Actores preponderantes – 26 de Mayo de 2014

-Actores preponderantes

 

 

Atrapados en un falso dilema: ¿queremos o no competencia y convergencia?

Mediatelecom

Jorge Fernando Negrete P.

26 de mayo de 2014

 

 

Hechos

La incertidumbre regulatoria y las descalificaciones mediáticas campean tanto en el sector de las telecomunicaciones en México, que cualquier información periodística puede prestarse a las más inimaginables interpretaciones y a peticiones descabelladas. La noticia del viernes 23 de mayo fue el anuncio de una notificación de información que le hiciera el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) a las empresas Telmex y Dish (filiales de América Móvil y MVS Comunicaciones, respectivamente), por una supuesta concentración ilícita no notificada en 2008 a la entonces Comisión Federal de Competencia (CFC).

Tanto en materia de competencia económica como de telecomunicaciones, la autoridad tiene atribuciones para solicitar o requerir información a los agentes regulados a fin de comprobar el cumplimiento de la ley. Por su parte, las empresas están obligadas a proporcionar información, siempre y cuando la solicitud esté debidamente motivada y fundada, pues debe derivarse de un procedimiento administrativo de investigación, y formularse en su calidad de denunciado o tercero coadyuvante.

Cuando el IFT emitió la declaratoria de preponderancia el 7 de marzo de 2014, la obligación de entregar información se hizo aún más intensiva a los agentes económicos preponderantes, en este caso América Móvil. Lo primero que hay que señalar es un principio básico del derecho, que es el derecho a la no autoincriminación. Es decir, ninguna persona ni ninguna empresa está obligada a aportar información que le perjudique, pues es tarea del regulador realizar una investigación sobre prácticas monopólicas o concentraciones ilícitas basada en una “causa objetiva”, en estricto apego al marco jurídico y no por presiones mediáticas.

En 2008 la extinta CFC, presidida por Eduardo Pérez Motta, desechó por “innecesario” investigar el acuerdo de facturación y cobranza entre Telmex y Dish. El 22 de septiembre de 2008, Grupo de Telecomunicaciones Mexicanas (GTV de Telefónica de España) denunció a Telmex por pretender configurar una “consolidación prohibida” que “permitirá a Telmex incrementar el poder sustancial que de por sí ya detenta”. En ese entonces GTV especulaba que “Telmex pretende obtener una nueva concesión para prestar el servicio de televisión vía satélite”.

Telmex no solicitó ninguna concesión para televisión satelital sino que eran los preparativos del lanzamiento de Dish México el 1 de diciembre de 2008, para lo cual ambas empresas firmaron un acuerdo comercial de facturación y cobranza.

Estrategias comerciales

El servicio de facturación y cobranza era un buen negocio y la mejor alternativa para el lanzamiento de Dish porque el recibo telefónico de Telmex llegaba en ese momento a 15 millones de clientes. Dish no es la única empresa que tiene contratado el servicio de facturación y cobranza de Telmex, por el ahorro que implica no crear un aparato administrativo propio sino utilizar el servicio del principal operador de telefonía fija en el país.

Telmex presta el servicio de facturación y cobranza a empresas como Medicall Home, Socio Águila, Teletón y Telecomunicaciones de México, además de Dish, como consta en los informes financieros de América Móvil a la Bolsa Mexicana de Valores. Socio Águila y Teletón son empresas en las que participa directamente Televisa, que ha cuestionado la alianza comercial entre Telmex y Dish a través de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones de Cable (Canitec).

Asimismo, en el propio recibo Telmex se incluía publicidad de los paquetes de Dish y los Centros de Atención a Clientes y las tiendas Telmex se convirtieron en puntos de venta de Dish. Esas estrategias comerciales han sido notoriamente públicas todo el tiempo.

