Reconocimientos
Centenario de El Gran Diario de México (parte 2)
El Universal
Redacción
2 de octubre de 2016
El Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, toma en octubre de 1969 la dirección de El Gran Diario de México a partir de lo cual tiene un despegue marcado de modernización en infraestructura y contenidos.
El color acompañó algunas planas de EL UNIVERSAL desde sus inicios. Hubo cabezales en rojo en las primeras décadas, con las que se pretendía resaltar la importancia de aquellas notas. De igual forma, sus caricaturas fueron de las pocas páginas acompañadas a color.
En las décadas de los 60 y 70 las páginas de sociales también tenían esta característica.
La primer foto a color en la portada de El Gran Diario de México fue la de la visita del Papa Juan Pablo II, en enero de 1979.
EL UNIVERSAL, joven y listo para los desafíos del futuro: Ealy Ortiz
El Universal
Natalia Gómez Quintero
2 de octubre de 2016
Al celebrar 100 años de vida del periódico EL UNIVERSAL, el Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de El Gran Diario de México, Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, aseguró que el diario se reconoce joven y listo para los desafíos del futuro.
En su discurso en la ceremonia de inauguración de la exposición, alusiva al centenario y del lanzamiento del boleto del Metro conmemorativo por los 100 años de EL UNIVERSAL, aࠀrmó que el diario “es símbolo de que el pensamiento plural y crítico, la diversidad de ideas y la solidez de un proyecto informativo son también símbolo de un país que avanza en democracia y de una empresa que con 100 años de vida se siente joven y se reconoce lista para los desafíos del futuro”.
En el acto realizado en la estación del Metro Zapata, acompañado del Director General de EL UNIVERSAL, Juan Francisco Ealy Lanz Duret, y por el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, el Licenciado Ealy Ortiz aseguró que el Metro y El Gran Diario de México son “símbolos indispensables en la vida del país.
“Algo que nos une al Metro, es que también son millones de lectores del periódico EL UNIVERSAL y millones también, los usuarios en su versión por internet”, reࠀrió el Licenciado Ealy Ortiz, quien asistió con su esposa, la señora Perla Díaz de Ealy y su familia.
Destacó: “Hoy 1 de octubre es precisamente el día de la conmemoración de nuestro centenario y un símbolo que aprecio mucho es que esta mañana comencemos la celebración de este día aquí. Todos sabemos que el Sistema de Transporte Colectivo Metro es un gran símbolo de nuestra ciudad. De su surgimiento dieron cuenta en 1969 las páginas de EL UNIVERSAL, pero quizá en aquella época no nos dábamos cuenta de lo importante que llegaría a ser para la vida cotidiana de los habitantes de la Ciudad de México”.
Agradeció la distinción que el STC Metro tiene para este periódico, al permitir —mediante una exposición de fotografías y primeras planas emblemáticas del diario, y en la circulación del boleto con distintivos de EL UNIVERSAL— que la gente que utiliza el Metro pueda descubrir el mundo informativo que se ha divulgado en estos 100 años.
Aseguró que EL UNIVERSAL seguirá registrando en sus páginas el crecimiento y desarrollo del Metro, “símbolo de una ciudad que avanza cada día”.
El jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, resaltó la adaptación que el periódico ha tenido ante los cambios en la sociedad, para convertirse en uno de los “diarios emblemático de nuestro país. Tener un periódico que de manera diaria y libre pueda informar es un gran símbolo de libertad mundial, nacional y local de lo que signi᐀fica la fuerza informativa. Hoy queremos reconocer esta tarea, no es fácil adaptarse a los cambios y mantener un impulso como el que ha mantenido EL UNIVERSAL”, dijo. Detalló que como parte del homenaje circularán durante una semana 10 millones de boletos impresos.
Ernesto Velázquez Briseño, director del Canal 22 y coordinador de la Comisión del Centenario de EL UNIVERSAL, explicó que la exposición montada en los pasillos de la estación Zapata muestra fotografías y primeras planas simbólicas de la vida del país, pero también de lo que hubo antes como sistema de transporte en la Ciudad de México.
“Nuestro interés es que la inmensidad de la población de esta ciudad, que utiliza el Metro pueda ver, sobre todo los jóvenes, parte de nuestra historia, para que entiendan cómo se construyó esta gran nación. Cuando vean cómo llegó el Tláloc que está afuera del Museo de Antropología o el tipo de transporte que existía antes del Metro, creo que van a entender la importancia que tiene el registro que ha hecho en 10 décadas un gran periódico como EL UNIVERSAL”, destacó.
El Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, develaron una reproducción del boleto conmemorativo y junto con el Director General de este diario, Juan Francisco Ealy Lanz Duret, cortaron el listón inaugural de la muestra.
El Universal
A. Bastenier
2 de octubre de 2016
Cien años son más que una vida, toda una profesión. Hace un siglo los periódicos llevaban apenas unas décadas practicando lo que cabría calificar de ‘periodismo moderno’. Podemos datar los albores del periodismo diario a fin del siglo XVIII, con la fundación del Times de Londres en 1785; pero es en el tránsito entre los siglos XIX y XX cuando existe ya un periodismo reconocible y, sobre todo, cuando la producción material de los periódicos es razonablemente parecida a lo que hoy aún son los ‘periódicos impresos’.
