Labor periodística
Wikileaks filtra los discursos de Clinton en los que contradice su discurso proteccionista
Sin Embargo
EFE
08 de octubre de 2016
La organización Wikileaks filtró este viernes las transcripciones de los discursos pagados de la ahora candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, incluidos aquellos pronunciados ante empresarios de Wall Street.
La filtración fue el resultado del robo por parte de piratas informáticos de miles de correos electrónicos del jefe de la campaña de Clinton, John Podesta, que posteriormente acusó de ello a Rusia.
Los documentos son transcripciones de los discursos que Clinton dio desde que dejó la Secretaría de Estado en 2013 hasta el inicio de su campaña presidencial y que según medios estadounidenses le reportaron cerca de 26 millones de dólares en honorarios.
En uno de los fragmentos, extraído de un discurso pronunciado en 2014 ante miembros de las financieras Golmand Sachs y BlackRock, Clinton departe sobre la distancia que la separa de la clase media estadounidense.
“A mi padre le encantaba quejarse de las grandes empresas y del Gobierno, pero tuvimos una educación de clase media. Buenas escuelas públicas, acceso al cuidado de la salud. Tuvimos nuestra pequeña casa unifamiliar”, explicó Clinton.
“Y ahora, obviamente, estoy bastante alejada (de eso) por la vida que he vivido y la economía, ya saben, de la fortuna que mi marido y yo hemos gozado, pero no lo he olvidado”, agregó la ahora candidata demócrata.
En otra transcripción de un discurso pronunciado ante un banco brasileño en 2013, Clinton muestra su apoyo al libre comercio, una posición muy distinta a la que está defendiendo durante la campaña ante un electorado que ha girado hacia el proteccionismo en Estados Unidos.
Clinton, que ahora se opone al Acuerdo Transpacífico igual que Donald Trump, dijo entonces que su “sueño” era “un mercado común continental, con libre comercio y fronteras abiertas” e instó a la audiencia a pensar sobre “qué significaría para cada uno en esta sala” que EU y América Latina doblasen su flujo comercial.
La campaña de Clinton no confirmó la autenticidad de los correos ni comentó su contenido. “No me hace feliz que los rusos me pirateen en su afán de darle la elección a Donald Trump”, apuntó Podesta, quien dijo “no tener tiempo” de comprobar si los correos son “reales o falsos”.
El rival de Clinton en las primarias demócratas, el senador Bernie Sanders, había reclamado la publicación de estas transcripciones, pero ella se negó a hacerlo.
“No es difícil ver por qué batalló tan duro para mantener en secreto las transcripciones de los discursos a los bancos de Wall Street que le pagaron millones de dólares”, dijo el presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, tras la revelación.
Durante la presente campaña presidencial, Wikileaks ya ha protagonizado varias filtraciones de correos electrónicos pirateados, con Clinton como principal afectada.
Reconocimientos
EL UNIVERSAL: cien años de historia y testimonio
El Universal
Mauricio Farah
8 de octubre de 2016
Aquel 1 de octubre de 1916 la primera edición de EL UNIVERSAL daba cuenta del Restablecimiento de la administración de justicia en la República, de la decisión del presidente Wilson de “no emplear al ejército estadounidense para apoyar intereses mezquinos en México” y del comienzo “de la lucha electoral para el Congreso Constituyente”.
En el apogeo de la que luego llamaríamos la Primera Guerra Mundial, el 2 de febrero de 1917, el diario informaba de la inminente ruptura de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Alemania, y el 5 destacaba una noticia que desde hace cien años se hermana con la fundación de EL UNIVERSAL: La Constitución nueva se promulgará hoy en todo el país, decía el encabezado.
La Constitución, por cierto, se imprimió en la rotativa del periódico, maquinaria que hoy puede apreciarse en el patio central de la Cámara de Diputados, donada en 1986 por el presidente de EL UNIVERSAL, don Juan Francisco Ealy Ortiz.
El recorrido metódico o aleatorio por los ejemplares del diario, que exponen cerca de 36 mil 500 días de información y opinión, constituye un repaso único a la historia de México y el mundo.
Al paso de los años, el periodismo, que es quehacer y testimonio diario, se convierte en historia, una muy peculiar, por cierto, porque es contada no desde el presente que ve hacia atrás, sino desde el presente que se ve a sí mismo en el instante en que acontecen los hechos, con todo el dinamismo, la incertidumbre, el miedo o la esperanza que generan.
Aunque el periodista no es un historiador, sino un testigo que observa y cuenta lo que sucede, no hay duda de que al hacerlo contribuye a levantar, piedra a piedra, la gran pirámide del pasado.
Cien años han transcurrido desde entonces, y el periodismo mexicano ha evolucionado, informando hechos y narrando historias, siguiendo o impulsando a la sociedad, acompañando y cuestionando a los gobiernos, contribuyendo al logro de los avances sociales y políticos que se han registrado en un siglo de avatares, logros y tropiezos.
EL UNIVERSAL ha estado allí, en la proa del barco, y como otros medios nacionales y estatales, ha vivido con las mexicanas y los mexicanos las zozobras, las crisis, los dolores y alegrías del crecimiento. Con arietes como este ejemplo centenario, la libertad de expresión se ha abierto paso, hasta el punto de que puede afirmarse que hoy se ejerce más que nunca en México.
Ello no debe hacernos olvidar, sin embargo, que cientos de periodistas padecieron amenazas y agresiones a lo largo de los cien años desde que, con EL UNIVERSAL, nació el periodismo moderno en el país, en una época en la que nos encontrábamos entre la inercia revolucionaria y la aspiración institucional.
Hoy el periodismo mexicano se ve acosado por la presión, a veces mortal, de grupos delincuenciales a los que incomoda cierta información y que han optado por ejercer una violencia que pretende inhibir, reprimir o castigar la libre circulación de noticias.
En tanto que la agresión a un periodista o a un medio de información, grave por sí misma, es también un atentado contra la libertad de expresión y el derecho a la información, este desafío criminal no debe ser enfrentado a solas por los profesionales y las empresas de la información, que deben contar con el respaldo y la fortaleza de la solidaridad social y de los Poderes públicos.
Por ello la celebración de los cien años de EL UNIVERSAL es y debe ser también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la libertad de expresión y del compromiso que tenemos todos, incluyendo a autoridades, la sociedad y los medios, de luchar juntos por preservarla en aras de la libertad general, del derecho a la información y de la vigencia de la democracia.
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