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Voto
El Informador
Ivabelle Arroyo
8 de abril de 2015
La democracia no sirve para un carajo, dice mi interlocutor en la mesa. No alcanzo a meter una palabra en la vorágine desatada por su furia porque casi sin respirar enlista sus argumentos: da lo mismo votar por Pablo Lemus que por Guillermo Martínez en Zapopan. Da lo mismo elegir a Ricardo Villanueva del PRI, que a Enrique Alfaro o a Celia Fausto o a Petersen, que son de otras familias pero de la misma casta: la que ha participado en las decisiones que hacen de Jalisco lo que es hoy, y peor, la que ha medrado con estas decisiones.
No quiere votar. Le dan igual el PRI, el PAN, el PRD o Movimiento Ciudadano. Da lo mismo: están formados por políticos que sólo quieren seguir en el poder y lo demás que se friegue.
Intento comprenderlo y es fácil: hasta me puedo unir a la furia que producen la inutilidad, la corrupción y los privilegios de la clase política del país. Pero no puede convencerme de no votar. Iré a la casilla, tomaré la boleta y pondré una cruz. O dos. O ninguna… o una grosería para anular el voto, pero la boleta la he de meter en la urna.
¿Por qué? Porque el voto que yo llevo, más que por un partido, es porque quiero que siga existiendo el voto como método para renovar autoridades.
Escribió Diego Petersen, al pronunciarse también a favor del voto, que los abstencionistas no quieren elegir en el mercado entre una manzana mala y otra mala, pero que al final habrá una y si no participan puede que sea la peor. Tiene razón, pero aún hay otro argumento: darle la espalda al mercado es abonar a su desaparición. Es mejor ir, mentarle la mamá al puestero o elegir la menos mala, nada más para asegurarnos de que mañana otra vez va a estar él y no un soldado que nos obligue a tragar la fruta que se le dé la gana. Es una apuesta por el sistema, no por la manzana. La democracia sí sirve para un carajo: es el único método pacífico que hay para cambiar a los del poder (las opciones son la guerra, el golpe de estado, el asesinato y otras bonitas formas que el hombre ha ideado para cortar cabezas).
Si sólo sirviera para cambiar pacíficamente a los del poder, la lata ésta de hacer campañas, tener partidos, cruzar boletas y contar votos, estaríamos bien servidos. Pero no sólo hace eso, porque después del voto se generan incentivos, los elegidos se distribuyen en poderes con distintas funciones y sí, muchos políticos se dedican a vernos la cara… pero eso lo hacen porque es su naturaleza, no porque hayan sido votados.
Quienes estén convencidos de que al poder hay que ponerle límites y de que es una buena cosa saber que en 2018 y en 2024 habrá elecciones y no un santo engañabobos o un maldito dictador, deben pensarlo dos veces antes de abstenerse. Darle la espalda a un político está bien, pero darle la espalda a una casilla, no. ¿Por qué? Porque después, en lugar de la casilla puede haber un arma o un calabozo.
Ocho líderes se adhieren a Luis Gómez
El Occidental
Redacción
8 de abril de 2015
En la sede estatal del PRI ocho importantes líderes sociales que apoyaban a los partidos Movimiento Ciudadano (PMC) y al de la Revolución Democrática (PRD) en Tlajomulco de Zúñiga anunciaron su adhesión a la campaña del abanderado del tricolor, Luis Gómez, al considerarla la más positiva y con propuestas y compromisos de beneficio social, además de que en sus anteriores partidos políticos no cumplieron con resolver las problemáticas del municipio.
“Y hoy personas que participaron con gran liderazgo en sus comunidades con otros partidos, se suman con nosotros, y a la vocación que es servir y ven en nuestra propuesta un gran proyecto”.
Se trata de Isabel Palos Leija, quien es activa del fraccionamiento Santa Fe y había coordinado en PMC la Zona Valles del Ayuntamiento de Tlajomulco, además era su coordinadora general en Santa Fe y es dirigente de comerciantes en ese fraccionamiento.
