Tema: Medios de comunicación
Subtema: Empresas de medios en otras ramas de la economía
SIN EMBARGO
Por Redacción / Sin Embargo
2 de octubre de 2018
Informativo
El Gobierno federal repitió el esquema de 2005, cuando el entonces Secretario de Gobernación, Santiago Creel, seis días antes de dejar el cargo en busca de la candidatura presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN) otorgó permisos a Televisa para abrir 65 casas de juego.
En 2012, meses antes de concluir la administración del ex Presidente Felipe Calderón, la Segob autorizó a la empresa permisionaria El Palacio de los Números la celebración de juego de dados con apuestas en sus casinos.
Ciudad de México, 2 de octubre (SinEmbargo).– A unos días de concluir su mandato, el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto otorgó a Televisión Azteca un permiso para la instalación, apertura y operación de un casino y adjudicará un nuevo contrato para el servicio de telepeaje en 41 carreteras y autopistas concesionadas al Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) publica este día Reforma.
De acuerdo con el diario capitalino, con el permiso, que tiene una duración de 25 años, la televisora podrá operar la captación de apuestas vía internet, telefónica y electrónica, así como captar cruces de apuestas de eventos, competencias deportivas y juegos en el extranjero o en territorio nacional transmitidos en tiempo real. Además, podrá transmitir y tomar las apuestas de hipódromos, galgódromos y frontones.
Reforma indicó que el permiso se dio el pasado 13 de septiembre y fue autorizado por Eduardo Cayetano Cacho Silva, director general de Juegos y Sorteos.
En el caso del telepeaje, la licitación no fue convocada por Caminos y Puentes Federales (Capufe), sino por Banobras, en su carácter de fiduciario del Fonadin, que por ser un fideicomiso, no está sujeto a las restricciones de gasto anual del Presupuesto de Egresos.
En 2014, año en que se otorgó la licitación a la empresa Telepeaje Dinámico (Tedisa) por 4 mil 250 millones de pesos, se generó un escándalo debido a diversas acusaciones de irregularidades, múltiples fallas técnicas y problemas en la transición tecnológica al nuevo sistema.
El contrato de Tedisa vencía el 31 de julio de 2018 pero fue ampliado ocho meses más durante adjudicación directa por un monto de hasta 463 millones de pesos.
El fallo de la licitación será anunciado el 12 de noviembre, 18 días antes del final del sexenio y estará vigente hasta el 31 de marzo de 2023.
Reforma recordó que en 2017, Banobras pagó 34.8 millones de pesos a la empresa Senermex Ingeniería y Sistemas para desarrollar el nuevo modelo de telepeaje. Sin embargo, este siguió presentando problemas, como retenciones injustificadas en la entrega de Capufe a Fonadin de las cuotas recaudadas.
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Tema: Medios de comunicación
Subtema: Otro
Carmen Aristegui y Grupo Radio Centro
SIN EMBARGO
Gabriel Sosa Plata
2 de octubre de 2018
Opinión
Si José Antonio Meade, del PRI, hubiese ganado las elecciones presidenciales ¿la periodista Carmen Aristegui habría regresado a la radio abierta?
Probablemente no, pese a los beneficios de tener al aire a una periodista reconocida, multipremiada y, por qué no decirlo, rentable económicamente. Y esto es así porque la política de relación entre el poder político y los medios de comunicación seguiría con Meade y su partido bajo la misma lógica de las reglas no escritas y la presión a través, por ejemplo, de los recursos de la publicidad gubernamental.
Los resultados electorales de este año modificaron de manera radical el escenario político. Se acabó el sexenio de Enrique Peña Nieto, adverso en diversos ámbitos en materia de libertad de expresión, y con ello la imposibilidad de mantener el veto a una periodista y a un grupo de reporteros, quienes con el reportaje de la “casa blanca” del presidente de la República, marcaron el antes y el después de un gobierno en declive, desprestigiado por los señalamientos de corrupción y los conflictos de interés.
