Julio Serrano / Milenio
Cuando se trata de propiedad, el cielo se ha vuelto más valioso que la tierra. Y no estoy hablando sólo en términos religiosos. La propiedad más cara del mundo, incluso en México, es el aire. Específicamente el espectro inalámbrico que ahí radica. Empresas de todo el mundo han desembolsado cientos de miles de millones de dólares en los últimos años para adquirir algunos pedazos de este espectro.
Es fácil entender por qué el espectro puede llegar a ser tan valioso. Gracias a él es posible recibir señales de televisión y llamadas a teléfonos celulares. Conforme la tecnología ha ido avanzando, los usos del espectro han ido aumentando. Hoy su aplicación más valiosa es como canal de acceso de banda ancha a internet.
Nota completa: Espectro desaprovechado | Ediciones Impresas Milenio.
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