180920AROMilenio
Política y gobierno
México debe saldar en 38 días un año de cuota de agua a Estados Unidos
Medio: Milenio
Fecha: 18/09/2020
Actor principal: Greg Abbot
Tipo de actor: Funcionario
Número de fuentes: 3
A México le quedan solo 38 días para pagar a Estados Unidos 319 millones de metros cúbicos de agua, volumen cercano a la cuota establecida para un año en el Tratado de Aguas de 1944, a través del cual se distribuyen las aguas internacionales de los tres ríos que compartimos a lo largo de la frontera: Colorado, Tijuana y Bravo, y a pesar de que el tratado es más favorable para nuestro país, ya que por cada litro de agua que México aporta a Estados Unidos, nosotros recibimos 4 litros de agua.
El tratado que data de hace 76 años establece que Estados Unidos debe entregar a México mil 850 millones de metros cúbicos de agua al año, mientras que nuestro país solo debe entregar poco más de 431 millones de metros cúbicos anualmente, es decir, 2 mil 158 millones de metros cúbicos de agua en plazos de cinco años, y el periodo vigente, el ciclo 35 concluye este 24 de octubre.
Según cifras de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), al corte de este 17 de septiembre México ha entregado mil 839.3 millones de metros cúbicos, por lo que debe saldar en menos de seis semanas, 319 millones de metros cúbicos de agua, y no puede volver a caer en adeudo, como ocurrió con el quinquenio pasado.
Por tal motivo, el gobernador de Texas, Greg Abbot envió el pasado 15 de septiembre una carta dirigida al secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo en la que hace ver que “México nuevamente tiene un déficit significativo en su entrega”, y le pide apoyo para que México cumpla consistentemente con las obligaciones del tratado antes del 24 de octubre, sin deuda.
“México necesita terminar el ciclo sin deuda. México terminó el último ciclo, así como varios ciclos anteriores, en deuda. Esta tendencia no puede continuar. Con solo seis semanas restantes, México debe entregar más agua de inmediato. México tiene actualmente suficiente agua dentro de sus embalses interiores y embalses internacionales, que podría utilizarse para cumplir con los requisitos del Tratado”, dice la carta firmada por el gobernador de Texas.
En la misiva subraya que la cantidad de agua equivale a casi un año de agua, y que podría cumplir la entrega con el agua de las presas internacionales donde hay cerca de 216 millones de metros cúbicos de agua, según sus estimaciones, así como mil 456 millones de metros cúbicos en almacenamientos interiores.
Abbot subraya que la CILA sección norteamericana, debe permanecer firme en su negativa a tomar agua del río San Juan para cumplir con las obligaciones del Tratado, ya que Texas necesita la capacidad de almacenar las aguas dentro del sistema de reservorios internacionales para maximizar el recurso.
“Aceptar ofertas de entregas de agua del Río San Juan en el Bajo Río Grande, que no se puede almacenar y está fuera de los seis afluentes nombrados dentro del Tratado, no es ventajoso para Texas.
La parte mexicana de la Cuenca del Río Bravo aporta agua de seis ríos tributarios: río Conchos, arroyo Las Vacas, río San Diego, río San Rodrigo, río Escondido, y del río Salado.
De acuerdo con la Conagua, 1.2 millones de habitantes en Coahuila y Tamaulipas dependen del agua del río Bravo, por lo que resulta prioritario compartir el líquido de la cuenca entre ambos lados del río, así como aguas arriba y abajo.
Conagua pide a Javier Corral apoyar cumplimiento de tratado
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) llamó al gobernador del estado de Chihuahua, Javier Corral Jurado, a sumar esfuerzos para concluir, en tiempo y forma, con el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944.
“Es tiempo de trabajar unidos en torno a un objetivo común: que México atienda sus compromisos binacionales y se asegure la continuidad de un acuerdo que es altamente benéfico para México”, dijo la dependencia en un comunicado.
Además, aseguró que ha cumplido a cabalidad sus compromisos con los productores de la entidad para asegurar el éxito de la actual temporada agrícola, gracias a la entrega del cien por ciento del agua para riego que estableció el Comité Nacional de Grandes Presas. “En El Granero y Las Vírgenes se cumplió ya al 100 por ciento con su entrega, en tanto que de La Boquilla resta por entregar únicamente un 9.5 por ciento”.
Sobre la preocupación del gobernador Javier Corral sobre el huachicoleo del agua que ocurre en diferentes puntos de ese estado, la Conagua dijo estar lista para reiniciar la inspección de pozos y extracciones de agua, presuntamente ilegales, en la cuenca del río Conchos, una vez que haya las condiciones de seguridad.
180920MLJELUNIVERSAL
Ciencia y Salud
Cambio Climático “descongelará” nuevos virus, advierten
Medio: EL UNIVERSAL
Fecha: 18/09/20
Actor principal: Tree Nation
Tipo De Actor: Organización civil
Fuentes: 4
La lista de catástrofes naturales que llegarán en un futuro próximo si el cambio climático sigue avanzando parece no tener fin, porque el recalentamiento del planeta también liberaría numerosos virus, algunos de ellos mortíferos, que están atrapados en el hielo desde hace miles de años y para los que el ser humano no está preparado. Un dato que cobra especial relevancia en tiempos de pandemia.