En la segunda mitad de los años 60, cuando yo empecé a ganarme la vida como periodista, había mejorado mucho el utillaje, las linotipias y las rotativas eran más rápidas y ecientes, pero trabajábamos con máquinas de escribir que enviábamos a algo que llamábamos ‘imprenta’, donde se componían las páginas de hot type, y cuyos textos se habían ‘repicado’ en linotipias, con un porcentaje constante e inabarcable de erratas. Era toda una artesanía, que al menos a unos cuantos nos permitió entender el aspecto ‘ocio’ de nuestro trabajo, así como vanagloriarnos de haber vivido toda la evolución del periodismo de lo moderno a lo contemporáneo. En los 70 nos movíamos ya con una nueva pulcritud apellidada ‘fotocomposición’. Pero los periódicos, siempre impresos, no habían cambiado tanto durante el último medio siglo.
Poner fecha a las revoluciones siempre es algo gratuito. Decimos en el mundo latino que el famoso viaje de Colón pone fin a la Edad Media, y Occidente en general que la Revolución Francesa ‘comienza’ el día en que la multitud parisina asaltó La Bastilla, un 14 de julio de 1789, pero ¿y el tsunami de internet? Yo he elegido el año del Señor de 1995, en el que comienza a generalizarse el PC (Portable Computer) y el público a comunicarse instantáneamente del uno al otro confín. Una gran revolución de las comunicaciones se estaba desencadenando, que de ninguna manera hoy ha concluido.
El gran diario mexicano EL UNIVERSAL está viviendo esa evolución y, como todos nosotros, es consciente de que apenas ayer comenzó el futuro. Hagamos, pues, un esbozo, aunque pueda quedarse anticuado casi antes de que se seque la ‘tinta’ de este artículo, de los grandes cambios que en los últimos años han acaecido.
Para mí lo más importante es la desarticulación del concepto de redacción clásica y de la idea del periódico como vehículo unitario y casi exclusivo de la información, impresa y digital. Se produce una gran deslocalización. La redacción como alma mater del periodismo, antaño escrito pero hoy multimedia, ya no es el refugio acogedor, el lugar preferentísimo de trabajo y de aprendizaje del ocio. Se puede trabajar desde cualquier emplazamiento o de ninguno y el smartphone permite la fabricación directísima del periódico, del productor al consumidor. En las redacciones new age tanto o más que se escribe, se componen videos, se montan las diversas plataformas en las que se expresa la información, como, mayormente, se navega. El ‘redactor’ ha adquirido nuevas destrezas entre las que se encuentra la de ‘buscador’, recopilador y estadístico de todo lo que las redes hayan podido transportar durante las 24 horas del día, y el slack, una especie de foro virtual que hace innecesario el contacto persona a persona, nos obliga a ‘vivir’ en Internet. Y, al mismo tiempo, ni la web, ni mucho menos el periódico de papel, son ya los vehículos principales ni exclusivos de los contenidos que navegan bajo la marca unitaria del periódico. Estar en las redes de manera instantánea, cuando ni siquiera se ha decidido si esta o aquella información deba entrar o no en la web, no digamos ya en el papel, es una necesidad tan permanente como perentoria.
Subrayar que la edad de oro del impreso es cosa del pasado es ya un lugar común. Y aunque yo no soy de los que dan por inevitable que el papel acabe por desaparecer, su función sí que se hace más elitista, restringida, y necesitada de respaldos económicos externos, como desgravaciones, mecenazgos, o que un día la propia versión digital subvencione el impreso.
Esa es la evolución a la que los grandes diarios occidentales se ven abocados, y por la que deberá discurrir el presente y el futuro de EL UNIVERSAL, aunque siempre con una graticante certeza: el periodismo no es por denición digital ni impreso, sino que sigue siendo periodismo sin adjetivos, aquella profesión cuya misión es explicar a la sociedad por qué pasan las cosas que pasan; hasta ayer casi exclusivamente por medio de la palabra escrita; y hoy con una antología de plataformas y la gran expansión de las redes como universo-mundo. Esa es la perspectiva que se abre para los próximos cien años ante el gran diario mexicano, que hoy se hace centenario.
Un poeta en el frente de batalla
El Universal
Mauricio Mejía Castillo
2 de octubre de 2016
El 5 de diciembre de 1917, EL UNIVERSAL anunciaba en primera plana la partida del poeta José D. Frías a Europa. Enviado como redactor literario, El Vate —como lo llamaban sus amigos— se convertía en el primer corresponsal de guerra mexicano en la Primera Guerra Mundial.
José Dolores Frías nació en la ciudad de Querétaro el 19 de diciembre de 1890. Estudió en el Seminario de la misma ciudad. Al darse cuenta que su vocación no era la eclesiástica sino la literaria se mudó a la Ciudad de México a finales de 1911. Fue catedrático de la Escuela Nacional Preparatoria y tuvo algunos puestos en las Secretarías de Educación, de Relaciones Exteriores y el Departamento Central.
En 1917 entró como colaborador a EL UNIVERSAL. Más no por ello amaba el oficio de periodista. “El tiempo apremia, y es necesario ganar para vivir, escribiendo crónicas, entrevistas, haciendo diarismo. Odioso”, dijo al ser entrevistado en 1924 en Revista de Revistas.
