Periodistas
-Condiciones laborales
Mecanismo de protección a periodistas falla y sus deficiencias no son atendidas: defensores
Animal Político
Tania L. Montalvo
27 de marzo de 2014
A casi dos años de su creación, el Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas no ha sido capaz de salvaguardar la integridad de quiénes debería proteger, acusaron organizaciones civiles.
En conferencia de prensa señalaron a Lia Limon, subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, como responsable de la actual crisis del Mecanismo, en la que al menos el 70% de las solicitudes presentadas no han sido atendidas.
Insistieron en que los problemas del Mecanismo no iniciaron el 15 de marzo pasado tras la renuncia del funcionario a cargo, Juan Carlos Gutiérrez Contreras, pues desde junio pasado se presentó un diagnóstico sobre las deficiencias que no fueron atendidas.
Las organizaciones acusaron que los 263 millones de pesos destinados al Mecanismo no se ejercen para proteger a periodistas y defensores y emitieron un nuevo comunicado exigiendo acciones para mejorar su funcionamiento.
Mecanismo de protección a periodistas: deficiencias y poca atención de autoridades
Animal Político
Tania L. Montalvo
28 de marzo de 2014
La instancia creada por el Estado mexicano hace casi dos años para salvaguardar la integridad de los defensores de derechos humanos y periodistas ha fallado en su objetivo por diversas deficiencias que aunque han sido identificadas por la sociedad civil, la Secretaría de Gobernación se ha negado a atender y resolver, según organizaciones.
En un nuevo llamado para que esa secretaria de Estado garantice el correcto funcionamiento del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, organizaciones de la sociedad civil enlistaron este jueves en conferencia de prensa algunas de las deficiencias de operación con las que el gobierno mexicano pone en riesgo la integridad de miembros de medios de comunicación y activistas.
-La falta de una metodología de análisis de riesgo que no ha terminado de construirse por los cambios constantes en el cuestionario para aplicarla.
-No existe una Unidad de Prevención, Seguimiento y Análisis, una unidad que el Mecanismo está obligado por ley a construir para prevenir que más activistas y periodistas sean agredidos.
-Como consecuencia, no se ha avanzado en la creación de una política pública preventiva en las agresiones a defensores de derechos humanos y periodistas.
-La falta de ejecución de un fideicomiso de 263.9 millones de pesos —creado para la protección de periodistas y defensores que se acerquen al Mecanismo—, por ausencia de reglas de operación.
-No existe, aunque la ley obliga, un Plan Anual de trabajo del Mecanismo.
-La incorrecta “ingeniería administrativa” de 18 plazas disponibles para funcionarios que realicen análisis de riesgo, sólo se cuenta con cuatro.
-La falta de un Informe Anual de Actividades de parte del Coordinador Ejecutivo del Mecanismo que se debe presentar ante la Junta de Gobierno, por lo que no hay rendición de cuentas sobre el funcionamiento del Mecanismo.
-No existe un plan sobre cómo responder en todo momento la línea de emergencia dedicada a recibir los reportes de agresiones.
-Quedan sin efecto las capacitaciones en la materia, pues en el último año, diez funcionarios han desertado de su labor dentro del Mecanismo.
-El alcance del Mecanismo queda “disminuido” ante la falta de continuidad de un equipo de trabajo.
En conferencia de prensa, representantes de la Casa de Periodistas, Propuesta Cívica, Artículo 19, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, la Misión para el Migrante y la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos y Todas dijeron este jueves que detrás de la crisis en el Mecanismo, derivada de la falta de atención a esas deficiencias entregadas a Gobernación en junio de 2013 a través de un diagnóstico, está la Subsecretaría de Derechos Humanos de Gobernación, Lía Limón.
“Al día de hoy los periodistas y defensores de derechos humanos están en un estado de vulnerabilidad más grave. Hoy la violencia crece y a pesar de tener una respuesta simulada del Estado nuestra vulnerabilidad es más grande. La política de derechos humanos del gobierno federal en esta materia es inconexa, ineficaz y prácticamente inexistente”, dijo Darío Ramírez de la organización Artículo 19.
