Operadores regionales de telecomunicaciones
El Economista
José F. Otero
28 de mayo de 2014
La semana pasada se celebró en el DF la Expo ATIM 2014, que es un foro anual organizado por la Asociación de Telecomunicaciones Independiente de México (ATIM). Lo interesante de este evento es que es el único en el país enfocado completamente en atender las necesidades de los operadores pequeños que en su mayoría son la única alternativa que tienen los habitantes de sus localidades para acceder al Internet, hacer una llamada telefónica o simplemente ver canales de televisión restringida.
El único punto que me llamó la atención fue la gran ausencia de representantes del gobierno durante los dos días de duración del evento. La única intervención por parte de las autoridades que regulan el sector se limitó a dar la apertura a la muestra comercial. En otras palabras, se puede clasificar como oportunidad perdida para los funcionarios públicos interesados en incrementar la oferta de servicios de telecomunicaciones en zonas apartadas o remotas del país. Son en estas zonas donde opera la mayoría de los miembros de la ATIM.
Habría sido la oportunidad ideal para comenzar un diálogo entre estos operadores y el gobierno para contemplar alternativas de cooperación que aceleren el desarrollo de nuevas tecnologías mientras se reducen los montos inicialmente estimados para llevar conectividad a estas zonas. Los temas a discutir van desde el derecho de vía y la compartición de infraestructura pasiva hasta la posibilidad de aprobar medidas asimétricas que faciliten el acceso a equipos y contenidos por parte de empresas que muchas veces cuentan con menos de 1,000 abonados.
Mi contribución al debate de temas de actualidad en ATIM fue una presentación centrada en comentar las principales tendencias regionales en temas de acceso a banda ancha. Por ejemplo, mencioné que la mayoría de los planes de conectividad regional se centra en dos elementos principales: despliegue de infraestructura e incremento de dispositivos que puedan permitir a las personas acceder a Internet. No obstante, es bastante común que estas iniciativas no integren a los operadores rurales dentro de sus programas de expansión de cobertura. Lastimosamente, en América Latina gran parte de los planes de conectividad se ha escrito tomando en cuenta las falencias de los principales 10-20 operadores del mercado. La voz de las pequeñas empresas pocas veces ha sido escuchada.
Como comenté a los asistentes de ATIM, es preocupante el poco énfasis que muchos gobiernos le están otorgando al desarrollo de contenido y aplicaciones localmente. O cómo no todos los gobiernos están acompañando sus esfuerzos de promoción de banda ancha con medidas que fomenten la demanda por estos servicios. Algunas que estimulan la adopción de servicios de banda ancha son la eliminación de impuestos para el servicio en hogares de bajo poder adquisitivo y/o la eliminación de impuesto para dispositivos (computadoras, teléfonos inteligentes, etcétera) que puedan conectarse a Internet.
Hay funcionarios públicos que no comprenden que conectarse a Internet es simplemente el primer paso para beneficiar a una persona. Se necesita una mayor concientización sobre la importancia que tiene la capacitación de docentes en el uso de tecnologías en las escuelas, como también en los telecentros que se establecen en comunidades rurales.
Finalicé mi participación destacando la importancia de que los funcionarios públicos entiendan el ciclo de vida de las Tecnologías de Información, pues no es sólo arreglar o remplazar equipos, sino que el software debe ser actualizado periódicamente. Para poder promover la adopción de banda ancha en áreas geográficas que carecen del servicio es esencial que se fomente la inversión en infraestructura en estas zonas. Lograrlo de forma rápida y a un menor costo requiere la participación de los operadores que ya ofrecen servicios en esas localidades.
José F. Otero es presidente de Signals Telecom Group.
Las nuevas audiencias obligan a transformar los formatos y pantallas de TV
Milenio
Gabriel Torres Espinoza
29-de mayo de 2012
El avance de las tecnologías de la información y la comunicación y el acceso creciente a Internet han generado un nuevo tipo de audiencias audiovisuales, que a la vez son consumidores en movimiento debido a que el audiovisual se consume cada vez más a través de dispositivos móviles, fundamentalmente con acceso a Internet.