Más competencia y más servicios

Muchos hogares de bajos recursos en México (la mayoría) tuvieron acceso al servicio de televisión de paga gracias al ingreso de Dish al mercado y el acuerdo con Telmex. La cobertura y la penetración al servicio crecieron. Al mismo tiempo, Sky de Televisa (que hasta antes de la entrada de Dish era un monopolio incuestionado) nunca dejó de crecer en su número de abonados al servicio DTH ni la entrada de Dish le restó clientes, lo cual significa que Dish atendió un mercado desatendido, el de los usuarios de bajos ingresos interesados en ofertas de canales y de contenidos distintas a la oferta de la televisión abierta.

Información relevante:

  •  30% de los hogares (deciles VIII, XI y X) concentran 62.7% de los ingresos corrientes totales, mientras que el 70% restantes (deciles I al VII) obtuvieron sólo 37.3% del ingreso (Inegi, 2012).
  • Dish dirigió su oferta de servicios a los hogares con menores ingresos.
  • El gasto en transporte y comunicaciones ya representa 19.7 por ciento del total (2012). Se duplicó sólo en dos años.

La incursión de Dish el 1 de diciembre de 2008 al mercado de la televisión de paga en México fue un éxito de la competencia. En 2009 el servicio DTH creció 51.8 por ciento; en 2010 el crecimiento fue de 83.8 por ciento; en 2011, aunque bajó, se ubicó en 44 por ciento. A diferencia de lo que pudiera creerse, la competencia benefició a Televisa porque despegó aún más el sistema Sky y obligó a la empresa a crear paquetes de bajo costo a través del servicio VeTV. En cuatro años (2009-2013) Sky triplicó su base de clientes; en promedio creció un millón de suscriptores al año. A finales de 2013 Televisa poseía 77 por ciento del total de suscriptores al servicio DTH. La batalla mediática y legal de Televisa en contra de la alianza comercial Telmex-Dish es incomprensible. La competencia en la TV satelital ha beneficiado tanto a Dish como a Sky, y con ello a los consumidores, con paquetes de canales a bajo costo.

Información relevante:

  • Televisa posee 77 por ciento del total de suscriptores al servicio de televisión satelital.
  • En cuatro años Televisa triplicó el número de clientes de Sky.
  • El crecimiento al servicio de TV satelital se disparó con la entrada de Dish al mercado a partir de 2009.
  • Televisa posee 58 por ciento del total de suscriptores de TV de paga en México a través de cuatro empresas (Sky, Cablevisión, TVI y Cablemás).

Este mismo dinamismo podría repetirse si se abriera a la competencia el mercado de la televisión de paga y se autorizara a Telmex la convergencia y la posibilidad de ofrecer televisión. Hasta el momento, tanto la Secretaría de Comunicaciones y Transportes como en su momento la Cofetel y actualmente el IFT han obstaculizado e impedido la convergencia plena de servicios. Sin embargo, ninguna autoridad ha presentado hasta el día de hoy el estudio que demuestre el impacto positivo o negativo en el mercado de la televisión restringida de autorizar la convergencia a Telmex. La autoridad ha impedido durante años la convergencia pero sin ninguna evidencia empírica, actuando por suposiciones, creencias, prejuicios regulatorios, denuncias infundadas y presiones de los competidores. Lo menos que debería de hacer la autoridad sectorial y regulatoria es presentar el estudio de mercado, el impacto competitivo y el beneficio o perjuicio para los consumidores de autorizar o no la prestación de servicios adicionales de telecomunicaciones.

Los intentos por descalificar la alianza comercial Telmex-Dish no tienen ningún fundamento técnico ni legal porque ha favorecido a la competencia y ese ha sido el discurso de la autoridad y uno de los objetivos de la reforma constitucional. Preocuparía que un organismo regulador autónomo como el IFT (liberado constitucionalmente de las presiones del gobierno en turno) iniciara procedimientos de investigación y actuara acicateado por el ruido mediático, por quienes siempre se han opuesto a ese acuerdo comercial. También preocuparía que la autoridad pretendiera castigar lo que claramente ha sido un éxito de negocio gracias a la competencia.

