08 de julio de 2010
Cuando fue asesinado el candidato el PRI al gobierno de Tamaulipas, el presidente Calderón dijo, con razón, que el desafío criminal ameritaba una respuesta unísona de todos los actores políticos del país. La respuesta de los principales opositores fue “no”. Privilegiaron sus agravios personales por encima del bien común, es cierto, pero también lo es que la falta de convocatoria del jefe de Estado mexicano ha sido ganada a pulso. El nombramiento de Mony de Swaan como nuevo miembro y presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) lo demuestra.
La Cofetel es, ni más ni menos, el órgano técnico que otorga o niega concesiones y licitaciones a las poderosas empresas de la telecomunicación en México. De esta comisión depende la regulación de las industrias de telefonía, televisión, radio e internet. Durante décadas el presidente de la república absorbió esas facultades por lo que la libertad de expresión en México estaba condicionada a las directrices del Poder Ejecutivo. El mandatario decidía quién podía o no hacer negocio con la información.
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