Algunos datos son prueba inequívoca del vertiginoso avance de las tecnologías de la información y la comunicación que transforman la manera de consumir y producir televisión. Veamos. A pesar de que Latinoamérica es la segunda región en el orbe con menor número de internautas (sólo detrás de la región África-Medio Oriente), es la que más crece en cibernautas. Desde el 2006 el número de internautas en México no deja de crecer, sigue al alza. La audiencia online mexicana es mayoritariamente joven. El 90% de los usuarios de Internet acceden a alguna red social. México ocupa el tercer lugar en la región en cuanto a consumo de videos online, detrás de Brasil y Argentina.
En nuestro País, Youtube domina el registro de audiencia online en cuanto al consumo de vídeos. Desde 2008 a la fecha, el precio de Internet en nuestro país registra una tendencia a la baja. De 2010 a la fecha, el número de suscripciones a Internet de banda ancha aumentó de manera sostenida en México. Asimismo, el tiempo promedio en línea del internauta ha crecido considerablemente en los últimos años.
Pero los consumidores de televisión y video ya no sólo buscan en la TV abierta o en los sistemas de televisión de paga sus programas, noticieros, vídeos o películas. El avance de las tecnologías de la información y la comunicación y el acceso creciente a Internet han generado un nuevo tipo de audiencias audiovisuales, que a la vez son consumidores en movimiento, debido a que el audiovisual se consume cada vez más a través de dispositivos móviles, fundamentalmente con acceso a Internet.
De esta forma, a pesar de que Latinoamérica es la segunda región del mundo con menor número de consumidores online, es la que más creció de 2012 a 2013. La mayoría de los consumidores son jóvenes y el 90 por ciento de ellos accede a una red social. El efecto “multipantalla” ha generado un nuevo paradigma en la televisión… la televisión social y móvil. Se trata del hecho de que al mismo tiempo suceden dos fenómenos tecnológico-comunicacionales en la persona: se ve la TV tradicional y se comenta, critica, discute o comparte desde las redes sociales a través de un dispositivo móvil con acceso a Internet por 3 y 4g o por Wi-Fi. Cada vez resulta más habitual y natural que los espectadores de la TV se sienten frente a la televisión con un dispositivo móvil en las manos, tal como ocurre con el futbol, que genera un cúmulo de comentarios en Twitter que muestran a televidentes socializando sus opiniones, críticas a los comentaristas, al desempeño de sus equipos, a la señal de la televisora y en franco debate en tiempo real con otros televidentes, algunos incluso desde su Smartphone. Un ejercicio de retroalimentación con la audiencia sin precedentes que ahora la tecnología nos ofrece. De ahí que se diga que la televisión social es “multipantalla”.
Varios factores pueden explicar la manifestación de este nuevo paradigma en el consumo y la producción de programas de televisión, que a la vez tienen que ver con el desarrollo tecnológico ocurrido en los últimos años: una sociedad más participativa, crítica e informada; el crecimiento exponencial en la adquisición de dispositivos móviles con acceso a banda ancha; el progresivo número de internautas; la multiplicación de puntos de acceso a Wi-Fi en el país; el creciente y abrumador número de usuarios en redes sociales; la disminución de los precios y las facilidades para adquirir un Smartphone, una Tablet y, desde luego, una mayor velocidad en el acceso a Internet.
Esto significa que una buena parte de los usuarios de telefonía móvil con acceso a banda ancha terminarán por imponer a la televisión sus gustos y hábitos, pues estas nuevas audiencias están en constante aumento y transformación. Están en movimiento y empoderados por su capacidad para decidir cuándo y a qué hora descargan y disfrutan su programa favorito, en qué momento deciden informarse, más allá de los horarios convencionales en que la TV les ofrece un noticiero. Ahora, gracias a la tecnología, las personas no deben esperar un horario para saber qué ocurrió, basta con revisar su celular, tableta o PC para cerciorarse, en el momento, de los acontecimientos, al instante…
Producir televisión social móvil implicará costos que, por ahora, los productores de televisión tradicional no parecían estar dispuestos a asumir. Adaptarse a estas nuevas condiciones requiere capacitar al personal y a los propios realizadores para la interacción con redes sociales. Implica, también, manejar formatos de video apropiado y contar con espacio de almacenamiento virtual –hosting- suficiente para el fácil acceso desde dispositivos móviles. Es la creación de toda un área especializada en redes sociales, e incluso, el cambio total del paradigma con el que ha funcionado hasta ahora la televisión. Pero invertir en esta modernización será necesario para mantener a las nuevas audiencias de contenidos audiovisuales, que hoy dedican en promedio, 4.49 horas diarias a navegar en Internet.