Su pasión era la poesía. Devoto de Rubén Darío y Salvador Díaz Mirón, le gustaba pasar horas enteras recitando los versos de los modernistas. Incluso pretendía que la D, que en su firma abrevia Dolores, fuera de Darío. Sin embargo, el diarismo le dio la oportunidad de intimar con los grandes poetas de la época. Colegas suyos en “El Diario Político de la Mañana”, José Juan Tablada, Manuel José Othón y Ramón López Velarde pronto se hicieron grandes amigos de “El Vate”. López Velarde llegó a dedicarle su poema “Todo”.
En el frente de batalla
EL UNIVERSAL fue el primer diario en México en contar con los servicios cablegráficos de las agencias de noticias más importantes del mundo. Estos daban cuenta de lo acontecido en el apogeo de la Gran Guerra. Aparecían en la sección “Cablegramas el universo” y procedían de Prensa Asociada, Reuters de Londres y servicios directos de Francia, España e Italia. Así, por primera vez los lectores mexicanos estaban enterados de lo que sucedía al otro lado del Atlántico con tan sólo dos días de retraso.
No obstante, Félix Fulgencio Palavicini, fundador de esta casa editorial, quería la más amplia cobertura del conflicto bélico europeo y la presencia de un corresponsal de su periódico en el frente era indispensable para ello. Viendo dotes en Frías le comisionó para llevar a cabo una de las empresas más ambiciosas del periodismo nacional hasta entonces.
Así, anunciada la partida el 5 de diciembre de 1917, Hipólito Seijas, periodista de EL UNIVERSAL y amigo personal del poeta, recordaría dos años después que despidió a éste hasta el 12 del mismo mes.
La labor periodística de Frías inició a bordo del vapor-correo Reina María Cristina, cuando entrevistó a su capitán, Pedro Zaragoza. Desembarcó en La Coruña el 4 de enero de 1918. En su primera colaboración enviada a EL UNIVERSAL, y publicada el 23 de febrero de 1918, dio cuenta de las primeras horas en tierra.
El silencio de Frías durante los primeros meses de su viaje fue motivo de preocupación. Se pensó que había caído prisionero; que el Reina María Cristina había sido interceptado por los alemanes o que lo había alcanzado una de las mil vicisitudes que el Atlántico ofrecía al que lo atravesaba en esa época de mundial caos.
Afortunadamente todo quedó en suposiciones. El Vate mandaba sus notas —que más bien eran columnas, dado el marcado carácter subjetivo que tenían— por barco. Tomando en cuenta los tropiezos que los medios de comunicación podían encontrar en el trayecto, no es casual que a México y a la redacción sus colaboraciones llegaran con casi un mes de retraso.
De paso por Madrid, conoció a Alfonso Reyes, quien le presentó a Ortega y Gasset, a Juan Ramón Jiménez y a Azorín. Pero las ansias por conocer París lo hicieron abreviar su estancia en la capital española. Al llegar al anhelado destino se encontró con otro enemigo para el envío de sus textos: el idioma. Su primera colaboración fechada en “París, febrero de MCMXVIII (el año en mayúsculas era una característica inconfundible en las cartas del queretano)” llegó a la redacción de EL UNIVERSAL la víspera del 24 de abril.
Las columnas de Frías aparecían en la página tres de manera, bajo el título “De nuestro enviado al frente occidental”, primero, y “Crónica de París”, después.
Firmados los Tratados de Versalles, el 28 de junio de 1919, que dieron fin a la peor guerra vivida hasta entonces, Frías regresó a México. Al llegar, le confiaría a su amigo Seijas en una entrevista publicada en este diario el 29 de julio los recuerdos de su viaje. Estuvo en Bélgica, donde fue bien recibido por el Estado Mayor y visitó parte del frente en Iser. En Madrid, un espía alemán le ofreció 25 mil dólares por no mandar información a México, ofrecimiento que él rechazó por sus convicciones y sobre todo porque no estaba dispuesto a abandonar París. De esta ciudad se llevó el recuerdo de sus conquistas de Don Juan.
De algo especialmente presumía Frías: EL UNIVERSAL, con apenas año y medio de existencia, era ya muy afamado en Europa y por eso su calidad de corresponsal le permitió gozar de toda clase de atenciones. Incluso llegó a ser invitado por la Oficina Nacional de Turismo de Francia para hacer un viaje de tres semanas por los Pirineos. También fue invitado a ir al frente donde estuvo alojado en el Cuartel General. Ahí otros corresponsales, un sueco, un noruego y un argentino, le reafirmaron el prestigio que el entonces “Diario Político de la Mañana” gozaba en sus respectivos países.
Los últimos días
El periodista José Alvarado escribiría alguna vez sobre el final de El Vate: “En los últimos años de su vida José D. Frías era apenas una sombra doloras. Frecuentaba las peores tabernas, especialmente una, cerca del edificio de correos. La barba crecida y prematuramente cana; el traje negro lleno de manchas y lamparones. Nunca supieron sus compañeros de desdicha que aquel hombre había sido uno de los más sutiles buscadores de la belleza”.