Datos del IFT revelan que en los años recientes el mercado más dinámico del sector ha sido precisamente el de la televisión satelital. Competencia, bajo costo, diversidad de paquetes de canales y reducción de costos (gracias al acuerdo de facturación y cobranza Dish-Telmex) hicieron crecer la DTH incluso al grado de superar por primera vez en 2011 el total de suscripciones al servicio de televisión por cable, situación que naturalmente molesta a esa industria.

Lo anterior puede irritar a la competencia pero la alianza Dish-Telmex constituye una estrategia inteligente y eficiente que ahorra costos en beneficio de los consumidores. Gracias a que Dish no factura ni cobra directamente a sus usuarios e instala puntos de venta en las sucursales de Telmex, el servicio DTH es más barato, se dirige a un mercado más amplio, ha penetrado en los hogares de bajos ingresos, ha crecido a tasas superiores a 50 por ciento y tiene una auténtica cobertura nacional.

Estos acuerdos de ninguna manera cambian la estructura de las empresas ni implican un proceso de concentración, tampoco de participación de accionistas de Telmex en Dish México. Pero ya se especula (como ocurrió en 2008) que el agente económico preponderante se beneficia de la gratuidad de las señales de televisión abierta (como si no fueran un servicio público de interés general y como si no supiéramos que la cláusula de gratuidad beneficia a las televisoras) y que incluso el IFT debería disolver la alianza o revocar el título de concesión de las empresas.

La discusión de fondo no es el acuerdo comercial Dish-Telmex sino el temor a que una eficiente estrategia de comercialización hiciera crecer aún más el servicio de televisión satelital de bajo costo de Dish. Una de las decisiones más acertadas de la autoridad fue abrir la competencia en el mercado de la televisión de paga con tecnología satelital. Desde la incursión de Dish al mercado, la penetración ha crecido y los precios han bajado. Esa realidad molesta a los competidores, en este caso Sky de Televisa y los operadores de cable, controlados en su mayoría también por Televisa.

En busca de la convergencia perdida

Otros operadores también poseen la concesión para ofertar televisión satelital, pero han optado por no explotarla. Dos años después de que GTV denunciara a Telmex por su alianza comercial con MVS Comunicaciones, el 9 de noviembre de 2010 Telefónica México recibió el título de concesión para ofrecer el servicio de televisión vía satélite en el país (junto con sus concesiones para servicios móviles avanzados de la Licitación 21).

Desde entonces, Telefónica ha perdido la oportunidad de competir en el mercado mexicano de DTH, pues ha estado a la espera de que se eliminen las restricciones a la inversión extranjera en redes fijas para empaquetar servicios convergentes. Esa restricción ya no existe desde el 11 de junio de 2013, desde la publicación en el Diario Oficial de la Federación de la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones. Independientemente de que Telefónica no hubiera podido completar su convergencia de servicios fijos en México, han transcurrido más de tres años sin que la empresa ibérica haya explotado su concesión de televisión satelital, para sumar nuevos suscriptores y Unidades Generadoras de Ingresos (UGIs) a su estrategia de expansión regional. A finales de 2010, Telefónica tenía en América Latina 1.793 millones de clientes de TV de paga, tras un crecimiento de 8.7 por ciento con respecto a 2009, con ingresos equivalentes a mil 729.7 millones de euros.

En América Latina, tres son los principales proveedores de televisión de paga: Claro de América Móvil, DirecTV Latin America y Telefónica. Claramente los dos primeros lideran y compiten por el mercado DTH, principalmente en Brasil, mientras que Telefónica se mantiene rezagada en el segmento televisivo. Flotilla de satélites, capacidad para transmitir video, derechos de transmisión de contenidos audiovisuales, retransmisión de señales abiertas, diversidad de paquetes de canales, puntos de venta y de atención al cliente son las claves para el éxito de la televisión de paga en América Latina. El negocio mejora en beneficio de los consumidores si existen las escalas suficientes y el proveedor satelital puede negociar con los productores de contenidos (principalmente estadounidenses) contratos más ventajosos favorecidos por el mercado regional y el número de suscriptores.

