Por Carlos Sesma Mauleón / Grupo Milenio
Es incontrovertible que la revolución digital es un factor excepcional de progreso y que la tecnología ocupa un papel fundamental en el bienestar de las personas, pero lo es también considerar que es necesario acatar el marco jurídico aplicable, aun y cuando éste progrese más lentamente que la tecnología.
Por ello, en virtud de los cambios tan dinámicos y acelerados que se dan en el ámbito de la tecnología, se tendrá que explorar la manera en que el marco jurídico se adecue a todos estos cambios de manera eficaz y rápida, pero en todo momento, entre tanto, debemos apegarnos al marco legal vigente.
Nota completa en: http://impreso.milenio.com/node/8577591
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