A principios de junio de 1936, Frías fue remitido a la Quinta Delegación de Policía. Por razones desconocidas se fracturó la base del cráneo. Sus amigos lo rescataron y lo llevaron al Hospital Juárez dónde murió el 5 de ese mes. Al otro día, el nombre de José D. Frías ocupaba por última vez un espacio en la primera plana de EL UNIVERSAL. La tinta negra sobre el papel anunciaba la muerte de su antiguo colaborador: el primer corresponsal de guerra mexicano.
El Universal
Nelson Vargas
2 de octubre de 2016
El jueves 29 de septiembre se vivió un gran día para El Universal, el Gran Diario de México. Y fue un gran día porque se celebraron 100 años de este gran medio de comunicación. El Colegio de las Vizcaínas fue el escenario de en donde los personajes más influyentes del país, se reunieron en esta fecha tan especial.
El licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de El Universal, tuvo un gran poder de convocatoria, producto de la buena labor que ha realizado desde hace 47 años, cuando tomó las riendas del periódico. Lo mismo Juan Francisco Ealy Lanz Dur, quien ahora es Director General para continuar con la labor de esta familia. En este festejo estuvieron presentes los principales líderes políticos y empresariales del país, ex presidentes de México, miembros del gabinete del Gobierno Federal y amigos muy de este diario.
Han sido cien años, 47 en manos de este hombre, de un esfuerzo y compromiso con la información. Un trabajo lleno de dignidad y dedicación que ha controlado, incluso, algunos embates políticos para lograr una continuidad a algo tan hermoso como este medio.
Me congratulo de ser su amigo. Quiero decirle a toda la familia que como todos los que colaboramos en esta casa editorial, soy un afortunado de formar parte de su historia, por lo que me siento agradecido por las oportunidades que me han dado de escribir mis opiniones en este medio de gran credibilidad en la sociedad mexicana.
Tengo la fortuna de conocer al señor Ealy Ortiz desde hace más de 20 años, cuando dos de sus hijos estuvieron en mi sucursal nelsonvargas familyfitness de Interlomas. Dos chamacos que pasaron cerca de 15 años activándose físicamente con varias disciplinas como natación y taekwondo, actividades a las que le dedicaron todo su esfuerzo y pasión, justo un reflejo y el ejemplo de este núcleo familiar, no me queda duda.
Quiero aprovechar este espacio para agradecerle que me considere su amigo, que me haya dado la oportunidad de escribir no sin olvidarme del compromiso que esto implica. En verdad me siento orgulloso formar parte de las páginas tanto en la sección de Opinión como en la de Deportes.
No hace mucho tiempo que terminó mi participación en la cobertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016 y fue una gran experiencia. En la parte de opinión, los textos que he publicado han tenido buena recepción de la gente, lo que me hacen sentir una persona útil a la sociedad.
Gracias a toda la familia Ealy Ortiz por la invitación, por permitirme estar en esa extraordinaria cena en la que tuve la oportunidad de saludar a mucha gente que maneja este país, así como a muchos colaboradores de este diario. Charlas realmente estimulantes para buscar mejorar día a día.
Tuve la oportunidad de llevar a este evento a mi hijo Pável lo que se convirtió en un interesante ejercicio para que se diera cuenta de cómo se construye una empresa, pero sobre todo, de cómo se gana la credibilidad y fuerza que tiene este periódico. Es una suma de esfuerzo y habilidad, de convencimiento y liderazgo para que las cosas se hagan como se debe. Esos son los ingredientes que hicieron en los últimos 100 años un gran medio informativo: El Universal, el Gran Diario de México.
Prestigio. Del “teclazo” al Facebook live
El Universal
Fabiola Cancino
3 de octubre de 2016
Su vuelo duró unas seis horas. Era el 20 de noviembre de 1957, un día que, según los reportes de la época, fue seco: 29 grados centígrados de temperatura en Guadalajara, Jalisco, y 25 grados en la Ciudad de México. No hubo lluvias ni vientos fuertes, por lo que el trayecto de la paloma El Universal terminó sin complicaciones: 461 kilómetros de distancia, a 80 kilómetros por hora.
A esta mensajera también le llamaban Columba —el nombre de la ave en latín—, un invento para llevar y traer mensajes cifrados durante la segunda guerra mundial, concluida apenas 12 años atrás, y que esta ocasión traía un recado diferente, un mensaje de paz y parabienes:
“Los jaliscienses saludan a los periodistas metropolitanos y particularmente a [ilegible] redactores de EL UNIVERSAL, Gran Diario de México, por cortesía de la III gran [ilegible] , y por conducto de la paloma mensajera El Universal”. La misiva está fechada en Guadalajara, Jalisco, y escrito en mayúsculas en typewriter: la tipografía de las máquinas de escribir en esos tiempos.
La imagen obtenida del archivo gráåco de EL UNIVERSAL, con más de 7 millones de materiales, muestra uno de los medios que este diario ha utilizado para enviar y obtener información del norte al sur del país desde el primer día, pues el 1 de octubre de 1916 también nació la red de corresponsales para la sección que entonces se llamaba De nuestro territorio.
El diario y sus corresponsales han evolucionado a la par con las tecnologías de la comunicación: del correo, paquetería, teléfono, telex, telegrama, fax y tandy hasta los sistemas diseñados y adaptados exclusivamente para esta casa editorial como Harris o GN4; en la actualidad también se aprovechan las aplicaciones de las redes sociales para transmitir en vivo.