-Infraestructura
Análisis. Política satelital e inclusión social
El Universal
Jorge Juraidini Rumilla
29 de mayo de 2014
Mario Sarabia es conocido como el “chico de los pollos”. Vive en Santiago Nuyoó, comunidad rural de 2 mil habitantes, en su mayoría indígenas, localizada en la Sierra Mixteca de Oaxaca. Prepara pollos asados en su casa y los vende en las calles del pueblo y sus alrededores. La ciudad más cercana está a dos horas y media en camión por caminos de tierra.
Hasta ahí, ésta parece una estampa típica de la vida en el México rural. Sin embargo, Mario no es el típico vendedor de un pueblo enclavado en medio de los cerros del sureste del país. Además de efectivo, Mario recibe pagos móviles mediante el uso de teléfonos celulares, asociados a cuentas bancarias.
¿Cómo es esto posible? A través de una antena satelital, conectada a una estación base de telefonía móvil que proporciona servicios de voz local, pero que también es utilizada para procesar transacciones financieras vía teléfonos celulares.
Tras más de año y medio de operación de este programa piloto, se estima que arriba de 80% de la población está usando estos teléfonos para comunicarse localmente y más de 50% lo está usando de forma regular como vehículo para realizar pagos móviles. Esto no solamente ha contribuido a que los habitantes de Santiago Nuyoó ahorren tiempo y dinero en traslados a la ciudad más cercana para poder retirar dinero de un banco o cajero automático, sino que ha incentivado el desarrollo económico del pueblo y reducido riesgos al fomentar las transacciones que no implican el uso de dinero en efectivo.
Se calcula que alrededor de cuatro mil comunidades en México, entre los mil quinientos y cinco mil habitantes no tienen acceso a bancos o agentes bancarios, ni a servicios móviles como telefonía celular. Esto está cambiado ya gracias a la tecnología satelital, como la que Telecomunicaciones de México (Telecomm) ha puesto en marcha en Santiago Nuyoó. En este caso y en la mayoría de ellos, un satélite es sinónimo de mejor calidad de vida para las personas.
Mientras usted lee estas líneas, el satélite mexicano Bicentenario orbita la tierra. Fue lanzado al espacio el 19 de diciembre de 2012. Provee de servicios de transmisión de voz, datos, video y acceso a internet, que se traducen en aplicaciones de seguridad, protección civil y, como en el caso de Santiago Nuyoó, para contribuir a cerrar la brecha digital entre zonas rurales y urbanas.
El Sistema Satelital Mexicano (Mexsat), a cargo de Telecomm —organismo descentralizado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT)—, contempla el lanzamiento en los próximos años de los satélites Centenario y Morelos 3, cuyos servicios tendrán especial énfasis en comunicaciones móviles. En este sentido, la política satelital mexicana ha colocado a nuestro país entre las naciones punteras en la región en materia de telecomunicaciones.
Por ello no es casual que Euroconsult, empresa consultora especializada en comunicaciones satelitales y la radiodifusión a nivel mundial, haya elegido a nuestro país para organizar, en coordinación con la SCT, la primera edición del Congreso Latinoamericano Satelital de Comunicaciones y Radiodifusión (LATSAT). Se trata de un punto de encuentro para usuarios, gobierno e industria para impulsar aún más el desarrollo tecnológico que ha experimentado en años recientes la región en materia satelital.
Al Congreso asistirán participantes de México, Argentina, Colombia, Venezuela y Brasil, pero también empresas estadounidenses y canadienses, lo cual ayudará a los asistentes a contar con una visión más amplia de la industria y a promover una mayor competitividad en el sector, lo que seguramente redundará en más y mejores servicios, a menores costos para el usuario final.
Estoy seguro que este evento promoverá el rol estratégico que tiene la industria satelital en el mundo y contribuirá a compartir experiencias y aprendizajes para cerrar la brecha de conectividad en Latinoamérica. Ser parte de LATSAT es también una gran oportunidad para afianzar el lugar que ocupa México en la vanguardia de las telecomunicaciones en el continente, y reafirmar el compromiso del gobierno federal de comunicar mejor a los mexicanos y a México con el resto del mundo.
Y quién sabe, tal vez un día no muy lejano podamos ver a Mario Sarabia seguir en su teléfono móvil, gracias a una señal retransmitida por un satélite, las rutas que sigue su flotilla repartiendo pollos por todo el sureste mexicano.
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