FELIPE VICENCIO ÁLVAREZ
“En una videocracia, la llave al poder es la imagen”. Así se presenta Videocracy, documental de Erik Gandini que muestra el perfil de quien en Italia ha mantenido durante muchos años una hegemonía fundada precisamente en la imagen: el magnate de la televisión y primer ministro Silvio Berlusconi, que ha logrado la mezcla perfecta entre entretenimiento televisivo y política.
Por La Jornada supimos que esta cinta ya ganó el premio del público en el Festival Internacional de Cine de Venecia, que se presentó antier en el Festival de Cine Documental de la Ciudad de México y que, a pesar de la censura en los canales de televisión del aludido, ha sido un éxito de taquilla en Italia. La cinta revela cómo el político-empresario ha logrado hacer de la política italiana lo que su esposa Verónica Lario ha definido como “una basura impúdica”.
Esa degradación del ejercicio del poder público –proporcional a su fusión con los intereses mediáticos– podría parecernos ajena y distante, pero no lo es tanto si consideramos dos factores: la obsesiva preocupación de los políticos mexicanos por congraciarse con los medios, por un lado, y el creciente interés de éstos en participar en la política, como lo demuestra la reciente integración de la primera telebancada en el Congreso federal, por el otro.
El mes pasado otro italiano, el profesor Giovanni Sartori, pronunciaba en Chihuahua una conferencia en la que advirtió que el videopoder está afectando a las democracias más de lo que se esperaba al principio. El prestigiado académico afirmó que “la opinión pública es la espina dorsal del gobierno democrático” y el fundamento de las decisiones que se asumen en estos regímenes señaladamente mediante el voto, piedra de toque de los mismos.
Opinión Completa:
http://www.lajornadajalisco.com.mx/2009/10/19/index.php?section=opinion&article=006o1pol
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