La pregunta de la semana es ¿por qué García Márquez aceptó llevar a la pantalla Memorias de mis putas tristes? justo en un momento en que el mundo está luchando contra la creciente explotación sexual comercial de niñas y adolescentes. La novela tiene un público limitado, la película en cambio terminará en televisión y será masiva.
En esta novela un viejo de 91 años que ha tenido 514 amantes le pide a una lenona que le consiga a una niña virgen para su cumpleaños. Se la entregan en el prostíbulo, drogada para que resista la violación. El viejo le canta y se enamora.
Organizaciones internacionales contra la explotación sexual infantil y adolescente, están cuestionando que se lleve a cabo una apología fílmica de la trata de menores avalada nada menos que por el Nobel y un gran cineasta danés, asociados con el góber precioso.
Nota Completa:
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