Declaración de preponderantes y sus consecuencias
San slim y su evangelio
Reporte Indigo
RAMÓN ALBERTO GARZA
Oct 13, 2017
Una vez más Carlos Slim sale a evangelizarnos con su filosofía verde, aquella que se da no desde el Monte de los Olivos, sino de la visión que dan las montañas de dinero.
Y en su mas reciente epístola a los políticos y empresarios, quien compite por ser el hombre más rico del planeta nos dice que “los empresarios que se quieran hacer políticos, que les gusta la política, son más políticos que empresarios”.
Estamos ante todo un hallazgo científico de alcance mundial que nos enseña que el ser político o empresario es una genética pura y excluyente. De acuerdo al evangelio de Slim, aquí no se admiten transgéneros.
Quizás sería prudente que le preguntáramos al presidente honorífico de Grupo Carso con cuanto dinero contribuyen para “hacer políticos” en México.
Porque quizás su memoria de empresario le impida recordar que él no hace políticos, pero con su dinero los compra.
O acaso no sabe que cada tres años suele darse un desfile de candidatos a diputados y senadores por el hotel Calinda, donde uno de sus mejores operadores, Ignacio “Nacho” Cobo, les entrega a esos candidatos cheques para financiar sus campañas.
Son de todos los partidos, que operan ese recurso marginal, sin pasarlo por la declaración de fondos de campaña ante el INE.
La evangélica filosofía de esa generosidad para financiar legisladores es simple. Que sean suficientes legisladores los que le deban el favor para que, lo devuelvan aprobando o frenando leyes.
¿Cómo? Cabildeando a favor de propuestas que favorezcan al consorcio.
O si en una votación legislativa muy apretada se hace necesario, simplemente ausentarse para impedir que se consume lo que no se desea que pase.
Y no es diferente en las campañas para gobernadores o presidentes municipales. Valdría la pena preguntar con cuanto contribuyó Slim a la campaña de Jaime “El Bronco” Rodríguez. ¿Lo apadrinará también en sus sueños por instalarse en Los Pinos?
Porque ahí está la astucia de este empresario. Que le apuesta a todos, sobre todo si se trata de la presidencial. Para que cuando se gane la elección, sea con tricolor, azul o amarillo, Slim siempre gana.
O a poco cree Slim que su concesión para hacerse de Telmex, en los 90, y ahora para darle a su yerno el diseño del nuevo Aeropuerto o a su Constructora Ideal la construcción de la terminal, son casualidades empresariales, y no de canje de intereses.
Por eso cantamos hosannas sobre el evangelio de San Slim. Porque nos ilumina para saber que en México no hace falta convertirse en político para hacer política.
Desde su fortuna empresarial, él hace a los políticos, los financia y los coloca en la silla…Por eso no quiere empresarios en la política. Porque ese es territorio Telcel.
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