Diego Buñuel creció rodeado del séptimo arte, y al ser nieto del cineasta español Luis Buñuel su carrera se perfilaba hacia la misma industria. Sin embargo, vivir en un mundo lleno de “ficción” para él no fue suficiente, por eso decidió tomar un camino distinto al que marcaba el negocio familiar: el periodismo. En él, como corresponsal de guerra, se sumergió en la realidad. “Cuando estuve en la casa de mi abuelo, en Félix Cuevas, había cenas con intelectuales y reporteros de guerra, del Washington Port, del New York Times, que me contaban, cuando tenía 12, 14 años, las historias de Vietnam. Crecí rn una familia de ficción, donde se imaginaban las historias, pero esa gente me estaba contando verdaderas historias, ¡eso me fascinó! Era más increíble que lo que me podía imaginar”, cuenta.
Reforma