Información relevante:

  • Claro y DirecTV lideran la televisión de paga en América Latina.
  • Telefónica permanece rezagada en la región y no explota su concesión de DTH en México.

Tendencias globales

Mientras en México se obstaculiza y se demora la convergencia en detrimento de los usuarios, de mejores tarifas y de un uso más eficiente de la infraestructura existente, a nivel internacional los grandes operadores buscan concretar alianzas, fusiones y compras para consolidar empresas, operaciones y servicios. En todos los casos la estrategia es completar la convergencia. La regulación asimétrica, la iniciativa de Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión y el proyecto de dictamen conocido en el Senado van en contra del proceso de consolidación de la industria, de la convergencia, de las inversiones y de las economías de escala, ignorando la naturaleza de la industria de las telecomunicaciones. Van en contra del eficiente desarrollo del sector.

México, contrariamente a dicha tendencia, se ha negado a aprovechar los beneficios totales de una convergencia plena. Si bien la reforma constitucional considera la entrega de concesiones únicas para la oferta de todos los servicios posibles a través de una red de telecomunicaciones, el proceso de obtención es lento y desigual para todos los operadores.

Aquí algunos ejemplos de modelos de negocio, movimientos y fusiones internacionales en busca de la convergencia:

  • En Japón, NTT Docomo abrirá nuevas unidades de negocio ante la fuerte competencia en el mercado y la ralentización de los ingresos; una de esas nuevas unidades de negocio serán servicios de facturación y cobranza para nuevos clientes.
  • Grupo Vodafone de Reino Unido, que presta servicios de comunicaciones móviles, adquiere Kabel Deutschland en Alemania y Ono en España, ambos operadores de televisión de cable. La estrategia de Vodafone es adquirir mercado (ante la dificultad de un crecimiento orgánico basado en nuevos accesos) y completar la convergencia a través de la compra de redes fijas y la provisión de canales de televisión y video bajo demanda.
  • Numericable (principal operador de cable en Francia, filial de Altice de Luxemburgo), compra al operador móvil SFR (división inalámbrica de Vivendi). Asimismo, Numericable también adquiere al operador móvil virtual (MVNO, por sus siglas en inglés) Virgin Mobile France. La estrategia de Altice –a través de Numericable– es ampliar la oferta de servicios de televisión de paga y banda ancha con servicios móviles y completar la convergencia.
  • El principal operador de telefonía de la Unión Americana, AT&T, adquiere las operaciones de DirecTV en Estados Unidos y en América Latina. A sus servicios de telefonía fija, móvil, banda ancha y televisión por Internet (IPTV), AT&T sumó la plataforma satelital a través de los más de 38 millones de clientes de DirecTV al primer trimestre de 2014.
  • La Unión Europea está a la espera de resolver dos fusiones: una en Irlanda entre Three Ireland de Hutchinson Wampoa y O2 de Telefónica; la otra en Alemania nuevamente entre O2 de Telefónica y E-Plus de KPN de Holanda.

Aunque inicialmente los reguladores muestran cuestionamientos a dichas fusiones, reconocen las ventajas del proceso, tales como acceso a mayores recursos financieros y de capital, mayor aprovechamiento de los mismos, convergencia tecnológica e incluso incrementar la competencia entre operadores que puedan competir en igualdad de circunstancias.

En México se requiere de una apertura total del sector para que los operadores puedan ofrecer todos los servicios que la tecnología les permita operar, y favorecer la consolidación de grupos de telecomunicaciones que garantice inversiones, eficiencia operativa y sobre todo cobertura.