El poder del smartphone
En las primeras décadas era impensable una publicación en tiempo real desde los estados, pero la revolución tecnológica ha permitido a los corresponsales convertir sus teléfonos celulares en una oficina-redacción virtual. Desde su dispositivo envían textos, fotos, videos, audios y ubicaciones, además de difundir noticias en Facebook y Twitter, entre otras plataformas, en el momento en que ocurren los sucesos.
El viernes 17 de septiembre de 1920 el “corresponsal viajero avisaba a la redacción a través de un telegrama especial —cuyo envío urgente podía tardar en ser entregado entre dos y 12 horas— sobre un incendio ocurrido a las 12:25 horas en Tampico, Tamaulipas. El hecho fue la nota principal del diario un día después.
Casi 100 años después, el sábado 24 de septiembre de 2016, el corresponsal regional informaba —vía Whatsapp— del incendio en el buque Burgos de Pemex, cargado con 167 mil litros de combustible, en Boca del Río, Veracruz. El envío de información y material fotográåco tardó segundos y se actualizó en varias ocasiones durante el día. Fue la nota de portada del día siguiente.
Ambos sucesos reæejan, en su justa dimensión, la rapidez en la transmisión de datos que permite la tecnología del momento. El primer hecho alertó al equipo de redacción —en 69 palabras—, el cual tomó la decisión editorial de llevarlo como la nota principal con el titular: Espantoso incendio en Tampico, con información sobre el daño a 40 casas en la zona comercial, en los límites con la estación del ferrocarril. Fiel a su principio de documentar cada dato, el equipo de redacción se basó en el primer telegrama para iniciar la nota periodística y la complementó con otros tres cables, cuyo contenido fue proporcionado por “el Sr. Pérez, Director de Ferrocarriles”, en la Ciudad de México.
Según la publicación, a las cuatro de la tarde llegó el primer telegrama a Ferrocarriles, en el que se alertaba de los daños a las casas de la zona comercial e inmuebles del organismo gubernamental; el segundo —a las seis de la tarde— señalaba que “la magnitud del incendio alcanzaba límites fantásticos”, y el tercero, ya sin precisar hora, manifestaba que el fuego podría propagarse y que las pérdidas eran incalculables. En dos horas se informó del hecho en código Morse y la nota se difundió un día después.
A 96 años de distancia, el tratamiento de la información ha sufrido un cambio radical.
Faltaban pocos minutos para el mediodía y en las redes sociales comenzaron a circular información e imágenes con inmensas columnas de humo desde un barco.
El equipo web preguntó al corresponsal por el incendio a través de Whatsapp —los datos se envían mediante un servidor que codifica el mensaje y lo transmite vía satelital o celular—. Éste respondió que verificaría la información para no dar datos imprecisos. Se trató de un diálogo para conocer los datos preliminares.
A las 13:13 horas llegó la nota por correo electrónico y a las 13:36 horas el texto se encontraba disponible en el portal de internet de EL UNIVERSAL: Frente a las playas de Boca de Río, en Veracruz, se registró la explosión en un buque.
En sólo dos horas se generó la información, fue corroborada y difundida en los medios digitales del diario. Hubo al menos seis actualizaciones de la noticia y un número similar de publicaciones en redes sociales del diario. Casi al momento se transmitieron imágenes de los remolcadores que cercaban el buque petrolero y lanzaban químicos para apagar el fuego.
El gran brinco
Los periodistas de “la vieja guardia”, desde directores hasta jefes de información, tenían una máxima: el crédito se gana. Con esa frase, no sólo los corresponsales, sino también los reporteros y redactores sabían que debían hacer méritos para que saliera su nombre en las publicaciones, aunque eso fue de manera incipiente en la década de los 50 y con mayor énfasis en los 60, 70 y 80. Había quienes tardaban años en demostrar que se habían ganado la oportunidad.
Antes no se acostumbraba el uso de firmas. El principio básico del periodismo se basaba en dar a conocer la información y no en el autor, por lo que durante décadas sólo se encontraba la leyenda “El Corresponsal” al final de cada nota de EL UNIVERSAL. Son contados los casos donde aparece el crédito.
Los corresponsales no sólo debían lidiar con el anonimato, el envío de información representaba otro periplo. En un principio, ésta sólo llegaba por correo a la redacción cuando no era urgente; de lo contrario, se utilizaban los servicios telegráficos, sistema que para 1917 contaba con 557 o걊똿cinas de transmisión en el país.
En esa época, la sección De nuestro territorio ocupaba la página dos y el 1 de octubre de 1916 aparecieron textos de Puebla, Colima y Veracruz, entre otros, fechados el 28 de septiembre, día en que fueron redactados y enviados por correo. Un año después, las páginas del diario re䄿ዄejaban el esfuerzo por informar desde todos los rincones del país: comenzó a utilizarse el cabezal “noticias por correo y telegráficas únicamente para EL UNIVERSAL, exclusividad en la información que se ha mantenido hasta la fecha.
El teléfono aún no era accesible. En 1917 sólo funcionaba en las ciudades principales y las llamadas de larga distancia eran mínimas. Para 1930, Ericsson, la marca que detentaba la concesión oficial, publicaba que su red de larga distancia abarcaba varios estados: apenas una decena, incluidas las ciudades por donde pasaban líneas en construcción o en proyecto.