Grupo Radio Centro (GRC), de la familia Aguirre, leyó el cambio electoral y vio una oportunidad para incorporar a Carmen Aristegui y a su equipo de noticias en su red de radiodifusoras distribuidas en las principales ciudades del país. Lo hace con visión empresarial, para obtener un lucro y tener contentos a sus accionistas e inversionistas en la Bolsa Mexicana de Valores, pero también actúa con lógica política al advertir que cambiaron las condiciones para que una periodista como ella, incómoda, irreverente, crítica, se reincorpore a un medio de comunicación que aun en la llamada “era digital” conserva influencia y penetración.
Hay quienes han interpretado esta alianza entre Aristegui Noticias y GRC como una más de las acciones que han tomado algunos medios impresos y electrónicos para dar un mensaje a Andrés Manuel López Obrador (AMLO): se despide a reporteros, articulistas y columnistas críticos del político tabasqueño y se conserva en la nómina a periodistas que cuentan con su aprobación. Este último caso se reforzaría al abrir las puertas de la radio a Carmen Aristegui, sobre todo por aquello de la declaración del presidente electo que “procuraría” el regreso de ella y de José Gutiérrez Vivó a dicho medio de comunicación.
En la conferencia a medios que ofrecieron Juan Aguirre Abdó, de Grupo Radio Centro, y Carmen Aristegui, se marcó distancia de López Obrador y su futuro gobierno. La periodista aclaró que la declaración del presidente electo de que procuraría el regreso de ambos comunicadores, se hizo después de que iniciaran las conversaciones entre ella y los representantes del grupo radiofónico. Y que ni el político ni nadie de su equipo intervino o ha intervenido en los acuerdos que se lograron.
A su vez, el empresario dijo al periodista Carlos Padilla, de la revista Zócalo, que “el margen de libertad de expresión” para Carmen será “absoluto” y que lo único que hará la empresa será tomar la señal del noticiario, tal y como se genera, sin ninguna injerencia. También, al señalamiento de que los noticiarios de GRC fueron particularmente críticos del candidato AMLO, Aguirre Abdó respondió que “lo que nosotros queremos es la libertad individual de cada espacio informativo, de cada conductor, de tal forma que si un conductor tiene una ideología o una tendencia hacia ciertas cosas, lo respetamos y en este caso será tratado de la misma forma”.
Salvo lo ocurrido con Antonio Esquinca, no se han llevado cambios de conductores o comentaristas en GRC. Sergio Sarmiento, Carlos Loret de Mola y Jesús Martín Mendoza, particularmente críticos de López Obrador y su partido político, continúan al aire y no han modificado su línea editorial. Es cierto, como sucede en otros noticiarios, hay un trato más “cuidadoso” con el ahora presidente electo, pero prevalece la visión crítica. Y está muy bien. Las audiencias no queremos un periodismo servil al poder, sino un periodismo independiente, que informe con veracidad y exhiba la corrupción en cualquier ámbito.
Carmen Aristegui no será la “vocera” de López Obrador; no hará el papel de Jacobo Zabludovsky en la época del partido único. Quienes conocemos profesionalmente a la periodista, sabemos que no es la periodista que cede a las presiones o las seducciones del poder político o de la empresa que se anuncia en su noticiario. También lo deben saber en GRC. Y si fuera distinto, habrá voces que la cuestionarán y exigirán a través del derecho de réplica y de la queja. De ahí la relevancia que exista la figura de la Defensoría de las Audiencias y de otros mecanismos de autorregulación efectivos.
Por lo que Aristegui y Aguirre declararon el viernes pasado, GRC no se meterá con la línea editorial de Aristegui Noticias. Ya hemos citado lo de la libertad de expresión “absoluta”. Suponemos que ese compromiso está en el contrato firmado por las partes, como ocurrió con el contrato que la periodista tuvo con MVS Radio. Si así es, es una buena noticia para el gremio periodístico, pero mucho más para las audiencias. GRC rompería de esta manera la idea que fuertemente persiste entre los empresarios de la industria radiofónica que “sus” frecuencias pueden ser utilizadas para alabar o golpear “periodísticamente” a determinados personajes cuando así lo deseen y no por alguna razón que trascienda socialmente.
¿Y GUTIÉRREZ VIVÓ?
