ÁLVARO DELGADO
MEXICO, DF, 16 de noviembre (apro).- Si Felipe Calderón quiere encontrar una de las profusas razones para el repudio en forma de rechifla masiva que recibió la noche del miércoles 11, en la inauguración del estadio del equipo Santos –y que marca el fin de su aventura tan costosa para México–, sólo tiene que ordenar a uno de sus ujieres que le entregue copia del más reciente dato del desempleo en el país.
Nota Completa:
http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=73983
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