El defensor de periodistas y de la libertad de expresión también acusó “falta de voluntad por parte del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para asumir los compromisos que la ley de Protección a Periodistas y el mecanismo le obligan”.
Leticia Gutiérrez de la Misión para el Migrante denunció que de seis casos de defensores de derechos de personas migrantes que se acercaron al Mecanismo, en tres se recibió atención un año después de hecha la solicitud y que en uno más, en el que el afectado tuvo que vivir desplazado ante las amenazas y agresiones, nunca se recibió respuesta.
A ese escenario se suma que actualmente el Mecanismo no tiene una “cabeza visible” o un encargado que se haga responsable de la operación y de dar continuidad a los casos de aquellos que ya han recibido algún tipo de apoyo, pues el 15 de marzo renunció el titular de la Unidad para la Promoción y Defensa de Derechos Humanos de Gobernación, Juan Carlos Gutiérrez Contreras.
“No es que el Mecanismo tenga un problemita por acá y otro por allá, hay un problema de funcionamiento estructural que no se está atendiendo. Pero que junto con ese problema de funcionamiento es la falta de respaldo de la Secretaría de Gobernación y en última instancia del presidente (Enrique) Peña Nieto”, dijo Edgar Cortez, integrante del Consejo Consultivo del Mecanismo y miembro del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
Los defensores dijeron que pese a tener este panorama confían en que el Mecanismo puede funcionar y ser una herramienta útil en la protección de activistas y periodistas, sin embargo, “por negligencia, omisión o falta de voluntad, el gobierno lo lleva al naufragio”.
25 años de Razones: he intentado adaptar el nuevo periodismo a mi estilo
Excélsior
Ivonne Melgar
28 de marzo del 2014
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de marzo.- Jorge Fernández Menéndez tiene 25 años con su columna Razones. Con el tiempo, ha decidido desahogarla siempre en las primeras horas del día. Su redacción, cuenta, le toma en promedio una hora.
Le preguntamos si sufre al escribir. Responde que de ninguna manera, que se trata de un momento de gozo en el que la prioridad es explicarle a la gente el porqué de las decisiones del poder, de los poderes.
Conductor de un noticiario vespertino en Grupo Imagen Multimedia y de otro nocturno en Canal 40, el columnista sostiene que ahora el periodismo sólo puede entenderse desde un ejercicio multimedia.
De las diversas transiciones que ha atestiguado, subraya lo disfrutable que fue la del año 2000 y la relevancia del debate político que entrañó la elección presidencial en 2006.
En entrevista, Fernández Menéndez asegura que hoy el oficio se encuentra presionado por poderes fácticos, pero rechaza que exista censura.
Y desde la experiencia de desmenuzar al poder, revisa los estilos personales que, en el trato con la prensa, han marcado los últimos cinco sexenios, de los que él ha dado cuenta.
Trato con cinco presidentes
“El presidente Salinas era un hombre muy cercano con los medios de comunicación, él se acercaba directamente a periodistas para ir, opinar, debatir, transmitir información. Era fantástica su capacidad para comunicar, más allá de los juicios políticos que se puedan hacer. Zedillo era un hombre muy lejano hacia los medios, no le gustaban y fuimos muy pocos los periodistas que tuvimos contacto con él, pero tenía alrededor tres o cuatro personas que sabían hacer bien esa labor: un Liébano Sáenz o un Diódoro Carrasco, en la Secretaría de Gobernación.
“Vicente Fox y Marta Sahagún, en la campaña del año 2000, eran una maravilla y cuando uno quería saber algo, la comunicación con él, como Presidente, era muy sencilla, directa y bastante abierta. Felipe Calderón se acerca más al modelo de Zedillo, aunque sin esos niveles de distancia, porque se reunía regularmente con comunicadores de todos los grupos, pero era un hombre al que le costaba su relación directa con los medios. Sin embargo, no tuvo un buen equipo que comunicara alrededor suyo. Era muy escaso, muy solo y dependía mucho de la comunicación con él.
