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Reconocimientos
Premian a Juan Villoro por ejercer periodismo con literatura
Excélsior
Notimex
07/abril/2016
El escritor y periodista mexicano Juan Villoro obtuvo el Premio de Periodismo Diario Madrid, en su XIV edición, como representante de la mejor literatura asentado en el compromiso con el ejercicio profesional del periodismo.
El Instituto de México en Madrid dio a conocer este jueves que el jurado destacó que en su obra “se ensamblan las mejores notas de las culturas europeas y americana, maestría consumada de la que es buena prueba su colaboración en medios mexicanos como Vuelta, Nexos, Proceso, Reforma y La Jornada, o españoles como El Periódico y El País”.
Añadió que su aproximación psicológica al futbol, por ejemplo, es compatible con su acerada crítica política, sin merma de la elegancia y la ironía como armas de construcción de realidades y acontecimientos.
Villoro (Ciudad de México, 1956) se decantó pronto por el periodismo, donde destacó por sus colaboraciones sobre espectáculos de masas como el futbol, el rock y el cine.
Fue agregado cultural en la embajada de México en el Berlín de la República Democrática Alemana, de 1981 a 1984, y también profesor de Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), e invitado en las universidades de Yale, Boston, Pompeu Fabra de Barcelona y Princeton.
Ha cultivado la novela, el cuento y el ensayo y obtenido distinciones entre las que figura el Premio Herralde, el Iberoamericano José Donoso y el reciente Excelencia José Emilio Pacheco.
Villoro mantiene dos residencias habituales, en México y en Barcelona, desde donde “edifica un universo de relación muy provechosa para entender la personalidad enriquecedora del país, México, que más y mejor generosidad ejerció a favor de España en horas de quebranto de convivencia y entendimiento”, en palabras del jurado.
El jurado expresó su deseo de que la concesión de este premio, dotado con 12 mil euros y un motivo artístico del escultor Julio López Hernández, contribuya a fomentar la amistad y el entendimiento hispano-mexicano que honra Villoro con su ambivalencia en el tratamiento de las inquietudes y preocupaciones de ambas realidades nacionales.
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Higa, los #PanamaPapers y el periodismo
Sin Embargo
Por Adrián López Ortiz
Abril 7, 2016
La palabra de moda es “leak”. Después de Julian Assange y Edward Snowden el mundo no es el mismo. Ambos exhibieron a través de filtraciones la importancia de la información en un mundo globalizado. Ambos viven ahora en el asilo político.
“La información es poder”. La clásica frase cobra vigencia de nuevo gracias al escándalo de los #PanamaPapers: 11.5 millones de archivos de la firma panameña Mossack Fonsecafiltrados al diario alemán Süddeutsche Zeitung, vía un chat secreto por una fuente anónima (hasta ahora).
Pero la filtración no hubiera pasado del escándalo sin el periodismo.
El material fue procesado por el Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ, por sus siglas en inglés), quien con 353 periodistas de 80 países en 25 diferentes idiomas (entre ellos 7 mexicanos) se dedicaron a clasificar, relacionar e investigar los correos electrónicos, hojas de cálculo, pasaportes e información corporativa contenida en la filtración.
Los resultados no son menores, el ICIJ califica a la firma Mossack Fonseca como “una de las más importantes compañías creadoras de estructuras que pueden ser usadas para esconder la posesión de bienes o activos”, según una nota del Knight Center. La investigación arrojó más de 140 nombres de personalidades de todo el mundo con empresas y movimientos financieros relevantes en paraísos fiscales.
Debo precisar que aparecer en la lista no significa que las transacciones o los recursos sean necesariamente ilegales. Sino que existe una “conducta” generalizada, un patrón. Ese patrón, como señaló el mismo Presidente Obama, hace más fácil la evasión y el lavado de dinero de procedencia dudosa en todo el mundo.
Sobre artistas, deportistas y empresarios que figuran en la lista, corresponde a las autoridades de cada país hacer las investigaciones para definir si hubo evasión fiscal.
Pero no me quiero detener allí, sino en la relevancia de que políticos de primer nivel o personajes relacionados con ellos, también sean parte de los #PanamaPapers. Allí radica el mayor valor de una investigación periodística de esa envergadura, pues pone en la discusión el actuar ético de quienes ostentan el servicio público.
Mientras en Islandia, tras multitudinarias manifestaciones, el Primer Ministro dimite, en Rusia, Putin mejor le echa la culpa a los Estados Unidos.
Para el caso mexicano, sin duda el nombre más relevante es el de Juan Armando Hinojosa, accionista de Grupo HIGA. El personaje y su empresa se volvieron mundialmente célebres -curiosamente, gracias a una investigación periodística anterior de Carmen Aristegui y su equipo: “La Casa Blanca de Peña Nieto”.
La investigación desnudaba el conflicto de interés entre el Presidente de México y uno de sus contratistas consentidos. La Secretaría de la Función Pública en manos de Virgilio Andrade hizo una exhaustiva investigación (ajá) que llegó a una conclusión incuestionable: Enrique Peña Nieto es inocente y su comportamiento legal.
En el Gobierno federal todos quedaron contentos, no así la sociedad mexicana que sabe distinguir lo legal de lo correcto.
Desde entonces, Carmen Aristegui perdió su espacio en la radio y el Presidente Peña Nieto navega en los peores niveles de popularidad de la historia. Vaya paradoja, cuando parecía empezaba a recuperarse, aparece otra vez el nombre de HIGA en los #PanamaPapers. Hay quienes, como Raymundo Riva Palacio atreven un fondo geopolítico y la mano del Tío Sam detrás de la filtración y su manejo. Puede ser.
