Periodistas – 5 de octubre de 2016

Labor Periodística

Si sucedió en Guadalajara…

El Informador

Diego Petersen

5 Octubre 2016

Si sucedió en Guadalajara está en EL INFORMADOR. Lo que ha pasado en la ciudad, las buenas y las malas, las mejores y las peores noticias; los grandes momentos de orgullo tapatío y esos errores que hay que recordar para no volver a tropezar con ellos; lo que nos hizo llorar de emoción y de tristeza en el último siglo, todo pasó por la páginas de EL INFORMADOR.

En los últimos 100 años EL INFORMADOR ha sido el espejo en que los tapatíos nos vemos todas las mañanas para saber cómo amanecimos. En él nos reconocemos, nos reflejamos; a través de él podemos ser testigos del paso del tiempo, encontrar nuestras imperfecciones, solucionarlas, afirmar la autoestima, ser nosotros mismos. Guadalajara no se puede entender sin EL INFORMADOR ni EL INFORMADOR sin Guadalajara. Por sus páginas han pasado todos los rostros que hicieron la historia y todas las historias que le dieron rostro a la ciudad.

EL INFORMADOR nació en 1917, en medio de un país y un mundo convulsos. Se requería un diario independiente que diera cuenta del nuevo México que emergía después de la Revolución, con una nueva Constitución y una esperanza fundada en la creación de instituciones. Guadalajara necesitaba un periódico que diera cuenta puntual de lo que sucedía en Europa, donde la Primera Guerra Mundial redefinía no sólo las fronteras de los países europeos, sino un nuevo equilibrio económico. Pero también se requería un diario que reflejara los procesos de modernización de la propia ciudad, que en aquellos años comenzaba su expansión, rompiendo sus propias fronteras hacia los cuatro puntos cardinales.

Nuestra historia no es distinta a la de la ciudad. Los años veinte y treinta fueron de amplio debate ideológico y épicas batallas. El conflicto religioso, las discusiones por la educación pública, los conflictos laborales, la nacionalización del petróleo, fueron parte de la vida de la ciudad que se definía a sí misma en medio de las tensiones ideológicas de la época. El mismo Informador se vio envuelto en una huelga y su director, don Jesús Álvarez del Castillo tuvo que exiliarse. La ciudad fue resolviendo poco a poco sus conflictos y retomando la vitalidad, al igual que el periódico que salió fortalecido de aquel momento de crisis, pues reafirmó su independencia y su compromiso con los lectores: nunca más EL INFORMADOR dejó de salir cada mañana.

Las transformaciones de Guadalajara a finales de los cuarenta y durante toda la década de los  cincuenta se reflejaron en el periódico como la épica de una ciudad que confiaba en sí misma. El apodo de Chivas a los jugadores del Guadalajara, el campeonato del Atlas en 1951, el ensanchamiento de las avenidas Juárez y Alcalde-16 de Septiembre, el movimiento del edificio de la compañía telefónica por el ingeniero Matute, la reestructuración del Centro de la ciudad y su Cruz de Plazas, las nuevas colonias, el desarrollo industrial y comercial están en las páginas del periódico como un reflejo de aquella ciudad que levantaba la mano y exigía su lugar en el concierto nacional.

En los sesenta Guadalajara llega a un millón de habitantes y EL INFORMADOR vive su primer relevo generacional. Don Jorge Álvarez del Castillo asume la dirección y comienza la gran transformación tecnológica del periódico. La modernización corre por la venas del diario y po

Las calles de la ciudad. Las primeras torres, el Condominio Guadalajara y el Hotel Hilton, ambas de 24 pisos, se levantan altivas en la esquina de 16 de Septiembre y Niños Héroes, la nueva zona financiera. El Estadio Jalisco se renueva y prepara para el Mundial, mientras las Chivas -imparables- consiguen campeonatos uno tras otro; el campeonísimo es el equipo de México, no sólo porque es la base de la selección, sino porque en todo el país Guadalajara nos representa. Plaza del Sol abre sus puertas; es el centro comercial más grande y moderno de América Latina. El comercio tapatío es líder a nivel nacional y EL INFORMADOR su gran aliado.

La ciudad parece imparable en su desarrollo; nuevas barreras se rompen cada día y el ritmo de crecimiento rebasa con mucho la capacidad de respuesta ante los nuevos problemas. La ciudad, donde todo quedaba a 15 minutos de distancia en auto, comienza a vivir embotellamientos, hacinamientos en el transporte público, contaminación, falta de áreas verdes, inequidad en el acceso al bienestar. Una explosión provocada por gasolina en el colector abre una herida de siete kilómetros en la ciudad. Es la peor tragedia en Guadalajara desde las pestes. La ciudad requiere renovarse y repensarse. Con la llegada de Carlos Álvarez  del Castillo a la dirección del periódico local, la ciudad toma las páginas del periódico; EL INFORMADOR se convierte en el espacio para discutir el desarrollo de la urbe, y sus problemas pero, sobre todo, sus soluciones.

