-Convergencia digital
Diez millones de hogares sin televisión
El Economista
Gerardo Soria
14 de octubre de 2014
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) trabaja a marchas forzadas para cumplir con el mandato constitucional de concluir la transmisión de señales analógicas de televisión abierta en todo el país a más tardar el 31 de diciembre del 2015, fecha que fue incorporada a la Constitución por las presiones de Mony de Swaan y Juan Molinar Horcasitas en el seno del Pacto por México, aun cuando la bajísima penetración de televisiones digitales en el país la hacen poco menos que imposible de cumplir.
La Constitución indica que el Instituto Federal de Telecomunicaciones deberá ordenar a todas las televisoras dejar de transmitir señales analógicas a más tardar el 31 de diciembre del 2015, siempre que se alcance una penetración de 90% de hogares de escasos recursos definidos por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), con televisiones o convertidores capaces de recibir señales digitales de televisión abierta. Como puede ver, de entrada el objetivo de la SCT es sólo repartir televisiones digitales a 90% de los hogares de escasos recursos incluidos en la lista de Sedesol, no el 90% del total de los hogares que cuentan con una televisión analógica.
Para alcanzar 90% del listado de Sedesol, la SCT deberá repartir cerca de 13.8 millones de televisores en tan sólo 14 meses y, además, cerciorarse de que reciban adecuadamente la señal digital en la ubicación donde sean instalados. De tener éxito en esta titánica tarea, sólo se estaría dotando de receptores digitales a 44% de los hogares mexicanos, que si los sumamos a 25.8% que ya cuentan con televisiones digitales, nos da un gran total de 69.8% de hogares. El resto, 30.2%, que equivale a 9 millones 295,874 hogares, simplemente, de la noche a la mañana, el 1 de enero del 2016 dejarán de ver la televisión.
Es por todos conocida la proverbial insensibilidad de Molinar Horcasitas. Si nunca le importó la muerte de los bebés de la guardería ABC por él regalada a los cuates, y que no contaba con las mínimas condiciones de seguridad, menos le importaron los casi 10 millones de hogares que se quedarán sin entretenimiento ni información por un juego de poder y negocios. Y en los negocios es donde entra su compinche Mony de Swaan y su consorcio que pretende operar la red compartida en la banda de 700 MHz. De ahí la urgencia por apagar la televisión analógica lo antes posible (utilizan el mismo espectro).
Ambos personajes han creado el escenario para una catástrofe o un ridículo. Si simplemente llega el 31 de diciembre del 2015 y no se interrumpe la transmisión de señales analógicas, la Constitución será, una vez más, violada, mancillada, puesta en ridículo por los partidos políticos. Si, por el contrario, se pretende cumplir a cabalidad con su mandato, el 1 de enero del 2016 tendremos más de 10 millones de personas en la calle exigiendo un derecho humano. Si esto sucede, ya saben a quién agradecerlo.
ACLARACIÓN: En mi artículo del pasado 24 de septiembre del 2014, titulado “Banda de 700 MHz: el negocio de De Swaan”, olvidé diferenciar con comillas entre el texto atribuido a la Asociación Mundial GSMA y mis propios comentarios editoriales. En consecuencia, aclaro que el texto de carácter técnico y económico fue tomado de las conclusiones dadas a conocer por la Asociación Mundial GSMA, mientras los comentarios editoriales son de mi entera responsabilidad.
0 Comments