“Creo que con el presidente Peña Nieto la comunicación es tradicionalmente priista, es mucho más mexiquense, es de entendidos, de mensajes mucho más cortos.”
Las razones cabronas
Publicada por primera ocasión en unomásuno el 19 de marzo de 1989, Razones también fue parte de las páginas de opinión de los diarios El Financiero y Milenio.
Fernández Menéndez comparte que sus referentes fueron las columnas de Miguel Ángel Granados Chapa y de Manuel Buendía. Un balance entre información y análisis, algo diferente a la tradición de textos convertidos en espacios de mensajes y chismes de los protagonistas del poder.
Recuerda como grandes momentos de su oficio el clima civilizado que caracterizó las elecciones de 2000 y la intensidad de 1994 y 1995 por los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu, la crisis económica y las investigaciones de Pablo Chapa Bezanilla. “Fue un periodo muy importante. Ahí comencé a publicar libros y me concentré más en el tema de narcotráfico”, detalla.
—¿La columna política es un género para comprender al poder, interpretarlo o para presionarlo?
—“Quizá es parte de todo eso. Una verdadera columna tiene que ser para explicarle a la gente lo que está sucediendo de verdad. Si el poder se siente presionado, qué pena o qué bueno. Si se siente interpretado, qué pena o qué bueno. Lo importante es que la columna tiene que ser muy clara.
“Respeto las columnas a la antigüita —que todavía siguen existiendo— de que comentas algo para que fulano interprete lo que le quieren decir desde otro lugar. Lo que yo siempre he tratado de hacer es que la columna sea absolutamente clara para que la entiendan fulano, sutano, el lector, sin mensajes subliminales.
“Tienen que ser claras y transparentes en lo que se quiere decir. Y que el lector no tenga que andar adivinando si es el Presidente el que le quiere hablar al líder de la oposición, o al revés. Trato de no adjetivar, sino de exponer razones y hechos. Y si tú te basas en trabajar con hechos, aunque sean muy duros y las razones muy cabronas, me parece que hay un respeto de los ámbitos del poder.”
Las presiones
Por supuesto que existen las presiones, admite. Pero aclara que éstas no han provenido de gobiernos federales, sí de autoridades estatales y del crimen organizado.
De su acercamiento al narcotráfico, explica que se da bajo la claridad de que se trata de un factor de poder.
“Mi columna quiere explicar lo que sucede en el poder y a éste yo lo entiendo en el gobierno, los partidos políticos, las empresas y la Iglesia. Y lo que hice fue agregar el poder del crimen organizado”, explica.
Autor del libro Narcotráfico y poder —entre una decena de títulos—, aclara que no le interesa el aspecto policiaco del tema, sino los efectos de los grupos delincuenciales como una expresión de las luchas por el poder.
De la relación directa que ahora se tiene con los lectores a través de las redes sociales y del intercambio de comentarios en los sitios de internet, comenta: “está el tema muy sano de la retroalimentación de los lectores y algo que me parece muy negativo, una suerte de militancia donde alguien te insulta por algo que ni siquiera dijiste (…) Creo que eso comenzó en 2006, fue el momento más agudo, en la campaña presidencial, y se mantiene”.
Iniciado en el diarismo y ahora comunicador en medios electrónicos, plantea que el papel de la prensa escrita en el periodismo sigue siendo fundamental.
“Creo que alguien que no sabe escribir hace mal la radio y mal la televisión, porque escribir es poner tus ideas en negro sobre blanco, que salgan publicadas y queden para las hemerotecas. En televisión y en radio las cosas son diferentes, por la inmediatez. Creo que el periodismo actual es multimedia. Nos tenemos que educar para escribir muy bien, para hacer buena radio y buena televisión. Si no sabemos hacer las tres cosas vamos a estar cojos.”
Voraz lector, melómano plural, al día con las novedades literarias, cinematográficas y de cualquier tendencia global de las expresiones artísticas, Fernández Menéndez sostiene que el periodismo exige “estar inmersos en la cultura de la época”.