Conclusiones

  • El gobierno debe decidirse por fomentar la competencia para todos u obstaculizarla para unos cuantos en beneficio de otros.
  • Ni la regulación ni la legislación fomentan realmente la convergencia tecnológica, corporativa y de servicios en México. Más bien son un obstáculo.
  • La convergencia no sólo es un proceso tecnológico, también es un modelo de negocio de las empresas para incrementar las escalas y los ingresos. En cualquier caso, completar la convergencia requiere cuantiosas inversiones en tecnologías, calidad y desempeño de redes, con base en el número de suscriptores que se deseen alcanzar en el corto, mediano y largo plazos.
  • Detener la convergencia significa posponer el desarrollo del sector e ir en contra de las tendencias internacionales y de los procesos de consolidación en la industria de las telecomunicaciones.
  • La autoridad no debe temer a los procesos de consolidación del sector sino fortalecer las atribuciones del organismo regulador para evitar que se comentan prácticas anticompetitivas e imponer obligaciones a los operadores para que no afecten el proceso de competencia.
  • Castigar el acuerdo de facturación y cobranza Dish-Telmex por presiones de los competidores compromete la autonomía ante los regulados del IFT, pone en duda la competencia y el bienestar de los consumidores, que debiera ser el objetivo del regulador.

 

 

 

¡Duro contra Pemex!

El Universal

Alberto Barranco

26 de mayo de 2014

 

 

Mientras Pemex tendrá un régimen complejo y rígido, con una tributación pesada en materia de rendimientos, que en el argot se conocen como derechos, para empresas extranjeras se establece un escenario de pagos simplificado y directo.

 

De acuerdo al Centro de Investigación para el Desarrollo, quien realizó un amplio análisis de las leyes secundarias en la mesa (“¿Promete o no la Reforma Energética?”), existe además un pago de derechos para Pemex superior al de las contraprestaciones que se cobrarán a las firmas que reciban concesiones, lo que genera un régimen de competitividad distinto. Más allá, las posibilidades de deducciones para efectos fiscales son diferentes. Mientras para las transnacionales o empresas privadas mexicanas se abre el abanico, para la aún paraestatal se cierra.

 

Y si le seguimos, sólo la Secretaria de Hacienda, a contrapelo de la promesa de que dejaría de asfixiar a Pemex, está facultada para determinar los derechos de asignaciones y establecer las prestaciones de contratos para la exploración y explotación de hidrocarburos, lo que plantea el riesgo de que se genere una visión estrictamente recaudatoria. La paradoja del caso es que uno de los justificantes frente al tufo recaudatorio de la reforma fiscal era, justo, el que el fisco tendría que equilibrar la caída de la recaudación al someterse a Petróleos Mexicanos a un régimen impositivo más laxo… que en realidad será para las empresas privadas en pos de compartir la renta petrolera.

 

Ahora que los artículos 91 al 93 de la principal de las leyes secundarias señalan que el dividendo empezará a cobrarse en el ejercicio fiscal del 2016, cuyo monto mínimo será el equivalente al 30% de los ingresos después de impuestos de Petróleos Mexicanos y sus subsidiarias, que se irá reduciendo hasta alcanzar el 15% en el 2021 y desaparecer en el 2026. La pregunta es si la empresa pública aguantará hasta entonces sin estallar.

 

Lo cierto es que el trato es inequitativo, dado que en cualquier empresa, las mineras, por ejemplo, se calcula el cobro con base a los ingresos brutos de una empresa, no a los que resulten después del pago de impuestos. La fórmula es contraría a las reglas establecidas por el derecho privado. Desde otro ángulo, la forma es que se reglamenta la creación de la Reserva del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y Desarrollo podría generar la tentación del gobierno para utilizarlo en el financiamiento de gasto corriente.

 

Según ello la Secretaría de Hacienda podría utilizar los recursos cuando llegara una abrupta caída de los ingresos tributarios petroleros en términos reales con respecto al año anterior. Dicho con todas las letras, si Pemex no empata las metas de recaudación por una caída intempestiva en el precio internacional del petróleo, el gobierno se equilibrará “a lo chino”. Y Pemex que se friegue.

