Ricardo Bucio Mújica / Secretario Técnico de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
El Universal
Todas y todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos. El principio de igualdad y el derecho a la no discriminación —que prohíbe cualquier tipo de norma, expresión o conducta que tengan por objeto o efecto la desigualdad de trato y de oportunidades— son la columna vertebral del andamiaje jurídico y ético de derechos humanos a nivel internacional, nacional y local. Por ello están expresados en el artículo primero de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el artículo primero de la Constitución Mexicana.
La igualdad es compleja, pues todas y todos somos iguales ante la ley, pero somos desiguales a partir de una enorme serie de factores simbólicos y materiales, de condiciones o circunstancias personales, de adscripción y de pertenencia territorial, de historia, de creencias, de opciones. Todas esas diferencias no pueden ser motivo para que el reconocimiento como sujetos de derechos y la posibilidad de ejercerlos sean restringidos de ninguna forma.
Nota completa en: http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/44242.html
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