Evolución
El uso masivo de la telefonía y red de cableado permitió que —a través de una operadora— se estableciera la comunicación de los corresponsales con el equipo de la redacción, tecnología que usó el diario desde su nacimiento en la Ciudad de México. Durante una década más continuó el mismo ritmo tecnológico para los corresponsales, hasta 1942, cuando EL UNIVERSAL instaló su teletipo, lo que permitió dar celeridad a la transmisión de datos, pues de trataba de un sistema que funcionaba con mensajes mecanografiados y que eran enviados de punto a punto.
Las sábanas de información —papel en el que se plasmaba el texto con puntos— contenían las noticias de quienes se adaptaban a los nuevos tiempos y a las exigencias del El Gran Diario de México. Además de usar el telex, se enviaba material vía paquetería, por autobuses foráneos e incluso por avión, sobre todo para la entrega de fotografías que debían acompañar a las notas, práctica que continuó hasta la década de los 70 e incluso los años 80.
En esta última década llegó la primera computadora a EL UNIVERSAL, la Tandy, que permitía a los corresponsales conectarse al sistema computacional de la redacción vía telefónica; años más tarde surgieron los celulares —que sólo servían para la transmisión de voz— y en los 90, nació internet. Desde entonces la transferencia de información se volvió inmediata.
El sitio eluniversal.com.mx surgió en 2001, aunque en 1994 se inició la publicación electrónica del diario y en 1996 se firmó un convenio con la UNAM para que se difundiera en internet la edición del periódico y así convertirse en un proveedor de noticias para los usuarios de la red.
La generación de información ha evolucionado a tal grado que corresponsales —y periodistas en general— son ahora reporteros multimedia que lo mismo elaboran textos para la versión impresa o digital, como también ser encargan de enviar audios para radio o videos para EL UNIVERSAL TV, sin olvidar la difusión de sus noticias en las redes sociales, donde se crean un prestigio propio a través de la calidad de información que difunden. Y todo con el poder de su smartphone.
Amantes de la información
Durante 10 décadas y a la vanguardia tecnológica, los corresponsales y enviados han difundido los hechos que marcaron la historia del país, como los magnicidios de Álvaro Obregón y Luis Donaldo Colosio. En el primer caso, con el seguimiento de su entierro en Sonora, y en el segundo, con el homicidio del candidato presidencial en Tijuana, Baja California, noticia que incluso permitió a la corresponsal Dora Elena Cortés obtener el Premio Nacional de Periodismo por su cobertura.
También son relevantes las coberturas que hizo EL UNIVERSAL de los hechos previos a la masacre de estudiantes en Tlatelolco, con las protestas y muerte de alumnos en Morelia, en 1966, y Hermosillo, en 1967; o la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, Guerrero, en 2014, por citar sólo dos casos de un sinfín de hechos en los que corresponsales se han encargado de dar a conocer todas las versiones: la de los afectados, autoridades y sociedad civil, forjando así a los lectores de todas las plataformas a normar una opinión de lo que ocurre en México día a día.
Labor periodística
Editores del NYT podrían ir a prisión por publicar impuestos de Trump
El Informador
–
3 de Octubre de 2016
Los editores del diario The New York Times (NYT) corren el riesgo de una demanda y potencialmente ir a la cárcel por publicar sin autorización la declaración fiscal del candidato presidencial republicano Donald Trump.
Según expertos, esto sería así debido a que la divulgación de una declaración fiscal sin autorización es un delito en Estados Unidos que se castiga con multas y prisión.
Bajo la ley federal estadunidense es ilegal publicar la declaración de impuestos de otra persona sin su consentimiento, un delito punible con hasta cinco mil dólares de multa y/o hasta cinco años de cárcel, además del pago de los gastos legales del injuriado.
Susan Craig, una reportera de la sección Metro del NYT, recibió el legajo de documentos de manera anónima en su cajón de correo el 23 de septiembre. Ocho días después, tras haber confirmado su veracidad, el editor del diario, Dean Baquet, decidió publicarlos.
“El señor Trump, a través de un portavoz, no desmintió ni confirmó los registros de impuestos, pero amenazó con (tomar una) acción legal si los publicábamos”, relató Craig.
Cuestionada por la cadena ABC si temía una demanda de Trump, la reportera del Times desestimó la implicación: “La última vez que chequé, no era un delito checar tu correo”.
Baquet, el editor en jefe de The New York Times, había declarado la primera quincena de septiembre, durante un foro en la Universidad de Harvard, que estaba dispuesto a pelear y posiblemente ir a la cárcel para publicar las declaraciones fiscales de Trump.
Ciertamente, el editor del Times había armado un equipo especial dedicado expresamente al tema de los impuestos de Trump. En el equipo se encontraba, además de Craig, el periodista de investigación David Barstow, ganador del Premio Pulitzer en tres ocasiones.
Barstow viajó a Florida para verificar la autenticidad de los documentos con Jack Mitnick, el excontador de Donald Trump.
Bob Woodward, director asociado de The Washington Post, coincidió en el evento con Baquet sobre el deber periodístico de publicar las declaraciones, según el recuento del foro publicado en su momento por The Boston Globe y donde participó además la documentalista Laura Poitras.
