El periodista y escritor italiano Roberto Saviano considera que la protección policial con la que tiene que convivir para evitar un posible atentado por parte de la mafia es la muestra más clara del poder que tienen las palabras.
“Mi vida en detención constante muestra que las palabras tienen mucho poder”, señaló hoy Saviano en su alocución en la sesión de apertura del Congreso Global de Periodismo de Investigación, que se celebra hasta el domingo en Ginebra.
Tras la publicación de su libro ‘Gomorra’, y sobre todo, después del éxito obtenido con más de cinco millones de ejemplares vendidos en 53 países, la camorra, la mafia de la región de Nápoles, amenazó de muerte a Saviano, lo que le obliga a vivir desde hace cuatro años bajo protección policial las 24 horas del día.
A pesar de que define su vida “como una prisión” por su total falta de libertad, “por haber perdido la posibilidad de deambular por la calle como cualquier otro ciudadano”, Saviano, afirma con rotundidad que “su esfuerzo vale la pena”.
“El primer proceso judicial contra el clan de mi pueblo duró 11 años, el segundo un año y el tercero 11 meses, los procesos se han acelerado y eso gracias a la atención mediática”.
El periodista convertido en escritor a los 26 años explica que cuando llegaron las primeras amenazas tuvo la oportunidad de refugiarse en varios países escandinavos o entrar en un programa de cambio de identidad, unas opciones que rechazó.
Por dos razones: por entender que debía seguir denunciando en voz alta la acción de la mafia, y también “por mi propia ambición que me dijo que yo podía jugar un rol, el de mantener el foco en las estructuras criminales para que no volvieran al silencio”.
“Todas las mafias del mundo están obsesionadas con el silencio, con imponer el silencio sea como sea, lo último que quieren es atención. Es por eso que creen que soy culpable y debo morir”.
El periodista explicó a sus colegas los métodos de la mafia para manipular a los reporteros y sembrar dudas que, casi siempre, surgen efecto.
“Ellos quieren actuar contra casos aislados, para poder asustarlos y desactivarlos. La mafia no sólo actúa con armas o dinamita, sino también con la desinformación, ellos deben destruir la credibilidad de las personas que hablan de ella, y en la mayoría de los casos lo consiguen”.
Consultado sobre si tiene miedo a morir, explicó, desgarrado, que lo peor no son las amenazas, sino .
“Antes de que mataran al juez (anti mafia Giovanni) Falcone recibió en su casa una bolsa llena de dinamita, y muchos dijeron que él mismo la había colocado. Lo peor que hay en este mundo es la envidia”.
Custodiado por siete carabinieri, que controlaban cada uno de sus movimientos y, sobre todo, el de los asistentes a su charla, Saviano se lamentó de los comentarios del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien la semana pasada lo acusó de promover la mafia hablando de ella.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/22/comunicacion/1271933832.html
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