En el diagnóstico de la alianza entre Aristegui y GRC, imposible dejar de lado la expulsión del periodista José Gutiérrez Vivó, durante el gobierno de Fox. La periodista y Juan Aguirre no evadieron el tema. Ambos lamentaron lo ocurrido, pero el empresario fue mucho más allá: “Ojalá demos el siguiente paso para llegar a un acuerdo con el señor Gutiérrez Vivó y su regreso a la radio”.
¿Realmente habrá esa buena disposición o fue solo una declaración sin sustento? Ya veremos en los hechos. La salida de Gutiérrez Vivó ocurrió, justo, por una presión del gobierno foxista y su rechazo enfermizo a López Obrador. GRC, como la mayoría de los grupos radiofónicos, actuaron en consecuencia. El “antipejismo” fue la línea editorial de innumerables noticiarios en la radio desde los inicios del siglo XXI. Ahí están los monitoreos del INE como prueba irrefutable.
Bajo el nuevo escenario político, Gutiérrez Vivó también debería regresar, no por abrir en su momento los micrófonos de Monitor a López Obrador y reivindicarlo públicamente, sino por el nuevo marco de libertades que han prometido quienes ganaron, de forma aplastante, las elecciones. Como dijo Aristegui, es un buen momento para que los radiodifusores entren en un proceso de revisión de lo que han hecho o han dejado de hacer en materia de libertad de expresión. Es un momento propicio para dar marcha atrás a todas aquellas prácticas que han dañado su credibilidad, el periodismo de calidad, el derecho a la información de la sociedad y por supuesto los derechos de las audiencias. Es el momento para replantear la relación con el poder político e impedir a toda costa la censura.
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Tema: Medios de comunicación
Subtema: Otro
Qué hay detrás delregreso deAristegui
EL UNIVERSAL
Javier TejadoDondé
2 de octubre de 2018
Opinión
La semana pasada se anunció que el 17 de octubre Carmen Aristegui regresa a las frecuencias de la radiodifusión nacional vía un acuerdo con Grupo Radio Centro, que comanda Francisco Pancho
Aguirre. Es una buena noticia que la comunicadora haya podido regresar a un espacio en la radio nacional y que cualquier noción de veto haya quedado atrás. Sin lugar a dudas, hará mucho más competida la mañana en los ratings de la radio, pero es una noticia que tiene varios ángulos a analizar. Veamos:
*Pulverización de audiencias: no se entiende la decisión de Pancho de tener tres frecuencias
distintas en la CDMX —y en el resto del país— dedicadas a informativos. Y es que, bajo el nuevo arreglo, Radio Centro tendrá cada mañana compitiendo entre sí a Sergio Sarmiento y Lupita Juárez en la 92.1 de FM; a Carlos Loret de Mola en la 88.1 FM y, ahora, a Carmen Aristegui en la 97.7 FM.
De hecho, la 88.1 y la 97.7 son estaciones “hechizas” en materia informativa, pues el resto del día llevan programación musical.
Bajo ninguna lógica empresarial hace negocio el hecho de pulverizar audiencias entre tres
comunicadores. Radio Fórmula, de la familia Azcárraga Romandía, tiene dos cadenas nacionales noticiosas, no tres; y, de hecho, en sus planes de eciencia
nanciera está sólo quedarse con una. Así que la decisión de Radio Centro es más bien política.
*La decisión política: Radio Centro está en proceso de pagar y/o de impugnar multas por el impago en la cadena de TV en la que falló y fue multada con 415 millones de pesos. También, tiene abiertos tres procesos por frecuencias de radio que no pagó en la pasada licitación (y le podrían costar otros 7 millones de pesos en multas). Aunque aquí aduce errores en el procedimiento del Instituto Federal de Telecomunicaciones, dado que otro licitante habría inado ilegalmente los precios en la primera licitación de radio FM del país.
Asimismo, es altamente dependiente de recursos públicos que le ingresan como publicidad. El año pasado, las estaciones de Radio Centro recibieron, según la Secretaría de la Función Pública, más de 129 millones de pesos en publicidad ocial.