De lo contrario, las limitaciones se imponen, advierte, porque no basta la intuición para escribir del mundo en el que estamos.
“Y con los políticos ocurre lo mismo”, señala.
Relata su experiencia en el trato con el general Enrique Cervantes, secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Ernesto Zedillo, quien en su primer encuentro lo invitó a conversar sobre la coyuntura en Chiapas, pero el tema sólo les ocupó 15 minutos, porque durante la hora previa platicaron de un gusto común: el jazz.
“Eso hace la diferencia entre un político que tiene una visión global y quien carece de ella.”
Las fuentes, las columnas memorables
Habla de la importancia del cultivo de fuentes. “Son fundamentales. Intento ser hijo del nuevo periodismo. Y lo he tratado de adaptar a mi estilo. Y sin fuentes no se puede hacer periodismo, pero en la lógica del nuevo periodismo, lo que éstas te dicen no es para transmitirse automáticamente, sino que tienes una relación de cercanía y distancia.
“Tengo la idea de que uno nunca traiciona a sus fuentes. Y lo que es off de record es eso. Y si vas a sentirte tentado de escribirlo, mejor no lo escuches. He tenido la suerte de cultivar fuentes y relaciones en todos los partidos, se llamen Cuauhtémoc Cárdenas, Carlos Salinas o Felipe Calderón, porque creo que si tú los respetas a ellos, ellos te respetan a ti. Una relación profesional sobre el entendido de que nunca actuarás como una marioneta de tus fuentes”, define.
Se le pregunta si hay columnas significativas. Habla de los textos en que abordó el caso de los narcojuniors en Tijuana, tema que también desarrolló Jesús Blancornelas.
“Y una mañana me desperté con el atentado que él (Jesús Blancornelas) había sufrido y con la llamada de un altísimo funcionario que me decía que por eso habían atentado en su contra”, recuerda.
Se refiere a las reacciones que generó en grupos criminales la investigación de los nexos entre el narco y el asesinato de Colosio.
Y destaca como una de sus indagaciones preferidas la de la muerte de Eugenio Garza Sada, donde demostró que el gobierno de Luis Echeverría estuvo involucrado.
“Me gustó haber discutido tanto con Andrés Manuel López Obrador en 2006. Para mí fue muy importante, era un debate de principios porque vengo de una historia familiar de izquierda”, comparte.
Enumera otros temas polémicos revisados en Razones y que desataron ámpulas: el poder de los Tecos, los grupos de ultraderecha y la muerte de Manuel Buendía, y el autoatentado del gobernador José Murat, en Oaxaca.
La censura, los poderes fácticos
“He tenido presiones, he tenido debates, he tenido apoyo y falta de apoyo, pero también he tenido la enorme suerte de no enfrentarme con temas de censura directa, que por otra parte son muy escasos en esta época.
“Creo que en muchas ocasiones en nuestra labor son más nuestras limitaciones, o autocensuras, las que operan, más que las estructuras de censura reales, salvo el tema de poderes fácticos que sí operan, sí presionan y sí limitan la actividad del periodista, sobre todo en los estados”, resume.
Sostiene que atrás quedó la época en que se pretendía clasificar a los informadores entre progobiernistas y antigobiernistas.
“Eso de que no puedes criticar a la Virgen, al Ejército ni al Presidente, a mí me tocó vivirlo. Y tuve debates intensos por esos temas, sobre todo por la Virgen”, rememora en alusión al escándalo que en los años 80 desató una exposición que incluía la imagen de la Guadalupana fusionada con Marilyn Monroe.
“Todo eso ocurre y cuenta mucho menos. Eso de ser gobiernista o antigobiernista tampoco importa. Uno debe tener causas y objetivos y trabajar por ellos. Si tienes que apoyar, lo haces, y si debes criticar, criticas.
“Ahora sí creo que hay poderes fácticos mucho más duros. Me refiero al crimen organizado, la Iglesia católica, grupos empresariales que determinan muchas cosas en el ámbito de la información. Creo que esos son más rudos y juegan más rudo”, alerta.
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