Lo que sucedió en Guadalajara en los últimos 100 años está en EL INFORMADOR; lo que sucederá también. El espejo no sirve sólo para vernos cada mañana, también para imaginarnos a nosotros mismos como la ciudad y la sociedad que queremos ser. A lo largo de casi 100 años Guadalajara se ha reflejado en las páginas del periódico. El pasado está aquí, y el porvenir también, porque el futuro de la ciudad está en EL INFORMADOR y EL INFORMADOR en el futuro de Guadalajara.

 

Los periódicos son el presente y el futuro

El Informador

5 de Octubre de 2016

Es el director-editor de un periódico que, afirma, trabaja a diario por refrendar su compromiso con toda una ciudad y que todos los días descubre cosas por mejorar. Pero Carlos Álvarez del Castillo valora sobre todo que EL INFORMADOR mantenga la confianza de la comunidad de Guadalajara tras las muchas transformaciones que ha compartido con ella a lo largo de 100 años.

 

¿Y ya cumplió EL INFORMADOR sus objetivos iniciales? Según el nieto del fundador de este diario, la verdadera preocupación está en el día de mañana, con independencia de los retos que impliquen los cambios en el mundo o las innovaciones tecnológicas.

Si tuvieras que explicarle a tu abuelo, fundador del periódico, en qué se ha convertido EL INFORMADOR 100 años después, ¿cómo lo describirías?

“Tenemos tres legados: ser positivos, ser constructivos y ser orientadores. La capacidad que ha tenido EL INFORMADOR de conservarse en el ánimo del promedio del ciudadano de Guadalajara durante estos 100 años es, yo creo, la gran clave. Estamos en la ciudad de una manera importante: seis de cada diez lectores de periódico de la ciudad son nuestros lectores, lo cual es un compromiso extraordinariamente atractivo”.

¿El objetivo del periódico sigue siendo ofrecer un servicio a la ciudad?

“Definitivamente, y ha sucedido algo mucho más interesante, porque ahora la ciudad, a través de nosotros, también está hablando consigo misma. Nosotros fuimos promotores de un observatorio ciudadano que se llama Jalisco Cómo Vamos, porque necesitamos observarnos para poder decirle a nuestros gobernantes qué necesitamos los ciudadanos. Fuimos parte también de un ejercicio que se llamó Guadalajara 2020, que hizo posible la Vía RecreActiva, por ejemplo, que es tomar la ciudad para los ciudadanos por lo menos una mañana a la semana. Yo creo que la influencia que hemos tenido en la comunidad es real, porque la comunidad ha recibido muy bien esas propuestas”.

“Los periódicos no somos el pasado: somos el presente y el futuro. A nosotros nos toca tener la reflexión de cómo lo que sucedió nos va a impactar mañana, no cómo nos impactó ayer”

Para ti, ¿se ha cumplido este objetivo, a lo largo de los 100 años?

“Se está cumpliendo. Aquí no hay pasado. Nosotros, en el periódico, vivimos para mañana: yo estoy construyendo el periódico de mañana. El descanso no existe para nosotros: es un placer trabajar a diario porque quiero estar con la confianza de que mis conciudadanos vayan y paguen sus cinco pesitos, recojan su periódico, disfruten el trabajo de todos nosotros y, después, tengamos la enorme recompensa de que mañana vuelvan por él”.

¿Cuáles dirías que son los momentos más importantes en que el periódico ha dialogado con la ciudad?

“Como es día con día, para mí el más importante es hoy: vivamos en EL INFORMADOR como si éste fuera el día más importante. Eso es lo que nos ha mantenido vigentes, porque toda nuestra comunidad, nuestros lectores y anunciantes, sienten esa vibra y la viven. Siendo positivo, constructivo y orientador, EL INFORMADOR tiene un reto enorme de hablar de las cosas que no son lo deseable, con una enorme oportunidad de rehacerlo, componerlo, intentarlo de una nueva manera, proponer personas que lo hagan bien. Porque ésa es otra: lo que nuestros gobernantes encuentran en EL INFORMADOR es un reflejo de lo que piensa la ciudad de ellos. Ellos no nos usan para decirle a la ciudadanía lo que piensan: nosotros somos de los pocos periódicos en el mundo que no llegan a 7% de inversión publicitaria de los gobiernos. Es la ciudad, que nos compra, nuestros clientes, los que hacen posibles que EL INFORMADOR esté circulando. Tenemos toda una comunidad que nos dice: oye, estoy inconforme con cómo está la ciudad, no me gusta el tema del bacheo, el transporte, la sensación que tengo de inseguridad. Ésa es nuestra chamba. A nosotros los leen los gobernantes para poder digerir con qué se van a encontrar el día de mañana en la ciudad”.