Muchos de estos virus se encuentran hibernados en el permafrost, una capa del suelo permanentemente congelada, aunque no siempre está cubierta de hielo, que se extiende sobre todo a lo largo del ártico: Siberia, Alaska y Canadá.
“Debajo del permafrost hay toda una diversidad biológica que hace miles de años fue atrapada por el hielo. Existen virus que pueden aguantar en ese estado de hibernación unos 30 mil años. La amenaza es doble. Primero, porque no sabemos a lo que nos enfrentamos, aunque existen evidencias de que hay miles de virus congelados. Y en segundo lugar, no estamos preparados a nivel de inmunidad para enfrentar este tipo de virus, porque nuestro registro genético no tiene constancia de los mismos y podríamos ser muy vulnerables”, señala a EL UNIVERSAL Maxime Renaudin, fundador de la organización ecologista Tree-Nation.
Bajo la capa helada del permafrost aguantan dormidos virus conocidos y otros desconocidos; el porcentaje de estos últimos podría ser de 99%. “Probablemente la gran mayoría de esos virus no serían dañinos. Pero sólo hace falta que haya un pequeño porcentaje de virus letales para que supongan un gran problema para la humanidad. Esos patógenos mantendrían su potencial de contagio intacto desde el momento en que hibernan. Cuando se volvieran a activar, estarían como en el primer día”, advierte el experto.
El deshielo del permafrost, que ocupa aproximadamente entre 20% y 25% de la superficie de la tierra, no sólo generaría crisis sanitarias inéditas a nivel global. También aceleraría el cambio climático, puesto que en esas capas congeladas hay gases de efecto invernadero como el metano y el dióxido de carbono (CO2), que están encarcelados desde hace miles de años y que podrían aflorar debido a la descomposición de enormes cantidades de restos de animales y plantas atrapados desde el Pleistoceno. El espesor del permafrost puede alcanzar los 1.5 kilómetros. Informes de especialistas indican que entre 30% y 70% del permafrost puede fundirse antes del año 2100, dependiendo de la eficacia con la que la comunidad internacional responda al cambio climático.
“Se calcula que el permafrost contiene las reservas de metano más grandes del mundo y su liberación significaría multiplicar por cinco las emisiones de este gas que se producen actualmente. Llegados a ese punto, aunque detuviéramos todas las actividades humanas, no podríamos hacer nada para evitar la catástrofe. Sabemos que el permafrost se está descongelando; lo que desconocemos es la velocidad con la que lo hace y si tenemos suficiente tiempo para reaccionar”, asegura el responsable de la organización ecologista que promueve la reforestación para luchar contra el cambio climático.
El experto enfatiza que la urgencia por detener el cambio climático es porque existe un punto de no retorno a partir del cual cualquier respuesta será insuficiente, incluso aunque se detenga toda la actividad humana contaminante. Para ese entonces, la naturaleza habrá tomado el relevo.
“Puede ser que el breaking point se diera hace 25 años o que suceda en el próximo cuarto de siglo. Estamos jugando a la ruleta rusa. Lo único que sabemos con certeza es que el riesgo es total y que la catástrofe puede tener proporciones bíblicas, porque si no logramos hacer un planeta más sostenible y controlar el cambio climático y el deshielo del permafrost, entramos en un mundo absolutamente desconocido, con una extinción de 80% o 90% de todas las especies, con países inundados, hambruna, desplazamientos masivos y un largo etcétera de calamidades”, asegura.
“Necesitamos reducir prácticamente a cero nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y, en segundo lugar, tenemos que atrapar algunas de esas emisiones, con la plantación de árboles por ejemplo, para volver a recapturar gases como el CO2, que ya están en la atmósfera y que seguirán sobrecalentando el planeta si no intervenimos”, agrega.
Para el fundador de Tree-Nation, la llegada del Covid-19 alertó a la humanidad que cambió radicalmente su comportamiento, adoptando costumbres como el uso del cubrebocas o el mantenimiento de la sana distancia. Sin embargo, cuando es la naturaleza la que gestiona la crisis y realiza sus propias emisiones contaminantes, como sucedería con el deshielo del permafrost, el resultado es absolutamente imprevisible.
“La edad moderna y la manera global en la que nos movemos hoy en día lo cambian todo. El virus del sida necesitó décadas para desplazarse 100 o 200 kilómetros, de aldea en aldea, y poder contaminar a otras personas. Actualmente, cualquier virus como el Covid-19 puede moverse a una velocidad extrema y ocasionar rápidamente una pandemia. Aunque evidentemente estamos mejor preparados a nivel científico para luchar contra la aparición de nuevos virus”, concluye.
En este contexto, los expertos advierten del aumento de la transmisión de enfermedades de origen animal (zoonosis), a causa de la deforestación y la invasión por parte del ser humano de ecosistemas que no le corresponden. El World Wildlife Fund (WWF), señala en un informe sobre Pérdida de naturaleza y pandemias que más del 70% de las patologías humanas en las últimas cuatro décadas han sido transmitidas por animales salvajes. La última de ellas, el Covid-19.
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