 

Ahora que, como advertíamos la semana pasada, no existe claridad en las propuestas de leyes secundarias sobre el destino de la colosal deuda que arrastra Pemex, cuyo faltante de reservas para hacer frente a las jubilaciones y pensiones de sus 160 mil trabajadores alcanza el equivalente al 12% del Producto Bruto Nacional. Estamos hablando de dos billones de pesos. La pregunta es si la intención, de plano, es desaparecer a la empresa que surgió de la expropiación cardenista de 1938 a las compañías extranjeras remisas de la ley.

 

Balance general

Ratificado por el Inegi el raquítico 0.6% de crecimiento económico del país en el primer trimestre del año que había anunciado previamente el Banco de México, la Secretaria de Hacienda finalmente le metió reversa a su pronóstico para el año. Vaticinada en tres por ciento por los analistas, la nueva expectativa, de la dependencia fue más allá: 2.7, es decir 1.2 puntos debajo de su 3.9 inicial.

 

Lo interesante del caso es que aun cuando se coloca por delante un menor dinamismo en la economía de los Estados Unidos, se aceptó finalmente que la reforma fiscal golpeó severamente al mercado interno y las inversiones. La postración no la pudo sacudir un sobreejercicio de las partidas de gasto público durante los primeros tres meses del año. La gran pregunta, naturalmente, es si la dependencia se atreverá a la reversa rompiendo un pacto unilateral al que se excluyó a los organismos empresariales.

 

Telmex en la navaja

A denuncia de las televisoras, tras hacerse públicos documentos, que en el papel comprometían a Teléfonos de México y la empresa de televisión satelital Dish en un escenario de sociedad accionaria, el Instituto Federal de Telecomunicaciones colocó a la primera en el banquillo. Abierto un proceso en su contra, el colofón podría llegar con la cancelación del título de concesión en que opera la filial de América Móvil, por más que de entrada Dish tendría que volver a pagar derechos por la transmisión de canales nacionales de televisión abierta de Televisa y Televisión Azteca. La razón es simple: la gratuidad, el famoso must offer y must carry, no priva cuando una empresa es ubicada como preponderante, como es el caso de Telmex.

 

La acusación apunta a que la compañía falseó la información que le entregó a la entonces Comisión Federal de Competencia cuando se colocó en el tapete la legalidad de la alianza. Lo que Teléfonos de México había sostenido es que ésta era sólo de índole mercantil, es decir Dish aprovecharía el potencial de cobranza de la firma para facilitar la captación de clientes. El pago sería vía los recibos telefónicos.

 

Poderoso caballero

De acuerdo a un análisis realizado por la organización civil Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación, los 37 integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios influyen en el 28% del Producto Bruto Nacional. El estudio (“La Elite Empresarial y la Economía Nacional: un análisis del Caso de Entrecruzamiento Corporativo”), desmenuza la participación en diversos Consejos de Administración de los integrantes del organismo encabezado por Claudio X. González, presidente de Kimberly Clark.

 

¿Y Hewlet Packard?

Colocado un espeso mar de silencio por parte de Petróleos Mexicanos, la única opción para saber a quién se le entregó un soborno de un millón de dólares para otorgarle un contrato de software a la empresa estadounidense Hewlet Packard es la habilidad de investigación de los legisladores que integran una comisión para investigar prácticas corruptas en la paraestatal. El problema es que la pesquisa incluye a Oceanografía, caso al se le está dando prioridad. Como recordará usted, el escandalo nos llegó otra vez desde Estados Unidos, señalando que la firma habría obtenido 2.1 millones de dólares de ganancias ilícitas con la entrega del ilícito.

 

Alfa con Pemex

Frustrada la posibilidad en anteriores sexenios, en la coyuntura de la Reforma Energética el Grupo Alfa de Monterrey analiza la posibilidad de una alianza con Petróleos Mexicanos para explotar algunos de los complejos petroquímicos de la paraestatal, o abrir unos nuevos. De hecho, se habla de que el conglomerado podría desinvertir en sus negocios de gas natural en Texas, para traer el capital al país.

jakysahagun

mayo 27, 2014

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