¿Qué va a pasar en 2017, cuando tengamos un periódico con 100 años de vida?

“Primero, si mantenemos la confianza de nuestros lectores, que yo veo muy claro que sí, será redoblar el compromiso; que las necesidades sociales sean muy relevantes en el diario vivir del periódico y que se transmitan a quienes conduzcan la ciudad. Yo no me siento de 100 años: yo nomás llevo 33 en el periódico y siento que me faltan 30 años más allí. A mí me gusta hacer lo que hago: el impreso sí me gusta, está para quedarse un buen rato. Lo digital no es una alternativa que yo vea todavía clara; lo que sí sé es que convive con el periódico. Ya tenemos una edición digital extraordinariamente fortalecida, pero a mí lo que me emociona es ver el periódico en papel”.

¿Qué tiene que hacer EL INFORMADOR para mantener la lealtad y la confianza de la ciudad con el uso de internet?

Mi opinión es muy vaga, porque entro muy poco a internet. Personalmente considero que su influencia ha ido modificándose en los jóvenes de 20 a 35 años: ellos ya son usuarios naturales. ¿Por qué estos internautas nos eligen? Porque somos 100 personas en la Redacción y otras 500 personas que nos dedicamos a hacer EL INFORMADOR con una responsabilidad enorme, y que a la hora en que hacemos saber por esas vías lo que percibimos de los sucesos y del diario vivir de la ciudad, lo hacen con un sentido de confianza: si lo publicó EL INFORMADOR, hay alguien a quien le puedes hablar y decirle: oye, están equivocados. En cambio, si lo publica El Deforma, ¿qué quieres que te diga? Pueden mandar cualquier “borrego” y no les importa, una mentira que genera sensación social y finalmente no tiene forma. Nosotros tenemos el fondo: tenemos personas comprometidas con la comunidad por la vía que sea, tanto por el impreso como por las vías digitales.

Estás hablando de más millón y medio de seguidores en redes sociales.

Y más de 20 mil suscriptores. Si lo juntas con todo este asunto de las personas que tienen acceso vía la computadora y el smartphone, ¿qué te puedo decir? Yo creo que vamos en muy buen camino.

¿Qué es lo que más te gusta hoy de EL INFORMADOR?

Que seguimos con pequeñas equivocaciones diarias que hay que corregir. Mi diario trabajo es leer el periódico con el ánimo de hacernos mejores: siempre podemos mejorar, y siento que estamos en el camino correcto; 100 años no son nada: quiero muchos más.

 

Un centenario de reconocimientos

El Informador

5 de Octubre de 2016

Un periódico no se entiende sin la labor de sus reporteros, que en el día a día trabajan por llevar la nota y la fotografía

A lo largo de su historia, EL INFORMADOR se ha hecho merecedor de diversos premios, tanto por sus reportajes como por sus fotos

GUADALAJARA, JALISCO (05/OCT/2016).- Un periódico no se entiende sin la labor de sus reporteros, que en el día a día trabajan por llevar la nota y la fotografía para ilustrar su labor. Durante ya casi un siglo, esta casa editorial se ha caracterizado por realizar su labor no sólo de manera puntual sino de forma esmerada, eficiente y constante, al grado que por los trabajos que presenta día a día a sus lectores ha sido reconocido en diferentes niveles. Y no sólo sus reporteros han sido merecedores de premios, el fundador de EL INFORMADOR, Jesús Álvarez del Castillo Velasco, también fue reconocido en su momento por diversas instancias internacionales.

Más allá de las fronteras nacionales

El fundador y director de esta casa editorial, Jesús Álvarez del Castillo Velas, fue reconocido por “su fecunda y prolongada trayectoria como periodista”, en 1952, por la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, con el prestigioso premio María Moors Cabot. Mientras que en 1964 el gobierno del Estado de Jalisco le entregó la medalla López Cotilla. Recibió también las Palmas Académicas que otorga el Gobierno de Francia.

Prensa Escrita

En 1997 EL INFORMADOR fue reconocido con una mención honorífica por la nota informativa “Abaco retiene capital de inversionistas”, firmada por Moisés Mora. En el año 1999 sería una nota informativa la que le daría el Premio Emisario por el trabajo “Contrata el Gobierno del Estado seguros de vida en dólares”, que trabajaron los reporteros Silvia González y José Abel Hernández.