Sin embargo, creo que lo trascendente a partir de ahora será ver cómo actúa nuestro Gobierno federal frente a los hechos. Por sospechoso que sea un movimiento de 100 millones de dólares según la investigación, dudo mucho que las autoridades mexicanas se atrevan a investigar a fondo al amigo del Presidente.
Soy, al igual que muchos, pesimista en ese sentido. Creo que veremos la misma simulación de siempre. Escucharemos que “irán hasta las últimas consecuencias” siempre y cuando “el marco legal y las facultades” se los permitan. O sea, no llegarán a ningún lado y los #PanamaPapers serán una raya más en la deteriorada imagen de nuestro Presidente.
Me pregunto también si los ciudadanos exigiremos de la misma manera que sucedió en Islandia. Si pasaremos de la queja y el insulto en Facebook. Si seguiremos creyendo que con MEME’s cambiaremos el statu quo.
Acaso la lección más valiosa de los #PanamaPapers es una cierta reivindicación del valor que el periodismo tiene para el mundo.
Los resultados de la investigación que del ICIJ nos recuerdan la función social de una profesión que pasa por una de sus peores crisis refundacionales. Mientras que los periódicos quiebran o apenas sobreviven, los #PanamaPapers nos recuerdan que vale la pena seguir buscando alternativas para fortalecer el rol democrático del periodismo.
El mundo debe preguntarse si sabríamos del espionaje de los Estados Unidos de no ser por el periodismo.
Ante la debilidad institucional, los mexicanos debemos preguntarnos: ¿sabríamos de HIGA , la “Casa Blanca” o Tlatlaya de no ser por el periodismo? La respuesta ayuda a recordar que no estamos tan solos.
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Lucrecia Lozano
Periodismo de investigación
06 de abril de 2016
La noticia apareció en la primera plana en MURAL. Sus alcances son tales que se invitaba al lector a consultar otras secciones del diario, como Internacional, Gente y Cancha, para ahondar sobre el tema.
El escándalo que destapó la investigación que impulsó el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, y que hoy se conoce como los Papeles de Panamá, involucra a Jefes de Estado, líderes políticos, empresarios, hombres de poder, deportistas y artistas de diversos países.
Estamos frente a un caso de filtración de documentos parecido al que llevó a cabo el sitio WikiLeaks en torno al involucramiento de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán, y que también sacó a la luz memorándums que el Departamento de Estado envió a sus Embajadas en el mundo.
WikiLeaks fue el inicio de una ventana de oportunidad para que el gran público conociéramos sobre políticas y decisiones oficiales que afectan a la sociedad, pero se pierden en la oscuridad de los secretos de Estado.
También significó el destape de una ventana de vulnerabilidad para los Gobiernos ?y en el caso de los Papeles de Panamá, para los importantes y poderosos?, los cuales ya no pueden actuar y decidir en la completa opacidad. Todo ello gracias a los medios electrónicos.
El caso de los Papeles de Panamá es, sin duda, más extenso que la información que filtró en su momento WikiLeaks, pues compromete a millones de documentos y abarca 40 años de operaciones del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, especialista en abrir empresas “offshore”.
Nadie se salva. Desde Presidentes recién llegados, como Mauricio Macri de Argentina, hasta poderosos y longevos líderes como el Mandatario ruso Vladimir Putin, a quien se involucra indirectamente mediante las operaciones que realizó un amigo cercano. Desde el riquísimo Rey de Arabia Saudita, hasta el hijo de Kofi Annan, el ex Secretario General de la ONU.
Leonel Messi, ganador de cinco Balones de Oro por su destreza en el futbol europeo, comparte filas con el Presidente de Ucrania, el multimillonario Petró Poroshenko, el cual enfrentó la guerra civil que derivó en la adhesión del territorio de Crimea a Rusia en 2014. O con el Primer Ministro de Islandia, Sigmundur Gunnlaugsson, quien renunció ayer a su cargo.
No en balde el descontento político cunde entre los islandeses, que han constatado cómo el Mandatario se enriqueció invirtiendo cuantiosas sumas de dinero en empresas offshore mientras el País se sumergía en una terrible crisis financiera hace pocos años.
México no se queda atrás en el escándalo. Actrices como Edith González y empresarios como el súper constructor consentido del Gobierno de Enrique Peña Nieto, Juan Armando Hinojosa, presidente de Higa y edificador de la “Casa Blanca” de la esposa del Presidente, quedan salpicados por su participación en empresas que, si bien no son ilegales, suelen utilizarse para evadir impuestos o blanquear dinero mal habido.
Estos hombres y mujeres tan disímiles en su vida profesional y en su historia personal tienen en común que son inversionistas o accionistas de sociedades o empresas de inversión localizadas en paraísos fiscales como las Islas Seychelles, en el Océano Indico, o las Islas Vírgenes, Panamá y las Bahamas, en la cuenca del Caribe.
El despacho Mossack Fonseca fue el intermediario y asesor que les permitió resguardar y ocultar su dinero ?que en algunos casos suma miles de millones de dólares? fuera del sistema financiero y fiscal de sus respectivos países, con las ventajas impositivas que esto representa.
Es inevitable que este megaescándalo nos recuerde novelas como “El Sastre de Panamá”, de John Le Carré, plagadas de misterio, espías, ilícitos y enredos tropicales en sociedades en las que la laxitud de las instituciones y los controles favorecen estas prácticas.
Nos enteramos de los Papeles de Panamá gracias al periodismo de investigación y a los periodistas y sus medios que invierten horas, recursos y talento para ofrecernos información sorprendente y valiosa. ¡Gracias!
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