El pozo de los deseos reprimidos
Álvaro Cueva
Hablemos de televisión desde tres perspectivas.
TELEVISIÓN ABIERTA
Qué indefenso está el pobre público de la televisión abierta nacional.
Por un lado, el viernes le cortaron “Pasión de gavilanes”, una de las mejores telenovelas del mundo. ¿Y quién se quejó? Nadie. ¿Y quién puede hacer algo? Nadie.
Y, por el otro, no sólo lo obligan a ver aberraciones como la nueva versión de “Corazón salvaje” (Regina, de monja, justifica el protestantismo), ¿ya vio lo que está pasando con “Hasta que el dinero nos separe”?
Es preocupante porque, al igual que con otras producciones, es un fenómeno que nos habla de prepotencia, de falta de respeto hacia la figura del escritor original y de irresponsabilidad.
Nota Completa:
http://impreso.milenio.com/node/8670373
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