Un año después, en el 2000, Rocío Gutiérrez fue premiada gracias a su reportaje “La ruta de los Mártires”; mientras que en el 2001 la nota “Las Comisiones en Educación Jalisco. Paraíso para Cobrar sin Trabajar”, de Rodolfo Martín Guerrero fue reconocida con el mismo premio. En el 2007, Mario Alejandro Muñoz de Loza presentó el trabajo “Axayácatl y el Imperio Perdido”, que fue ganador al reportaje de prensa escrita. En el 2008, Mario Alejandro Muñoz de Loza, con su reportaje “Nadie más… nunca más” también ganó el Emisario. En el 2011, la nota informativa de Zaira Yael Ramírez García, titulada “La nómina del Congreso, obesa y opaca”, fue la ganadora. Mientras que en el 2013, Sandra Vanessa Robles fue reconocida gracias al trabajo “Los milagros dejaron de existir”. Apenas el año pasado, en el 2015, este medio fue reconocido por el trabajo de Saúl Justino Prieto Mendoza, “Poder Judicial, gasta en seguro privado; la ley lo prohíbe”. Todos ellos siempre apasionados por su trabajo.

Prensa Gráfica

No sólo la prensa escrita ha sido reconocida por su labor, pues también los fotorreporteros de esta casa editorial han presentado y publicado imágenes merecedores de premios. En 1996, en la primera edición del Premio de Jalisco de Periodismo, esta casa de información fue reconocida con una mención honorífica al fotorreportero Gerardo García, gracias a su instantánea “Burel de orejas”. José María Martínez Burgos fue ganador de la edición 2004 del Premio de Periodismo Jalisco en su categoría de fotografía fija por su imagen “Los durmientes de la calle”. En el año 2007, Raúl Torres ganó el mismo premio por con la instantánea “Cementerio de Golfinas”. Un año después, en el 2008, la fotografía “Sólo contra el mundo”, de Edmundo Pacheco, fue reconocida por la misma categoría. En el 2013, el fotógrafo Ulises Ruiz ganó con la imagen publicada en este diario, y que se tituló “Ecocidio Presa Hurtado Tlajomulco”. Finalmente, en el año 2015, Fabricio Atilano fue reconocido por su imagen “San Juan, sin Dios, ni ley”.

 

EL INFORMADOR, el periódico de la ciudad: Juan Carlos Álvarez del Castillo

El Informador

5 de Octubre de 2016

Con 25 años de edad, Juan Carlos representa a una cuarta generación de la familia Álvarez del Castillo al frente de EL INFORMADOR, al que conoce desde que, cuando tenía cuatro años, lo visitaba cada lunes en sus actividades familiares. “En Caja, siempre que llegaba me daban una paleta”.

El bisnieto del fundador de este diario es también uno de los muchos jóvenes que han llegado a trabajar a la empresa en los últimos años y que aportan no sólo ideas, sino preguntas y retos

-¿Qué periódico encuentras hoy en EL INFORMADOR?

-Un periódico líder, fuerte; un impreso que la gente busca cada vez más: con el programa Círculo Informador y de suscripciones hemos aumentado de forma muy importante, y estamos trabajando en la relación entre una página web y el impreso para tener opción para todas las personas que están con nosotros.

-¿Hay cosas en EL INFORMADOR que detectas que tienen que cambiar?

-Yo creo que, más bien, es ir transformando e ir adaptándonos. En todo momento estamos tratando de adaptarnos a dar información por todos los canales posibles: antes era el impreso, después sale la página web, ahora tenemos las redes sociales, tenemos WhatsApp para la mensajería directa con noticias… Hoy en día las personas quieren estar más informadas, pero también necesitamos ser inmediatos: manejar la agenda del día, tener a nuestra ciudad informada.

-¿Hay cosas que te parece que no deberían cambiar?

-Hay tres puntos clave que no van a cambiar nunca: que seamos positivos, constructivos y orientadores.

-Tu papá suele hablar mucho acerca de cómo el periódico debe hablar con la ciudad de forma constante. ¿Hacemos ese diálogo de la forma correcta?

-Pienso que sí; lo que le agregaría es que tenemos que entender a la ciudad para que ella nos entienda a nosotros. Veo una ciudad muy creciente, que tiene el reto de que todos tengamos una mejor calidad de vida.

-EL INFORMADOR tiene más millón y medio de seguidores en las redes sociales, todos con necesidades y gustos distintos. ¿Qué tenemos que hacer para mantener la lealtad de esos usuarios, también a través de esas vías y no nada más del papel?

-Considero que tenemos que seguir manejando nuestra línea de trabajo con las diferentes formas de comunicarnos, pero, al final, lo que va a hacer que todos estos seguidores se queden y que, los que no están, se sumen, es la confianza de que lo que EL INFORMADOR dice es verdad.

-Cien años de trabajo respaldan a EL INFORMADOR. ¿Qué grandes retos te parece que tiene para el siglo que comienza?

-EL INFORMADOR tiene el reto todos los días: de que vuelva a salir el periódico impreso, de tener la agenda de la ciudad; la inmediatez en la parte digital: informar lo que está pasando y, el siguiente día, dar información de profundidad, mucho más importante que los 140 caracteres con los que podemos dar la noticia inmediata.

-Es un contexto muy difícil  para los medios de comunicación tradicionales. ¿Te parece que tiene sentido seguir haciendo un periódico de papel, por ejemplo?

