-Libertad de expresión
Campañas políticas sin paternalismos
El Universal
Jacqueline Peschard
13 de octubre de 2014
Aunque la noticia pasó un tanto desapercibida, hace unos días, la Suprema Corte emitió una sentencia que significa algo así como reconocer la mayoría de edad de los electores. La Corte resolvió invalidar el artículo 69 del Código de Elecciones y Participación Ciudadana de Chiapas que señalaba la obligación para los partidos políticos de “abstenerse en su propaganda de cualquier expresión que denigre a las instituciones”, dejando atrás la muy extendida idea paternalista de que el Estado debe proteger a los electores frente a campañas negativas entre contendientes. La idea que debe privar ahora es el despliegue amplio del derecho a la libertad de expresión.
Inspirada en la reforma político-electoral de febrero de este año que eliminó la prohibición de difundir propaganda que denigre, para sólo dejarla acotada a aquélla que calumnie a alguna persona, es decir, que intencionadamente mienta y afecte la integridad de la misma, la sentencia dota a la libertad de expresión de una dimensión ya no sólo personal, sino social, ya que “…implica un derecho colectivo a recibir cualquier información y conocer la expresión del pensamiento ajeno”.
El cambio no es menor, porque ahora los partidos políticos podrán criticar a sus competidores con mayor libertad y sin que ello derive en una queja ante la autoridad electoral y eventualmente en una sanción. Pero más allá de que esto reduzca el número de impugnaciones de un partido hacia otro, lo relevante es que se introduce un giro en el concepto de las contiendas políticas y su relación con los ciudadanos que ahora se entienden como capaces de procesar adecuadamente los mensajes propagandísticos.
Si convenimos que las campañas electorales sirven para informar a los ciudadanos de las diferentes ofertas políticas, para que puedan emitir su voto con mejores elementos de juicio, pero que las elecciones son ante todo disputas entre candidatos y partidos para ver quién es capaz de obtener el mayor respaldo ciudadano, está claro que se alimentan no sólo de lo que cada cual proyecta positivamente, sino de las críticas sobre los adversarios. Es más, los estudios sobre motivaciones del voto muestran que pesan más las opiniones negativas sobre el otro, que los contenidos de las plataformas electorales. En otras palabras, las campañas negativas alientan la competencia política.
En nuestro país, durante la larga época de la hegemonía del PRI, las campañas electorales no servían para alimentar la competencia que era inexistente, sino para que la población conociera a los candidatos que serían sus futuros gobernantes. Cuando llegó la pluralidad y la incertidumbre sobre el triunfo y, por ende, la confrontación entre los adversarios, se instaló una percepción paternalista de las contiendas políticas que aseguraba que las críticas negativas, lejos de estimular la competencia, la constreñían y sesgaban, es decir, que los ciudadanos eran incapaces de procesar los mensajes para deslindar lo superfluo de lo sustantivo, para comprender lo que eran fórmulas de impacto mediático de lo que era la oferta política efectiva. Quizás el caso paradigmático de esta concepción paternalista fue el de 2006 cuando el PAN difundió un mensaje publicitario en contra de López Obrador que lo colocaba como “un peligro para México”, lo cual derivó en que la reforma constitucional de 2007 estableciera la prohibición de propaganda que denigrara o calumniara, que hoy, en buena hora, ha sido anulado.
Es una muy buena noticia que la libertad de expresión se coloque como el eje rector de las contiendas políticas, en el entendido de que los mexicanos ya somos capaces de decantar la propaganda electoral y, a partir de ahí formar nuestros criterios para emitir un voto razonado.
Ex comisionada presidenta del IFAI
–Censura
Nos sorprende que aún exista censura para algunos temas: Molotov
24 Horas
Notimex
12 de octubre de 2014
Paco Ayala, bajista del grupo Molotov, indicó que aunque la salida de su nuevo disco, Agua maldita, no ha levantado polémica por el diseño de la portada, desaprueba que aún haya censura para algunas de sus canciones.
Después de siete años sin lanzar un álbum con temas inéditos, la agrupación mexicana puso a disposición del público esta nueva producción, en cuya tapa se muestra un telón en color rojo y a un sacerdote con un acetre mientras que el agua que rocía se incendia.
“Afortunadamente no se ha levantado polémica, pero nos sigue sorprendiendo que sigan censurando canciones como ‘Puto’ o siga habiendo críticas por comunidades homosexuales creyendo y haciendo alusión a que son para ellos y no es así”, indicó Ayala en entrevista.
El año pasado, Molotov tuvo algunos problemas con la organización defensora de los derechos de la comunidad lésbica, gay, bisexual y transgénero (GLAAD, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, que pidió que la agrupación no cantara dicho tema en su gira por esta nación.
A pesar de la polémica, la banda no dejó de interpretar uno de sus primeros éxitos, el cual está incluido en el disco “¿Dónde jugarán las niñas?”, el primero de Molotov que salió al mercado en 1997.
Ahora, el cuarteto promueve su primer sencillo “Lagunas mentales”, cuyo video ya puede verse en el canal oficial de la banda dentro de la plataforma YouTube. Esta producción conjunta a otros músicos de quienes se hace alusión en la canción.
MOLOTOV“Es una especie de experiencia de lo que pasa en las giras, es como un juego de palabras en el que usamos los nombres de algunas bandas, no necesariamente nuestras favoritas, y lo más curioso es que se animaron a participar, lo que lo hizo más interesante”.
