas corruptos hay siempre; y brincan como hongos en cuanto ven el sobre. Pero el rol de esos partidos era poner un freno, hacer la diferencia, conducir al país a un cambio. Y no. No hay cambio. Hay más de la misma mierda. Esa es la verdad. Eso es lo que veo como ciudadano: más y más mierda. Disculpen que use palabras fuertes pero para la mierda no hay sinónimo (o los que hay no encierran el concepto completo). La mierda es la mierda, y qué le vamos a hacer. Ni modo de disfrazarla. Ni modo de ponerle flores y perfume. Mierda es mierda, ciudadanos; y estamos con ella hasta el cuello. Qué vergüenza, pero esa es la verdad. (Mi ejemplo favorito de momento oscuro: ¿Y la declaración patrimonial del Presidente Enrique Peña Nieto como pa’ cuándo?)
“Bájale de huevos a tus notas”
Sin Embargo
Sanjuana Martínez
8 de septiembre de 2014
A veces uno se pregunta si vale la pena ejercer el periodismo en México. Como todos ustedes, los periodistas tenemos días buenos y días malos. Te cuestionas. ¿Vale la pena arriesgar tu vida? ¿Arriesgar a los tuyos? ¿Arriesgar todo? Y te lo preguntas porque ese fétido aliento de la amenaza te persigue cada día que abordas un tema incómodo para el poder, que es casi siempre en algunos casos como el mío y el de tantos y tantos compañeros en México, en especial de provincia. Compañeros que arriesgan diariamente su vida y que no tienen visibilidad con otros periodistas cercanos al poder. Y ante tanta impunidad, vuelves a plantearte el costo beneficio de esta profesión. Porque si el periodismo no es para cuestionar o criticar, para investigar y desvelar las partes oscuras de los distintos poderes, para exhibir la podredumbre del gobierno, para cuestionar actos de corrupción, para evidenciar las tranzas del Estado con el sector empresarial, etcétera… ¿entonces para qué sirve? Y lanzas preguntas a los demás, en especial, al poder en turno: ¿Qué tipo de prensa quiere Enrique Peña Nieto? ¿Qué tipo de periodistas respeta? ¿A cuáles periodistas que permitirá sobrevivir físicamente o laboralmente? Y tal parece que la respuesta del Estado se manifiesta a veces de manera brutal. En ocasiones, ejerciendo una permanente presión sobre todos aquellos comunicadores incómodos para el poder y otras veces, persiguiendo a quiénes nos atrevemos a publicar sus corruptelas y excesos de poder. En cambio, la exhibición de poder autoritario del nuevo PRI tiene muchas formas. Enrique Peña Nieto nos ha demostrado a los periodistas independientes y críticos que no piensa darnos ni agua en el desierto. Nos ignora. Sencillamente no existimos. Peña Nieto nos demuestra constantemente quiénes son sus consentidos. Aquellos “periodistas” — así entre comillas— dispuestos a someterse a su poder. Los que hacen las “mejores” preguntas, esas preguntas que no incomodan; los que están dispuestos a cuestionar con previo cuestionario autorizado, los que lo critican poquito, lo justo para disimular, en fin, aquellos que están bajo su dominio a través de prebendas y jugosos pagos económicos o de todo tipo. Estos “periodistas” hacen un daño terrible a la profesión. Primero porque pareciera que, el resto que no aceptamos las condiciones del poder político para ejercer nuestra profesión, somos unos descarriados fuera del rebaño. Y luego, porque alientan los excesos del poder contra todo aquel compañero que se arriesga buscando la verdad. Y el poder manifiesta su poder. A veces de manera brutal como el caso de la periodista Karla Janeth Silva del Heraldo de Silao, a quien un grupo de hombres armados, antes de propinarle una paliza, en la propia redacción del periódico, le advirtió: “Bájale de huevos a tus notas”. No era la primera vez. Ya lo habían intentado. Ella vivía con la amenaza, con ese fétido aliento a la espalda. Incluso lo escribió en un mensaje de texto a través de su celular. El mensaje llevaba la firma del alcalde de Silao, Guanajuato Enrique Benjamín Solís Arzola, “ofendido” por el trabajo de la reportera. Un trabajo que debería ser normal en cualquier