-Yo estimo que sí, pienso que Guadalajara es una ciudad muy tradicional, México también: no hay ni comparación con agarrar tu periódico y hojearlo; es una costumbre que creo que sigue y seguirá.

-¿Qué es lo que más te gusta de EL INFORMADOR?

-Que nunca te aburres. Que todos los días pasa algo nuevo. No: cada minuto pasa algo nuevo. Y tener la oportunidad de interactuar, desde un chavo de 13 años que ya nos sigue en redes sociales, las personas que están viendo su celular, en Facebook, en Twitter, en nuestro sitio web, hasta el día siguiente que sale el impreso. Esa interacción con la ciudad, desde los niños hasta los suscriptores que llevan cien años por la tradición de su familia, ese contacto con la comunidad, es lo que más me gusta.

-¿Qué te gustaría que fuera EL INFORMADOR a partir de 2017?

-Me gustaría que sigan viendo a EL INFORMADOR como el periódico de la ciudad, como el único periódico tapatío, y que nos vean como que todos los días somos un periódico nuevo.

 

Piden que ya sea nombrado el nuevo director de TV UNAM

Excélsior

Redacción

4 de octubre de 2016

Integrantes de la comunidad universitaria pedirán a las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que se defina ya el nombramiento del nuevo director de TV UNAM, tras la renuncia de su ex titular, Nicolás Alvarado.

En opinión del Colectivo TV UNAM, que organiza una marcha para el jueves 6 de octubre, sería deseable que el próximo director sea un universitario comprometido con la televisión universitaria y con su comunidad, “que la incluya en el proyecto de televisora y que aproveche bien los recursos que se le proveen”.

El colectivo señaló que defenderán el proyecto de una televisión universitaria plural, en donde sean los trabajadores quienes saquen adelante la televisora de la máxima casa de estudios del país.

LA RENUNCIA DE NICOLÁS ALVARADO

El pasado primero de septiembre Nicolás Alvarado, hasta entonces director de TV UNAM presentó su renuncia.

Mediante un comunicado, se informó que el rector de la casa de estudios “reconoció la dedicación y la creatividad empeñada por Nicolás Alvarado durante su gestión al frente de TV UNAM, y le deseó éxito en sus futuros proyectos personales y profesionales”.

Su polémica salida ocurrió en medio de temas controvertidos como un mensaje donde criticaba al cantautor Juan Gabriel.

El exdirector de TV UNAM, Nicolás Alvarado, ofreció una disculpa por el momento en que publicó su texto con referencia a Juan Gabriel y no por el contenido del mismo.

En entrevista indicó que fue él quien presentó su carta de renuncia y no lo corrieron como director general.

Ofrezco una disculpa por la oportunidad del texto (…) Yo no me disculpo por el texto; no es un texto discriminatorio. La oportunidad del texto fue naca”, afirmó.

Asimismo, detalló que el tema lo habló sin ningún inconveniente con el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue, argumentando que no iba a encontrar el ambiente para poder desarrollarse.

Sí debo una disculpa por una inoportunidad, es decir, ese texto a la mejor no era el texto para ese momento, por el momento de tristeza, rabia, ira y dolor que había en el ambiente porque Juan Gabriel formó parte de la educación sentimental de muchos mexicanos”, finalizó.

 

González de Alba es “la mujer araña”

El Universal

Abida Ventura

5 de octubre de 2016

Tres décadas después de la publicación de El beso de la mujer araña (1976) de Manuel Puig (1932-1990), Luis González de Alba confesó ser el personaje que inspiró la novela más popular del escritor argentino.

En 2008, a propósito de los 40 años años del Movimiento Estudiantil de 1968, el escritor mexicano que se suicidó este domingo en Guadalajara publicó su novela autobiográ᐀fica Otros días, otros años (Planeta), en la que relata la relación amorosa entre un preso político y otro reo, historia similar a la que el argentino desarrolla en su famosa novela. La diferencia es que, mientras en la versión de Puig los reos se cuentan historias de sus películas favoritas, en la de González de Alba los relatos entre los presos gira en torno al movimiento estudiantil.

Cuando el libro de González de Alba salió a la luz hubo más de uno al que le llamó la atención tantas coincidencias. “¿Una versión mexicana de El beso de la mujer araña? Sin duda tiene ciertas deudas con el estupendo libro de Manuel Puig, y en general con el estilo de este escritor argentino. Si en la novela de Puig, el recluso homosexual ilustra, y en cierta forma seduce, al otro preso con sus largas conversaciones sobre películas de Hollywood, en Otros días, otros años el protagonista entretiene a su amigo con el relato del activismo político que lo llevó a la cárcel”, reseñó el periodista Julio Aguilar en un texto titulado “Posdata al 68 de González de Alba”, publicado el 29 de agosto de 2008 en las páginas de EL UNIVERSAL.

