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Funcionarios públicos
El Informador
Diego Petersen
5 de marzo de 2015
Uno de los errores con mayor costo del gobierno de Emilio González Márquez (más que la mismísima mentada, que ya es decir) fue subir el tema del transporte público a las campañas electorales. Cuando el PAN comenzó a presumir el Macrobús como su gran logro obligó al PRI a tomar posición, y eso derivó en un terrible golpeteo político que a la postre costó la cancelación del proyecto de la Línea 2 de BRT.
Como si la historia no la conocieran de primera mano, ahora los priistas han decidido subir una campaña presumiendo que después de 20 años, gracias a ellos, se continúan con los trabajos del Tren Ligero (la ampliación de la Línea 1 así como el diseño de la horrible Línea 3 se gestionaron desde le sexenio anterior) . La Línea 3 del tren eléctrico es sin duda la gran apuesta de este Gobierno, pero es sólo una apuesta, todavía no está madura y por el contrario, tiene muchos frentes abiertos.
Este tipo de obras no ganan elecciones y menos si están a medio camino. En el sexenio de Alberto Orozco Romero se construyó el túnel de la actual Línea 1 del Tren ligero y se abrió la avenida Federalismo. En 1973 el PRI perdió por primera vez los entonces distritos I y III que correspondían respectivamente a los sectores Hidalgo y Juárez (y también perdió la presidencia municipal de Guadalajara y tuvieron que operar un gran fraude, pero esa es otra historia). La ciudad estaba abierta en canal y el costo electoral fue para el partido gobernante.
La línea 2 del Tren Ligero, construida durante el sexenio en que gobernaron Guillermo Cosío y Rivera Aceves no derivó en votos, por el contrario. Fueron tantos los eventos que influyeron sobre la elección de 1995 (las explosiones del 22 de abril, el asesinato del cardenal, el error de diciembre, entre otros) que es difícil atribuirle a una sola causa, pero la obra costó el doble de lo previsto, afectó centenas de negocios y eso lo cobró el elector. En todo caso podemos estar ciertos que no ayudó. La suspensión de la Línea 3 elevada, sobre Ávila Camacho (un proyecto muy parecido al actual) se suspendió en el gobierno de Rivera Aceves por el temor al efecto electoral.
Las obras de transporte masivo hay que hacerlas, son fundamentales para la ciudad, pero no dan votos, de ahí la importancia de blindarlas. La Línea 3 tiene no uno, muchos defectos: la pauperización del espacio público en los tramos elevados (tres cuartas partes de la línea), la división de la ciudad, el cambio de árboles por postes, entre otros. Puestos a buscarle peros la oposición los va a encontrar, así como el PRI le encontró problemas la BRT, un sistema que, por cierto, ellos mismos promueven en otras ciudades.
Ojalá retiren pronto el anuncio que promueven juntos del Gobierno del Estado de Jalisco y el Gobierno de la República. Conforme se acerque la campaña lo único que lograrán será darle armas a la oposición y poner en la mira la obra más importante del sexenio.
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