También renunció a Partido Movimiento Ciudadano Silvia Reyes Mora, quien pertenece a Chulavista y era promotora política del partido naranja en ese fraccionamiento.
Se suma Hilda Beltrán Delgadillo, quien ha destacado por su activismo político en ese municipio e incluso fue precandidata a la presidencia municipal por el PRD. Fue también presidenta municipal de Concepción de Buenos Aires.
Asimismo, Lina Ramos Cortés, representante de Santa Cruz del Valle, la más grande delegación de la zona valle de Tlajomulco. Fue candidata a regidora del PRD-PT y ex directora de Vivienda Digna del Ayuntamiento de Tlajomulco durante la administración de Enrique Alfaro.
El doctor Norberto Cerrillo Velasco fue coordinador general de las campañas electorales del PRD en las que contendió el candidato Quirino Velázquez Buenrostro y fue director de Participación Ciudadana en la administración de Enrique Alfaro, entre otras actividades políticas.
Asimismo, Napoleón Aviña Arellano, miembro de una familia de grandes políticos jaliscienses en ese municipio. Fue secretario de Finanzas del PRD Jalisco y candidato a diputado federal de ese partido.
Juan Moya Hernández, vecino de San Agustín, una de las delegaciones más importantes del municipio y reconocido como uno de los activistas más importantes del municipio. Fue regidor de ese partido en Tlajomulco junto con Quirino Velázquez.
Por último, Octavio Encarnación Sánchez, quien fue secretario de Educación y Cultura del PRD en el municipio y es asesor de la Comunidad Indígena de San Sebastián el Grande.
En todos los casos, puntualizaron que la propuesta de Luis Gómez es la que de verdad busca mejorar las condiciones sociales de los habitantes del municipio, además de que es la más incluyente para con todos los sectores.
Felipe Calderón
Respaldo de Felipe Calderón a Alfonso Petersen el lunes
El Occidental
Rosario Bareño Domínguez
8 de abril de 2015
El ex presidente de México Felipe Calderón estará el próximo lunes en Guadalajara acompañando al candidato a la Presidencia Municipal por el PAN Alfonso Petersen Farah, un día antes, el domingo, lo hará el coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya, y en los siguientes días el dirigente nacional Gustavo Madero y Margarita Zavala, lo informó en entrevista con EL OCCIDENTAL Petersen Farah.
En el recorrido que realizó ayer por la mañana por el tianguis del Batallón de San Patricio como parte de su campaña en busca del voto, el panista se encontró con reclamos de los comerciantes que exigen más seguridad, los robos “a la orden del día”. Por lo que esta demanda ciudadana es con la que se ha topado el candidato en los tianguis, colonias, lugares de trabajo y en las casas.
Recorrió el tianguis ubicado entre los cruces de la Calzada Independencia y calle Hacienda San Patricio, donde saludó y escuchó a comerciantes y visitantes, quienes le manifestaron su desencanto y preocupación, que viven día a día por la inseguridad y la falta de oportunidades para desarrollar adecuadamente la actividad.
Unos le decían “no se olvide de lo que dice”, como le gritó una señora, a lo que el doctor Petersen se volteó a verla y le respondió que por supuesto que no lo haría. También hubo ocasiones donde se sentó a platicar y escuchar las problemáticas de comerciantes, que viviendo en Zapopan tienen que trasladarse al tianguis para trabajar, sin embargo la vendedora de verduras le dijo que la habían asaltado en tres ocasiones, en una le robaron su automóvil.
Durante el recorrido realizado en mercado Belisario Domínguez, ubicado en el cruce de las calles Mesa del Norte y Monte Parnaso, ratificó la problemática que viven los mercados municipales al ser olvidados por las actuales administraciones: filtraciones de agua, falta de promoción, vandalismo, fueron algunas de las quejas de los locatarios y clientes.
