Tema: Periodistas
Subtema: Normas sobre protección a periodistas
En riesgo, mecanismo de protección a periodistas
Milenio
Lourdes Godínez Leal
23 de septiembre de 2018
Informativo
Pese a su promesa de dotarlo de fondos y fortalecerlo, la falta de recursos asignados al Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas pone en riesgo a más de 700 comunicadores desplazados que se encuentran en riesgo y que buscan en este instrumento una salida para no morir. Por ello integrantes del Consejo consultivo del mecanismo exigieron esta semana a la Comisión de Presupuesto del Congreso de la Unión y a la próxima administración de Andrés Manuel López Obrador garantizar más recursos para que ese aparato continúe funcionando.
México es considerado desde hace varios años el segundo lugar más peligroso para ejercer el periodismo. Los sexenios del panista Felipe Calderón Hinojosa y del priista Enrique Peña Nieto —a punto de culminar su gestión— han sido mortales para quienes se dedican a ejercerlo, sostienen organizaciones especialistas en libertad de expresión: asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados han sido la constante.
En su informe sobre la misión a México a finales de 2017, los relatores especial de las Naciones Unidas sobre la Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y de Expresión, y el relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señalan que el panorama de la situación de los comunicadores en México es “catastrófica: desde 2010, 73 periodistas han sido asesinados, 12 han sufrido desaparición forzada y hubo 44 intentos de asesinato.”
En tanto, la organización Artículo 19 ha documentado que 42 periodistas hombres y tres mujeres fueron asesinadas durante la actual administración de Peña Nieto; en tanto que las privaciones de libertad aumentaron también durante este sexenio en comparación con el de Calderón Hinojosa. Los registros de Artículo 19 señalan que el promedio anual pasó de 17 casos en los últimos cuatro años del sexenio de Felipe Calderón a 44 en el sexenio de Peña Nieto; mientras que las y los periodistas desplazados de manera forzada debido a las agresiones fueron en total 20.
Desde 2003, sostiene la organización, 24 periodistas permanecen desaparecidos en México: cuatro en el sexenio de Enrique Peña Nieto (desde 2013). El instrumento surgió en 2012, cuando se aprobó la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y de esta emanaba la creación de un mecanismo para amparar a las personas defensoras de derechos humanos y periodistas, el cual ha brindado protección desde que entró en vigor a aproximadamente 310 integrantes del gremio, de un total de 370 que la solicitaron, sostiene la organización Artículo 19.
UN APARATO REBASADO
El actual contexto del país ha provocado que este instrumento de protección esté rebasado. Ello aunado a la falta de recursos económicos, que ha sido una constante, colocan en riesgo a periodistas y personas defensoras que se encuentran dentro de él, pero también a quienes lo soliciten, ya que los fondos únicamente alcanzan para diciembre de este año. A partir de enero del siguiente año, su continuidad es incierta. De acuerdo con las personas que integran el Consejo consultivo, la Secretaría de Gobernación (Segob) solicitó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público 126 millones de pesos, pero esta dependencia solo dará al fideicomiso del mecanismo, 75 millones de pesos para cubrir los gastos durante los meses restantes de la administración actual, es decir, octubre, noviembre y diciembre; sin embargo, desconocen lo que pasará a partir de enero del siguiente año.
Las y los defensores recordaron que el 17 de mayo de 2017, Peña Nieto se comprometió ante la Conferencia Nacional de Gobernadores, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), embajadas y organismos internacionales a fortalecer el mecanismo con recursos financieros y una estructura adecuada; sin embargo hoy por hoy, el personal es insuficiente y está rebasado.
Un análisis de la organización civil experta en presupuesto y transparencia, Fundar, Centro de Análisis e Investigación, publicado en junio de 2017 explica que el mecanismo está adscrito a la Segob a través de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos, misma que ejerce los recursos del programa presupuestario y que coordina el fideicomiso que administra los recursos del Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Este fideicomiso se creó en octubre de 2012, con el objetivo de obtener recursos económicos adicionales a los previstos en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y destinar recursos económicos para la implementación y operación de medidas de prevención y protección.
De este informe se desprende que el presupuesto asignado al programa presupuestario que atiende los crímenes contra periodistas ronda los 150 millones de pesos y de 2013 a 2015 se han dado subejercicios en el gasto. De acuerdo con este análisis, durante 2016 y 2017 no se asignaron recursos al mecanismo, en tanto que la violencia contra el gremio y contra defensoras de derechos humanos continúa al alza.