“Bob me dijo que era ilegal publicar las declaraciones de impuestos de haberlas obtenido y que en una conversación y debate dentro de una organización (periodística), los abogados dirían que eso es cruzar la raya”, comentó Poitras, de acuerdo con el recuento.
Tanto The New York Times y The Washington Post fueron centro de polémica por publicar en 1971, los llamados Papeles del Pentágono, de acuerdo con los cuales la administración de Lyndon B. Johnson había mentido al público y al Congreso sobre la Guerra de Vietnam.
El caso de los Papeles del Pentágono llegó a la Suprema Corte de Justicia, que falló a favor del derecho de los medios informativos a publicar los documentos, al amparo de la Primera Enmienda Constitucional que consagra la libertad de expresión.
Al igual que en el caso de los Papeles del Pentágono, los editores del NYT podrían argumentar que la publicación de las declaraciones de Trump fue hecha en el interés público, a pesar de las consecuencias legales. Pero según expertos, la estrategia no tiene garantía de éxito.
“Los tribunales podrían decir que si las declaraciones de impuestos son tan importantes, que el público autorice al Servicio Interno de Rentas (IRS) que los divulgue o pierde sus votos”, dijo al Washington Post el profesor de la Universidad de Harvard, Jonathan Zittrain.
Hasta el momento el millonario estadunidense se ha rehusado a dar a conocer sus declaraciones fiscales, bajo el argumento de que se encuentran siendo objeto de una auditoría del IRS y de que no le interesan a sus seguidores.
Pero la ley estadunidense no prohíbe la divulgación de las declaraciones de impuestos, aún cuando sean objeto de una auditoría fiscal.
Durante el primer debate presidencial, la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton sugirió que quizá una de las razones por las cuales este no divulgaba sus declaraciones era porque probablemente no había pagado impuestos federales. “Eso me hace inteligente”, reviró Trump.
Después de la publicación de las declaraciones fiscales por parte del New York Times, la campaña de Trump ni confirmó ni desmintió el contenido de los documentos, según los cuales Trump aplicó una deducción fiscal de 916 millones de dólares en 1995.
“El señor Trump es un empresario altamente calificado que tiene la responsabilidad fiduciaria con sus negocios, su familia y sus empleados a no pagar más impuestos que los que fije la ley”, señaló la campaña del candidato presidencial.
“El señor Trump conoce el código fiscal mejor que nadie que haya buscado la presidencia y es el único que sabe cómo arreglarlo”, aseveró.
Editores del NYT podrían ir a cárcel por publicar impuestos de Donald Trump
El Universal
Notimex
2 de octubre de 2016
Los editores del diario The New York Times (NYT) corren el riesgo de una demanda y potencialmente ir a la cárcel por publicar sin autorización la declaración fiscal del candidato presidencial republicano Donald Trump.
Según expertos, esto sería así debido a que la divulgación de una declaración fiscal sin autorización es un delito en Estados Unidos que se castiga con multas y prisión.
Bajo la ley federal estadounidense es ilegal publicar la declaración de impuestos de otra persona sin su consentimiento, un delito punible con hasta cinco mil dólares de multa y/o hasta cinco años de cárcel, además del pago de los gastos legales del injuriado.
Susan Craig, una reportera de la sección Metro del NYT, recibió el legajo de documentos de manera anónima en su cajón de correo el 23 de septiembre. Ocho días después, tras haber confirmado su veracidad, el editor del diario, Dean Baquet, decidió publicarlos.
“El señor Trump, a través de un portavoz, no desmintió ni confirmó los registros de impuestos, pero amenazó con (tomar una) acción legal si los publicábamos”, relató Craig.
Cuestionada por la cadena ABC si temía una demanda de Trump, la reportera del Times desestimó la implicación: “La última vez que chequé, no era un delito checar tu correo”.
Baquet, el editor en jefe de The New York Times, había declarado la primera quincena de septiembre, durante un foro en la Universidad de Harvard, que estaba dispuesto a pelear y posiblemente ir a la cárcel para publicar las declaraciones fiscales de Trump.
Ciertamente, el editor del Times había armado un equipo especial dedicado expresamente al tema de los impuestos de Trump. En el equipo se encontraba, además de Craig, el periodista de investigación David Barstow, ganador del Premio Pulitzer en tres ocasiones.
Barstow viajó a Florida para verificar la autenticidad de los documentos con Jack Mitnick, el excontador de Donald Trump.
Bob Woodward, director asociado de The Washington Post, coincidió en el evento con Baquet sobre el deber periodístico de publicar las declaraciones, según el recuento del foro publicado en su momento por The Boston Globe y donde participó además la documentalista Laura Poitras.
“Bob me dijo que era ilegal publicar las declaraciones de impuestos de haberlas obtenido y que en una conversación y debate dentro de una organización (periodística), los abogados dirían que eso es cruzar la raya”, comentó Poitras, de acuerdo con el recuento.
Tanto The New York Times y The Washington Post fueron centro de polémica por publicar en 1971, los llamados Papeles del Pentágono, de acuerdo con los cuales la administración de Lyndon B. Johnson había mentido al público y al Congreso sobre la Guerra de Vietnam.
El caso de los Papeles del Pentágono llegó a la Suprema Corte de Justicia, que falló a favor del derecho de los medios informativos a publicar los documentos, al amparo de la Primera Enmienda Constitucional que consagra la libertad de expresión.