democracia, en cualquier sistema político donde impere la libertad. Pero como el alcalde priísta Solís Arzola tiene a su grupo de “periodistas” que se dedican a escribir solamente sobre las cosas buenas que hace y cuando lo entrevista le hace las preguntas permitidas, pues le choca que exista una periodistas “descarriada” en su rebaño mediático, un rebaño financiado con el dinero de los habitantes de Silao. Y el exceso e impunidad cometido por el Alcalde Solís Arzola no es distinto que el de muchos otros alcaldes en el país. Alcaldes del PRI o de cualquier otro partido. El poder político en México: gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, regidores, funcionarios de cualquier nivel, está acostumbrado a controlar a la prensa a base de jugosos “convenios” de publicidad que les permiten seguir gobernando a través de la cloaca de la corrupción. No soportan la crítica. Tampoco el cuestionamiento con rigor e investigación de los periodistas libres e independientes. Y no están dispuestos a permitir que ningún comunicador descarriado se salga del rebaño. Para ello, cuentan con todo el poder del Estado. Amenazan, golpean, desaparecen, demandan judicialmente, acosan, y exigen en muchos casos, el despido fulminante de estos periodistas que hacen demasiado bien su trabajo. Pero en México, hay periodistas con firmes convicciones, con principios; periodistas que prefieren verse al espejo todos los días sin la sombra de la corrupción. Periodistas que arriesgan su vida, que lo arriesgan todo en la búsqueda de la verdad. Y esos son los periodistas que el poder desprecia, que no respeta, que persigue, que golpea, que secuestra y asesina. Y sólo en México suceden este tipo de delitos con lujo de violencia. Sólo en México, el alcalde de Silao, manda golpear abiertamente a una periodista, cuyo trabajo cuestiona su inmaculada honradez. Y solo en México, después de tan lamentable suceso, no pasa nada. ¿Por qué el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, no ha dicho nada? ¿Por qué la Fiscalía de Atención a delitos contra periodistas no ha actuado? ¿Por qué la Procuraduría de Justicia de Guanajuato no ha detenido al alcalde de Silao o por lo menos lo ha invitado a “presentarse” para declarar? ¿Dónde está el Estado de derecho?… El delito fue cometido a plena luz del día y en la redacción del periódico. Fue a las 5:30 de la tarde y los matones del alcalde priísta entraron buscando a la reportera a quien golpearon salvajemente y de paso también a la secretaria del medio. ¿Cómo es posible que cinco días después de este suceso la autoridad en cualquiera de sus manifestaciones no haga nada? La golpiza que recibió Karla Janeth Silva Guerrero afecta a todos. No solamente a los periodistas independientes, porque los otros no han sido capaces ni de reseñar el hecho, sino a todos los mexicanos. Cada vez que un periodista es agredido, amenazado, desaparecido o asesinado, un pedazo de tu democracia se desvanece. Por eso, te pedimos tu ayuda. Únete a la exigencia de justicia. Para empezar, Karla Janeth Silva Guerrero, ya debería estar con medida cautelares, protegida. Exigimos al gobierno de Guanajuato que implemente las recomendaciones de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para: “Investigar, juzgar y sancionar la violencia contra periodistas, incluidas, cuando sea necesaria, unidades especializadas de investigaciones o tribunales especializados y los procesos judiciales pertinentes que se inicien, eliminando así todas las barreras de género que obstaculizan o impiden a las mujeres periodistas el ejercicio de su derecho a la justicia, incluida la condena pública a cualquier declaración que pueda elevar el riesgo para las y los periodistas”. La impunidad invita a la repetición del delito. Esta agresión con firma no puede quedar en la impunidad porque después seremos más los agredidos y afectados. ¡Exijamos justicia!… #JusticiaParaKarlaJanethSilva Karla, no estás sola.
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