Tema: Periodistas
Subtema: Otro
“Putas, activistas y periodistas”
Milenio
Humberto Ríos Navarrete
23 de septiembre de 2018
Opinión
En el libro Putas, activistas y periodistas, ¿por qué lo hicimos?, de 199 páginas, la periodista Gloria Muñoz Ramírez narra: “Quizás ya no tenemos tan claro el momento en el que inició todo. Sabemos que a mediados de 2009. El proyecto de Desinformémonos estaba naciendo. Me recuerdo en un autobús repleto de trabajadoras sexuales rumbo a Tlaxcala. De 40 personas, solo tres no ejercíamos el oficio. Iba sentada junto a Elizabeth, una joven trabajadora social que, igual que yo, era la primera vez que acudía a un Encuentro Nacional de Trabajadoras Sexuales.
Dormimos juntas. No, no dormimos. Platicamos toda la noche (…)”.También iba en el camión Elvira Madrid —fundadora, junto con Jaime Montejo y Rosa Icela, del colectivo Brigada Callejera—, a quien el resto no paraba de abrazar, describe Muñoz, quien era vista con recelo por la activista, pues no sabía quién era. Tiempo después la amistad trascendería.Putas, activistas y periodistas, escribe Muñoz Ramírez, “eso somos. Aprendimos a nombrarnos y a reconocernos. Nos sabemos dignas en nuestros oficios y en nuestras luchas. No apelamos a la objetividad, tan manoseada en estos tiempos. Ni víctimas ni victimarias, ni tratantes ni objetos de trata. Sujetos sí, de nuestra propia historia”.
Entonces le propusieron escribir un libro sobre ellas, pero Gloria Muñoz Ramírez les respondió que no, pues “no se trataba de entrevistar y transcribir, sino de intentar otra cosa”. “Ninguna recuerda quién soltó la propuesta de iniciar un taller de periodismo para que ellas mismas contaran su historia, redactaran sus denuncias y escribieran su libro”.
Y empezaron el taller en una casa que Brigada Callejera tenía en la colonia Valle Gómez, Ciudad de México, con pocas sillas y un pequeño pizarrón. Nadie estaba segura de nada. “¿A dónde iríamos a parar con un taller de redacción periodística —se pregunta Gloria en el libro— un grupo diverso de trabajadoras sexuales y los equipos de Brigada Callejera y Desinformémonos?”***En seguida, algunos fragmentos de lo escrito por seis de las 16 autoras en el libro Putas, activistas y periodistas.
Libertad: “En mi pueblo los niños sueñan que de grandes van a ser padrotes. Juegan a que tienen viejas y les dicen a otras niñas: ‘pónganse a trabajar’.“Vivo en Ciudad de México y ya no tengo ninguna relación con mis papás ni mis hermanos. Tengo dos hijos, una niña de cinco años que estudia y otro de tres. No saben cuál es mi trabajo y me llevo bien con ellos. Voy a regresar a mi pueblo, mi papá tiene a mi hijo, tengo que quitárselo. “Mi mamá ya tenía dos hijos cuando se juntó con mi papá. Él abusó de la más chica cuando ella tenía solo 13 años. Yo lo vi (…) Mi mamá trabajó 10 años en esto, también fue víctima de mi papá”.
Marilyn: “Lo que hacemos es honesto y de mucho valor. El trabajo sexual nunca se va a acabar. Yo inicié con sueños, algunos se han realzado gracias a Dios, pero otros no porque tengo el cuerpo lastimado. Las piernas, las nalgas y la piel se me mancharon y para trabajar tengo que usar ropa especial, pero estoy joven y sigo en el camino. “Nunca he pensado en alguien que me tenga como si tuviera una correa de perro, porque es algo que me inculcó mi mamá. Solo pienso en llevarme mi dinero y ahorrar.“En México cualquier policía es corrupto; la mayoría son ignorantes, despectivos, mamones, me tratan como hombre, pero son los primeros que quieren conmigo”.