Posteriormente el candidato del PAN, junto con simpatizantes, recorrió las calles de la colonia para tocar puerta por puerta solicitando el voto a su favor.
Hizo la invitación al evento metropolitano el próximo lunes en el Lienzo Charro Ignacio Zermeño a las 18:00 donde estará el ex presidente de México
Felipe Calderón quien estará en el evento metropolitano y después en una cena privada con empresarios de Guadalajara.
La incertidumbre de las campañas
Guillermo Valdez
8 abril 2015
Milenio Jalisco
Comenzaron oficialmente las campañas para renovar la Cámara de Diputados. Los 10 partidos participantes tienen mucho que ganar y perder. En algunos casos está en juego el registro o permanencia del partido; en todos, la cantidad de diputaciones federales y lo que ello implica en términos de poder político y, junto con ello, el monto del financiamiento público que recibirán durante los próximos tres años. También se definirá el posicionamiento que tendrán de inicio para la contienda por la Presidencia en 2018. La batalla será con todo.
Para disputarla, disponen de abundantes recursos: casi mil 200 millones de pesos de nuestros impuestos y mucho tiempo en los medios de comunicación (casi 14 millones de spots publicitarios, que sumados a los 22 millones ya transmitidos, dan un total obsceno), a lo que debe añadirse el dinero en efectivo, no permitido, pero que circula por debajo de la mesa y que es mucho más que el reportado oficialmente. Todo ello para convencer a los ciudadanos de que tomen dos decisiones: que vayan a votar y lo hagan por su logotipo.
Una parte del contexto de este proceso electoral es la seria crisis de credibilidad y confianza en la política y sus principales instituciones, entre ellas, los partidos. De este hecho se deriva una enorme paradoja: por separado, cada partido reconoce que la política está infestada de corrupción, pero que son los otros los corruptos, no ellos. Otros señalan que las acusaciones provienen de políticos hipócritas. Si le creemos a los dos mensajes, todos son corruptos. En el caso de algunos partidos nuevos y de no pocos candidatos, se manda el mensaje de que ellos son más ciudadanos que políticos —como si todo lo político fuera sinónimo de corrupción y lo ciudadano sinónimo de honradez y credibilidad— en un reconocimiento implícito de lo mismo.
La trampa está tendida. Si se ignora el tema de la corrupción, ¿quién les va a creer? Si se reconoce su existencia, ¿cuál partido se salva? Y, sobre todo, ¿a cuál irle y creerle? ¿Cómo recuperar la credibilidad? En suma, la política que se reconoce sucia, pidiendo que confiemos en los partidos, en su voluntad de limpiarla para representar nuestros intereses y no los de ellos. Ejercicio difícil, pero no tienen opción; algo deben decir.
Otros mensajes de las campañas ponen el acento en las acciones benéficas para la población, realizadas por los partidos en el gobierno o por sus acciones legislativas (el regalo de tabletas en las escuelas, la pensión a los adultos mayores, los vales para la entrega de medicinas, etcétera), como muestra de que la política también se trata de gobernar para mejorar las cosas. Y es cierto, pues solo desde el simplismo y el maniqueísmo más ramplones se puede afirmar que la política se reduce a la corrupción y que todos los políticos son sinvergüenzas.
Sin embargo, ningún estratega de campañas sabe con certeza cuál de los dos discursos será más eficaz para atraer a los electores a las urnas y para conseguir votos para los distintos partidos. La razón de esa incertidumbre es que ambas realidades —política para fines privados o corrupción, y política como generadora y distribuidora de bienes públicos, aunque sea para las clientelas partidistas— coexisten y se desconoce cuál de ellas pesa más en la decisión de los múltiples segmentos que conforman al electorado. De lo que no hay duda es que las campañas —negativas o positivas— sí importan y modificarán las tendencias actuales. Ya lo veremos.
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