Y no entiendo bien por qué: todo juega en su contra, pero ahí va, con resistencia de virus mutante.
El nuevo impuesto que se pretende cobrar a los servicios de telecomunicaciones (si es aprobado) es sólo un eslabón más en la cadena de desprecio que se tiene hacia nuestra incorporación a la Sociedad del Conocimiento.
O tal vez más que de desprecio, de ignorancia.
O ambos.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que derivaron de cumbres diversas impulsadas desde Naciones Unidas, tienen como uno de los puntos que “en colaboración con el sector privado, los gobiernos velarán para que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular los de las tecnologías de la información y de las comunicaciones”.
Como siempre, el problema está en la vaguedad del planteamiento: velarán puede significar todo o nada.
Y cuando las prioridades son otras, “velar” para que algo se “pueda” cumplir es retórica que salva el pellejo.
En algunos tomadores de decisión sigue prevaleciendo la mentalidad de que internet genérico de los muchos servicios de telecomunicaciones a que tenemos acceso hoy es un producto de lujo para los niveles socioeconómicos elevados; en resumen, “asunto de unos pocos”.
NOta completa:
http://mx.news.yahoo.com/s/12102009/90/n-mexico-garrotazos-matemos-internauta.html
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