Ahora que se ha hecho público que estos recursos
irán a la baja en la siguiente administración, es evidente que Radio Centro busca hacer “migas” con Andrés Manuel López Obrador al poner al aire a una personalidad que él mismo sugirió regresase a los micrófonos. La idea es no perder estos recursos que representan 13% de su venta total.
En Radio Centro saben que con las recientes contrataciones están aumentado sus costos y que además traen grandes deudas. Para mejorar sus ventas, ayer anunciaron la incorporación de dos nuevos directivos, provenientes de Televisa Radio/Prisa. Pronto se darán cuenta que, aunque Radio Centro cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), al igual que Televisa o Prisa, en realidad su manejo es más el de una empresa netamente familiar.
*Un viejo anhelo: para nadie en la industria es un secreto que Pancho Aguirre tenía años tratando de llevar a sus estaciones a Carmen Aristegui. A su salida de W Radio (sociedad de Televisa y Prisa), Pancho trató de contratarla; de hecho, él presume que durante meses le ayudó en lo económico. Pero cuando llevó su contratación al Consejo de Administración de Radio Centro, sus hermanos no aceptaron la contratación por lo oneroso de ésta, en particular Carlos Aguirre, quien era entonces el director general de la empresa.
Hoy el tema es distinto, pues los hermanos que frenaron a Pancho ya no están en Radio Centro, con lo que pudo haberle ofrecido, sin mayor oposición de su Consejo, cualquier salario. De hecho, ha trascendido que el arreglo entre el empresario y comunicadora conlleva, además de un importante sueldo, un porcentaje de ingresos por comercialización de spots.
Pancho es un hombre que busca lograr sus metas, aunque salgan caras a la empresa que
comanda. Así, ya tiene a un precio alto (425 millones) una licencia para un canal de TV en la CDMX, anhelo que tenía desde que el gobierno de López Portillo le requisó a su familia el Canal 13 para convertirlo en Imevisión. Ahora, ya tienen entre sus comunicadores a Carmen Aristegui. Y desde luego, sus estaciones le dan una importante audiencia, sobre todo musical, en todo el país.
*Una radio cambiante: la radio nacional ha cambiado en los tres años desde que Aristegui dejó los micrófonos de MVS por un complicado litigio con la familia Vargas, mismo que sigue pendiente.
Hay mucha más competencia en el horario matutino, con comunicadores relevantes y que operan en varias plataformas de manera exitosa. Tan sólo por mencionar a algunos de los más destacados: Alejandro Villalvazo (ACIR-TV Azteca); Ciro Gómez Leyva (Radio Fórmula-Imagen); Carlos Loret de Mola (Televisa-Radio Centro); Gabriela Warkentin-Javier Risco (W Radio-El Financiero-Bloomberg); Sergio Sarmiento y Lupita Juárez (Radio Centro-TV Azteca); y, Óscar Mario Beteta (Radio Fórmula).
Pero también hubo cambios en la parte legal. La Ley de Réplica fue aprobada por el Congreso (2015) y validada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (2018), y hay nuevos criterios luego de la Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el Honory la propia Imagen en el D.F. (reformada en 2014). De ésta surgió el criterio de “Malicia Efectiva”. Así que hay nuevas disposiciones ya validadas por los más altos tribunales para recticar por información falsa o inexacta y para resarcir daños por información transmitida con intención de causarlos. Con lo que ya todos los periodistas tienen que ser más cuidadosos en lo que trasmiten y, al ser Radio Centro una empresa que cotiza en la BMV, será fácil jar los montos de reparación.
Con ello, tanto la periodista como Radio Centro están más expuestos a demandas millonarias si cometen abusos o errores en un ánimo de ganar rating.
*¿Y José Gutiérrez Vivó? Pues este otro personaje que quiere regresar a la radio y también tiene el aval de AMLO aún no aparece en la programación de ninguna estación. Quizá los buenos ocios de un muy buen y combativo abogado le vengan bien. Y es que Javier Quijano es el abogado tanto de Aristegui como de Gutiérrez Vivó. Así que, ahora que hay contacto con Radio Centro, quizá pudieran dirimir un conicto entre la empresa radiofónica y el periodista, litigio que lleva más de 15 años.
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