Flor: “Antes era pecado todo y yo era la pecadora, la oveja negra de la familia. Tengo 63 años, vivo sola, feliz y conforme (…) A los 19 años encontré un medio para valerme por mí misma. En una calle vi a unos hombres que estaban parados y vestidos de mujer, les pregunté qué hacían y me dijeron: ‘trabajando’”. En ese momento pensé: de aquí soy. Las compañeras me agredían mucho. Me insultaban constantemente hasta que después pudieron aceptarme (…) Pasé por tener un lugar en la esquina”.
Nancy: “Me llamo Nancy, tengo 48 años y fui un niño de la calle. No tengo asegurado nada, pero soy feliz. Estuve en coma 15 días y le pedí a Dios seguir viviendo porque necesito hacer más cosas, aunque haya tenido muchas fallas. Quise comprarme una casa, pero en el andar agarré la droga y el alcohol (… ) El talón también me dio sufrimiento, porque me llevaron presa dos veces. “Desde los ocho años ya quería salirme de mi casa, porque no entendía lo que pasaba en mi cerebro. A esa edad solo se siente en el corazón. Mi mamá me golpeaba por ser gay, me gritaba: ‘¡le voy a decir a tu papá que te lleve a la correccional para ver si te compones’” (…). “Tuve que salirme a los 13 años (…) Vivo en el Centro Histórico del DF, pero nací en Monterrey. Estudié solo el sexto de primaria (…) La calle de Campeche en la Roma es el lugar que más me ha gustado, porque ahí estaban desde la más pioja hasta la más regia”.
Renata: “Nací en la colonia Vallejo y a los 17 años tuve que trabajar haciendo limpieza en un hotel. A los 20 empecé a talonear porque nació mi primer hijo y su papá nos abandonó. No tenía para darle de comer y soñaba con comprarle ropita. Empecé por mera necesidad. “A mi primera pareja la quise demasiado. Yo tenía 17 años y fue muy bonito. José era albañil y lo conocí tirando cascajo en la calle (…) La primera vez que estuvimos juntos me entregué (…) Mi ilusión era casarme, ponerme un vestido de novia (…) Pero él no quiso, me dijo que fui muy fácil y que no merecía casarme con él. Después me abandonó, me dejó el canijo. Quizás por eso quiero tanto a mi hijo”. Magnolia: “En el malecón de Coatzacoalcos, Veracruz, nos enganchó un joto.
Éramos cuatro amigas y nos dijo que nos iba a dar casa, que íbamos a ganar bien con lo que nos pagaran de las fichas. Aceptamos. Nos llevaron por la vía corta hacia Puebla, a un bar que se llama La Pradera. Ahí nos emborrachaban, nos quitaban el dinero y las fichas que nos hacíamos, pero él decía que unas chavas nos robaban… Una señora que se llamaba Amanda nos llevaba siempre en una camioneta a Tehuacán. No podíamos salir de ahí ni nos dejaban hablar con nadie, casi no nos daban de comer (…) Así duré un año hasta que me dije: no puedo seguir aquí.“Trabajé un tiempo en Reynosa, Tamaulipas. Me llevó una chava, pero eran muy feos los operativos (…) Llevo 15 años en esto. Empecé a trabajar a los 19 (…) Mi mamá falleció de cáncer en la matriz cuando yo tenía 22 (…) Rento una casa pequeña en Chalco, pago mil 600 de renta y 300 de luz. Gasto diariamente 40 de pasaje y 50 de comida… Muy pocas veces gano 2 mil pesos a la semana (…)”
***Putas activistas y periodistas terminó de imprimirse el pasado julio de 2018. Las fotografías son de Luis Jorge Gallegos, Ricardo Ramírez Arriola, Elsa Medina, Iván Castaneira y Ricardo Guerrero. La edición fue de Gloria Muñoz Ramírez y Krizna (David Avendaño Mendoza); entrevistas: del Taller de Periodismo de Abajo Aquiles Baeza. A partir de 2009, Desinformémonos y Brigada Callejera son organizaciones aliadas.
“Si hay una imagen que retrata a Elvira Madrid es el momento en el que le arrebata la pistola a un policía que la amenaza, mientras otro encañona a Jaime Montejo, su compañero de vida y de lucha. ‘Lo sueltas o se los carga la verga’, les dijo a los policías que no entendían de dónde le salía tanto coraje a esta mujer chaparrita con cara de luna llena”, describe en el libro Muñoz Ramírez.
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