En esa reseña, Julio Aguilar hacia notar las referencias que González de Alba habría tomado de El beso de la mujer araña y se preguntaba si la historia de amor entre los reos fue real. “… González de Alba no se fusila a Puig. Después de todo, la historia del argentino es ᐀ficción, mientras que la del narrador mexicano tiene un fondo biográ᐀fico bien conocido (fue preso político del 68 y es homosexual declarado). En su libro el porcentaje de realidad (¿la historia de amor fue cierta?) se desconoce pero no importa porque estamos ante una novela. Además, el autor no esconde el texto de su inspiración: cuando el protagonista, fuera de prisión, aparece en una cena con un tal Manuel, argentino, ese evidentemente es Manuel Puig”, escribió.

Un mes después de aquella publicación, quien fuera líder del Movimiento Estudiantil de 1968 reconocía en un correo electrónico privado que, efectivamente, aquel Manuel de su novela era el mismo escritor argentino, a quien había conocido en Buenos Aires en 1971. Unos años después, ya en México, González de Alba le contaría a Puig su romance en Lecumberri que daría pie a El beso de la mujer araña, cuya versión cinematográ᐀fica y teatral la convirtieron en un best-seller internacional.

En ese correo enviado el 1 de octubre de 2008, el autor escribió: “Como usted señala, en un párrafo de Otros días… le cuento a un Manuel, argentino recién llegado a México (y sí, obviamente fue Puig), mi amistad carcelaria con un preso común mientras yo era preso político por el 68. También esa conversación es autobiográ᐀fica, como toda la novela. No le debo, pues, nada a Manuel. Tampoco le reclamo: las ideas son de quien las trabaja y él la trabajó magní᐀ficamente en un par de años”.

Abiertamente homosexual, González de Alba volvió a recordar su romance carcelario en ese mensaje. “Está muy claro que mi novela es, toda, autobiográ᐀fica y, además, los murmuradores de mi crujía notaron el creciente afecto; también mi familia, pues conoció a Pepe en alguna visita dominical en 1970”.

En ese intercambio de mensajes privados, Julio Aguilar le solicitó una entrevista para hablar abiertamente del tema, pero González Alba se negó porque, dijo, no quería quitarle crédito a Manuel Puig. Sin embargo, más adelante, incluso antes de que se quitara la vida, el escritor y ensayista mexicano aludió al tema en varias entrevistas que otorgó a diversos medios de comunicación.

Entregan cuerpo a familiares. El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses con᐀firmó que este martes, tras realizar todos los análisis periciales, fue entregado a su familia el cuerpo del escritor Luis González de Alba, quien se suicidó el sábado 2 de octubre en su casa de Guadalajara.

Hasta el momento no se ha informado en dónde se realizarán las exequias el escritor, quien fue localizado con una herida de bala en el pecho.

Aunque la Fiscalía de Jalisco con᐀firmó que González de Alba, de 72 años, se disparó con una pistola calibre .25, no se ha informado sobre los resultados completos de la autopsia que se le realizó.

Tras su muerte, el también ensayista, periodista y divulgador de la ciencia sigue causando polémica pues mientras amigos y admiradores expresan sus condolencias y exaltan sus virtudes con publicaciones en redes sociales, otros se niegan a honrarlo al recordar algunas de sus declaraciones en contra de los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, a quienes acusó de lucrar con el caso para seguir viajando en “autobuses de primera” y ser recibidos como “héroes” a donde iban.

El libro titulado Tlatelolco, aquella tarde, una de las obras póstumas del escritor, será presentado el próximo 3 de diciembre en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

 

Luis González de Alba y su batalla contra el sida

El Universal

Redacción

4 de octubre de 2016

El escritor Luis González de Alba, que se quitó la vida el domingo pasado a los 72 años, era portador del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

En declaraciones a EFE, Héctor Aguilar Camín dijo que el autor de Los días y los años “sabía que ese virus (del sida) se iba a liberar e iba a matarlo”. Y explicó que el líder del movimiento del 68 -un gran viajero que hablaba sin tapujos de su vida sexual- se contagió en “unos baños turcos en Estambul”.

En los años ochenta, González de Alba creó la Fundación Mexicana contra el Sida, donde participó activamente en la concientización y prevención de esta enfermedad.

El primer caso que conoció fue el del actor Ernesto Bañuelas, pareja del escritor en ese entonces. “Me dijo: ‘Fíjate que hay una enfermedad que le da a los gringos gays, le llaman el cáncer gay”. Fue en ese tiempo que abrió La Tienda del Vaquero, una modesta sex shop con libros sobre homosexualidad, tanto literarios como de estudios o ensayos, así como cock rings, artículos de piel y tangas.