Al igual que en el caso de los Papeles del Pentágono, los editores del NYT podrían argumentar que la publicación de las declaraciones de Trump fue hecha en el interés público, a pesar de las consecuencias legales. Pero según expertos, la estrategia no tiene garantía de éxito.
“Los tribunales podrían decir que si las declaraciones de impuestos son tan importantes, que el público autorice al Servicio Interno de Rentas (IRS) que los divulgue o pierde sus votos”, dijo al Washington Post el profesor de la Universidad de Harvard, Jonathan Zittrain.
Hasta el momento el millonario estadounidense se ha rehusado a dar a conocer sus declaraciones fiscales, bajo el argumento de que se encuentran siendo objeto de una auditoría del IRS y de que no le interesan a sus seguidores.
Pero la ley estadunidense no prohíbe la divulgación de las declaraciones de impuestos, aún cuando sean objeto de una auditoría fiscal.
Durante el primer debate presidencial, la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton sugirió que quizá una de las razones por las cuales este no divulgaba sus declaraciones era porque probablemente no había pagado impuestos federales. “Eso me hace inteligente”, reviró Trump.
Después de la publicación de las declaraciones fiscales por parte del New York Times, la campaña de Trump ni confirmó ni desmintió el contenido de los documentos, según los cuales Trump aplicó una deducción fiscal de 916 millones de dólares en 1995.
“El señor Trump es un empresario altamente cali‰⸵cado que tiene la responsabilidad fiduciaria con sus negocios, su familia y sus empleados a no pagar más impuestos que los que fije la ley”, señaló la campaña del candidato presidencial.
“El señor Trump conoce el código fiscal mejor que nadie que haya buscado la presidencia y es el único que sabe cómo arreglarlo”, aseveró.
El Informador
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3 de Octubre de 2016
El escritor, periodista, político y divulgador de ciencia fue encontrado sin vida en su casa de Guadalajara. El escritor y líder del Movimiento del 68, Luis González de Alba falleció hoy a la edad de 72 años en su casa de la colonia Arcos Sur, en Guadalajara cerca de las 12:00 horas, informaron fuentes de la Fiscalía de Jalisco y de la Policía de Guadalajara, hasta el momento se desconocen las causas del deceso.
Luis González de Alba, nació en Charcas, en San Luis Potosí, de niño emigró a la ciudad de Guadalajara, aquí realizó sus primeros estudios, para luego trasladarse a la CIudad de México para estudiar Psicología en la UNAM. Participó en el movimiento estudiantil del 68, fue miembro del Consejo General del Huelga en 1968, siendo encarcelado por dos años en la cárcel de Lecumberri.
Al salir de prisión se dedicó a viajar y escribir sobre la experiencia del conflicto estudiantil. Publicó en la revista Siempre el primer manifiesto mexicano en defensa de los homosexuales, documento que elaboró con Carlos Monsiváis y Nancy Cárdenas. También participó en distintos partidos políticos de izquierda.
En su obra literaria destacan las novela, el ensayo, divulgación de la ciencia y periodismo. Actualmente laboraba como columnista de un diario de circulación nacional.
Confirman suicidio del escritor Luis González de Alba
El Financiero
Juan Carlos Huerta Vázquez
3 de Octubre de 2016
El escritor y periodista Luis González de Alba se quitó la vida a los 72 años de edad. Fue uno de los considerados activistas de la llamada noche de Tlatelolco.
Su deceso, en su casa de la colonia Americana de Guadalajara, Jalisco, se registra en una fecha significativa, ya que fue líder del Movimiento Estudiantil de 1968.
El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses confirma a El Financiero, que el escritor utilizó una pistola de bajo calibre, calibre .22, y fue localizado por personas cercanas que pidieron el apoyo a la policía de Guadalajara.
Por su parte, la Fiscalía de Jalisco confirmó que en estos momentos se efectúan los trámites para la entrega del cuerpo.
La Secretaría de Cultura de Jalisco dio a conocer la noticia del deceso al mediodía. “Que descanse en paz Luis González de Alba, periodista, escritor y divulgador de la ciencia. Nuestras más sinceras condolencias”, expresó a través de Twitter.
Por su parte, el secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, escribió en la red social: “Escritor, militante, periodista; protagonista de la vida nacional. Lamento el deceso de Luis González de Alba”.
Luis González de Alba nació en Charca, San Luis Potosí y creció en Guadalajara, donde vivía actualmente. Llegó de Guadalajara a estudiar psicología a la UNAM, donde fue uno de los dirigentes del movimiento estudiantil de 1968.
Detenido en Tlatelolco el 2 de octubre, escribió en la cárcel de Lecumberri su primera novela, Los días y los años, donde relata esos hechos. El vino de los bravos, El sueño y la vigilia, Las mentiras de mis maestros, El burro de Sancho y el gato de Schrödinger, La orientación sexual, La ciencia, la calle y otras mentiras, Niño o niña., son algunos de sus libros.
Entre sus novelas posteriores se cuentan Y sigo siendo sola, Agápi mu (Amor mío), Cielo de invierno. Obtuvo en 1997 el Primer Premio Nacional de Periodismo por su labor en la divulgación de la ciencia. Era colaborador semanal de Milenio.
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