En el videoclip participan músicos como Pato (Maldita Vecindad), Meme del Real y Enrique Rangel (Café Tacvba), Andrés Calamaro y el actor Daniel Giménez Cacho, entre otros.
“Unos son amigos, a unos les mandamos la canción, obviamente era empezar carrilla, algunos no pudieron y a Calamaro no fue fácil, pero lo encontramos, también nos encontramos a Gustavo Cordera de Bersuit Vergarabat”, agregó.
En redes sociales, “Lagunas mentales” ha tenido una buena recepción y hay quienes dicen, el sonido de esta canción se remonta a los primeros años de la agrupación, elogio que agradeció Ayala.
“Cuando salió el disco mucha gente empezó a decir eso, queremos pensar que de buena onda. y hacían referencia al ‘¿Dónde jugarán las niñas?’ en esa onda carrillera que tenían las canciones. Para nosotros es de repente perderse en el tiempo, es como si durante 20 años avanzaste o retrocediste en las influencias”.
Para noviembre próximo, Molotov estará de gira por algunas ciudades de la República Mexicana y antes de que concluya el año ofrecerá diversos “shows” por Estados Unidos. DE
Libra Estrada censura de Televisa
El Universal
Salvador García Soto
13 de octubre de 2014
Una prueba de que los tiempos y la sociedad mexicana han cambiado, a pesar de las inercias que prevalecen en los que ejercen el poder —tanto el real como el de facto— es lo que ocurrirá esta semana con la película La dictadura perfecta del director Luis Estrada. Finalmente esta cinta, que narra cómo la televisión puso a un presidente en Los Pinos, llegará a las pantallas de cine con casi un año de retraso, luego de que sufriera un intento de censura por parte de Televisa, empresa que primero financió el proyecto pero que, al no gustarle el contenido, decidió vetarla y presionó para que no la exhibieran.
El próximo viernes, “si no hay mano negra”, como dice la publicidad oficial, se estrenará la cinta en la cadena Cinépolis, que finalmente aceptó exhibirla en sus salas en contra de la presión de Televisa. De hecho, la misma cadena, propiedad de la familia Ramírez, organizó la premier que se llevará a cabo hoy en uno de sus complejos de avenida Universidad.
La censura de Televisa se produjo en febrero de este año cuando el director Luis Estrada, que se había asociado con la empresa de Emilio Azcárraga Jean para coproducir el proyecto, les enseñó la cinta terminada. Los ejecutivos de la poderosa televisora conocieron en un inicio el guión que les mostró Estrada y aceptaron financiarlo como un intento de autocrítica y de limpiar su imagen tras los señalamientos por el papel que jugaron en la elección de 2012 y la campaña del presidente Enrique Peña Nieto.
Pero cuando los directivos de Televisa vieron la cinta terminada no sólo ya no les gustaron varias escenas donde se veía a un presidente ficticio —caracterizado por el actor Sergio Mayer— dominado por la televisora, sino que además se hablaba de la turbia relación con un gobernador, Carmelo Vargas, protagonista de la cinta encarnado por Damián Alcázar, a quien la empresa de la historia ayudaba a tapar un escándalo de corrupción con una campaña mediática y de manipulación de la opinión pública para hallar a dos niñas perdidas de la alta sociedad.
Quien sabe si fue la parodia de la realidad o los paralelismos lo que ya no gustó a Televisa, pero cuando vieron la cinta terminada le dijeron a Estrada que no era lo que habían acordado y exigieron que les devolviera el dinero aportado a la producción. Pero el tema no paró ahí; rota la sociedad con Bandido Films, la televisora movió sus redes de poder en la industria cinematográfica y presionó a Fox y Universal, empresas que tienen intereses publicitarios y de negocios con Televisa, para que no aceptaran distribuir La dictadura perfecta e impedir su llegada a los circuitos comerciales.
De pronto Estrada no sólo se vio sin socios, sino que tuvo que buscar recursos de emergencia para pagarle a Televisa y nuevos coproductores. Tuvo que cambiar incluso el nombre original de la historia llamada “Mentiras verdaderas” y viajó a EU para buscar canales de distribución fuera de las grandes cadenas. Tras varias gestiones, consiguió recursos y a una pequeña empresa de distribución que estaba lista para mover la cinta en circuitos de exhibición.
Y ahí vino un nuevo problema: ni Cinemex ni Cinépolis, las dos principales cadenas de salas de cine en México, que acaparan la exhibición, mostraron interés por la cinta de Estrada nuevamente por presiones de la televisora. Tras varios meses de insistencia con Cinépolis, el director recibió la noticia de que aceptaban exhibir en sus complejos a La dictadura perfecta.
La forma en que la familia Ramírez se convenció de exhibir la polémica cinta fue que alguien les dijo que les podía ocurrir lo mismo que en 2002 con la película El Crimen del Padre Amaro, de Carlos Carrera, la cuál por presiones de la Iglesia católica y por una petición directa del arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, la cadena Cinépolis se negó a exhibir. La cinta fue estrenada aquel año en las salas de Cinemex y generó tal polémica que comenzaron a acusar a Cinépolis de censura y al cabo de un par de semanas finalmente los cines de organización Ramírez tuvieron que programar la película ante la presión del público y el éxito de taquilla.
Así fue que Luis Estrada y La dictadura perfecta vencieron a la censura, esta vez no del gobierno sino de Televisa. Y “si no hay mano negra” los mexicanos podrán ver esta cinta, aunque a algunos poderosos no les guste.
sgarciasoto@hotmail.com
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