De ahí nació luego El Taller y más tarde la Fundación Mexicana contra el Sida, contó en octubre de 2009 durante una entrevista en su casa de Guadalajara para el proyecto de investigación “Memoria de la Lucha contra el VIH en México”, realizado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).

En aquella charla, quien fuera profesor de Psicología en la UNAM, narró que tras la creación de El Taller, un bar atípico donde se daban pláticas informativas y se hacían pruebas médicas de VIH, surgió la Fundación.

Una sentencia de muerte

El autor de Agápi Mu (Amor mío) explicó que realizó aquella organización: “Con todos mis amigos bugas, porque he sido poco de grupos homosexuales”. Les dijo que la enfermedad era muy peligrosa, y que “saltaba a mujeres, sobre todo casadas”. Eran los años ochenta y había poca información sobre el Sida.

Para aquella época, ser diagnosticado con la enfermedad “era una sentencia de muerte”. La gente, explicó, no duraba más de un año. Las recomendaciones médicas se reducían a “cuidar lo más posible la salud. Darte buena vida: dormir, no ponerte borracheras”, describió González de Alba.

Para crear la Fundación realizaba pláticas para conseguir fondos. Aunque fue idea suya, el escritor detalló que no era muy bueno organizando. Por eso, pronto designó a la escritora Guadalupe Loaeza como presidenta.

El logro, explicó en aquella entrevista de 2009, fue “la movilización en torno de un problema que comenzó viéndose como un problema de los homosexuales”, pero gracias a la presión de muchos grupos entre ellos la Fundación, se “transmitió la idea de que es un problema de todos, que cualquiera se puede infectar”, concluyó.

 

Papa pide que los periodistas estén motivados por la verdad y la ética

El Universal

EFE

4 de octubre de 2016

El papa Francisco afirmó hoy que es preciso que los medios de comunicación se comprometan “por el bien del género humano y el planeta” y pidió que los periodistas “estén siempre motivados por el respeto a la verdad y un fuerte sentido ético”.

El pontífice argentino hizo estas reflexiones en su lengua materna, el español, durante un mensaje grabado y publicado en internet, que responde a su intención de abordar cada mes en un video los principales retos de la humanidad durante la celebración del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.

En esta ocasión, Jorge Bergoglio ha elegido analizar el papel que desempeñan los medios de comunicación a nivel internacional para animar a que fomenten “la cultura del encuentro”.

“Suelo preguntarme: ¿Cómo se pueden poner los medios de comunicación al servicio de una cultura del encuentro? Necesitamos información que conduzca al compromiso por el bien del género humano y el planeta”, dijo el papa Francisco.

“Súmate conmigo en esta petición, para que los periodistas, en el ejercicio de la profesión, estén siempre motivados por el respeto a la verdad y un fuerte sentido ético”, agregó. Bergoglio concluye la grabación dirigiéndose a la cámara y alentando a los espectadores a difundir esta intención.

En el video, el papa ilustra sus reflexiones con imágenes de estudios y oficinas donde los medios de comunicación desarrollan su labor y también con las de algunos periodistas que trabajan informando sobre el Vaticano.

En anteriores ocasiones, el papa ha reflexionado sobre asuntos como la indiferencia, la necesidad de ayudar a los más desfavorecidos, la explotación laboral, el diálogo y la paz, la protección del medioambiente o la igualdad con las mujeres.

Todas las grabaciones están subtituladas en diez idiomas y presentan a Francisco enviando su mensaje pero también imágenes que acompañan e ilustran sus palabras.

 

El Papa Francisco pide que los periodistas estén motivados por la verdad y la ética

Sin Embargo

EFE

04 de octubre de 2016

Ciudad del Vaticano, 4 oct (EFE).- El Papa Francisco afirmó hoy que es preciso que los medios de comunicación se comprometan “por el bien del género humano y el planeta” y pidió que los periodistas “estén siempre motivados por el respeto a la verdad y un fuerte sentido ético”.

El pontífice argentino hizo estas reflexiones en su lengua materna, el español, durante un mensaje grabado y publicado en internet, que responde a su intención de abordar cada mes en un vídeo los principales retos de la humanidad durante la celebración del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.

En esta ocasión, Jorge Bergoglio ha elegido analizar el papel que desempeñan los medios de comunicación a nivel internacional para animar a que fomenten “la cultura del encuentro”.

“Suelo preguntarme: ¿Cómo se pueden poner los medios de comunicación al servicio de una cultura del encuentro? Necesitamos información que conduzca al compromiso por el bien del género humano y el planeta”, dijo el Papa Francisco.

“Súmate conmigo en esta petición, para que los periodistas, en el ejercicio de la profesión, estén siempre motivados por el respeto a la verdad y un fuerte sentido ético”, agregó.

Bergoglio concluye la grabación dirigiéndose a la cámara y alentando a los espectadores a difundir esta intención.

En el vídeo, el Papa ilustra sus reflexiones con imágenes de estudios y oficinas donde los medios de comunicación desarrollan su labor y también con las de algunos periodistas que trabajan informando sobre el Vaticano.

En anteriores ocasiones, el Papa ha reflexionado sobre asuntos como la indiferencia, la necesidad de ayudar a los más desfavorecidos, la explotación laboral, el diálogo y la paz, la protección del medioambiente o la igualdad con las mujeres.

Todas las grabaciones están subtituladas en diez idiomas y presentan a Francisco enviando su mensaje, pero también imágenes que acompañan e ilustran sus palabras.

 

Reconocimientos

Noticias para no envolver filetes

El Universal

Héctor de Mauleón

4 de octubre de 2016

Hace 21 años, en 1995, entré por primera vez a la hemeroteca de EL UNIVERSAL. Había oído decir que lo triste del periodismo es que las noticias de la mañana son empleadas en la tarde para limpiar vidrios o envolver filetes. Ahora tenía enfrente, en gruesos volúmenes empastados en Keratol, millones de noticias que no habían sido empleadas para envolver filetes y que narraban, en cambio, ocho décadas de la vida de México.

Aquella mañana había llegado a la redacción a la hora en que timbran teléfonos que nadie atiende y un empleado de bata azul prepara el escenario del día, puliendo las losetas con un trapeador afelpado. Entré en la hemeroteca a buscar no sé qué noticia del pasado.

Me envolvió la fascinación del tiempo. Solo sé que las horas volaron y que lo que llamamos “sentido del tiempo” se evaporó. Regresé a la realidad cuando en Bucareli caía la noche: me sentí como un arqueólogo que saliera de una cueva en la que en mil años no hubiese entrado la luz. De una forma extraña y nueva, aquella experiencia me sacudió. Supe que tenía entre las manos un tesoro, que había descubierto un mundo. Era como si al volver las páginas, amarillentas y desgastadas, un conjunto de voces antiguas, muy antiguas, agitaran el aire.

En los días posteriores a aquel descubrimiento, cambié citas, ajusté horarios, cancelé comidas para pasar más tiempo en la hemeroteca.

Vi una noticia sobre el incendio del Parque Asturias y otra sobre un combate de Kid Azteca. Hallé titulares sobre el terremoto de 1962, la epidemia de influenza de 1918, el suicidio de Miroslava, el primer partido del Atlante y la llegada al cuadrilátero de un luchador misterioso, El Santo.

Leí sobre el incendio de La Sirena y de la inauguración de todo: lo que gusten y manden: Bellas Artes, la Torre Latino, el Metro, el Viaducto, el Periférico y el Circuito Interior.

Abría tomos al azar y las cosas caían. Llegaban como hojas arrastradas por el viento –y solo había que recogerlas: “Trotsky murió ayer a las 7:25 de la noche”, “El cadáver del señor Carranza llega a las 7”, “Los funerales de Amado Nervo”, “Protestó el presidente Obregón”, “Expropiación de la industria petrolera”, “Trágica muerte de Pedro Infante”, “La Luna fue conquistada”, “Contaminación, uno de los graves problemas que padece la ciudad de México”, “Asesinan en Tijuana, de dos disparos, a Luis Donaldo Colosio”.

Todo estaba contado. De todo había un registro. Un día solicité el primer ejemplar del periódico — 1º de octubre de 1916— y leí encantado una larga serie de primeras cosas. Las he contado en otro texto, pero las resumo aquí: la primera nota emanada de la fuente presidencial (una visita de Carranza al convento de La Merced para supervisar trabajos de restauración), el primer caso de nota roja (el suicidio de la señorita Carmen Núñez en el número 87 del Factor, hoy Allende), la primera nota de sociales (el matrimonio civil del señor don José Dingwal Pacheco, “con la bella y distinguida señorita Guadalupe Castillo”), y el primer Aviso Oportuno:

“DESPACHO tres piezas grandes, dos vista avenida San Francisco, poca renta, permutamos por despacho dos piezas bien situado. Gante 1 despacho 3.

MATRIMONIO solicita ama de llaves honrada, agraciada, buena casa, alimentos y sueldo. 3ª de Milán 14.

SOLICITO negocios difíciles. Lic. Gómez Farías, 4ª Donceles 106”.

En ese tiempo, la hemeroteca fue una especie de universidad en la que se podía aprender que lo mejor en la historia del periodismo mexicano ha sido siempre su vocación narrativa.

Esa hemeroteca era una máquina que permitía viajar en el tiempo para caminar otras calles, mirar otros rostros, oír otras palabras. En sus anaqueles había ochenta años de historia narrada diariamente.

Ahora, esa hemeroteca ha completado un siglo: no todas las noticias son para envolver filetes.

Y perdón que insista en lo del siglo, pero Rafael Solana decía que los periodistas tenemos el vicio de querer a los periódicos en los que escribimos.

jakysahagun

octubre 5, 2016

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