Por Anahi Rama y Miguel Gutiérrez
El Universal
El jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, dijo ayer que de llegar a la Presidencia en 2012 gobernará con firmes ideas de izquierda y no de centro para tratar de cerrar la brecha entre ricos y pobres, poniendo límites a poderosas empresas.
El mandatario agregó que un gobierno del Partido de la Revolución Democrática (PRD) limitaría al enorme poder que tienen empresarios como Carlos Slim o influyentes grupos de medios como Televisa.
“Los grandes conglomerados económicos que se han fortalecido en México son capaces de vetar decisiones, promover decisiones en el Congreso y en el gobierno (…) Yo diría que hay que limitarlos de manera muy importante”, manifestó.
Slim, el tercer hombre más rico del mundo según la revista Forbes, es a menudo acusado por compañías rivales de prácticas monopólicas. Sin embargo, los intentos de reguladores por frenar su poder en el mercado han naufragado en los tribunales.
Y Televisa, el mayor grupo de medios en español del mundo, suele ser culpado por el partido político de Ebrard Casaubón de manipular la información a favor de sus intereses.
El jefe de Gobierno dijo que su meta, de llegar a la Presidencia, será acabar con los desequilibrios que se reflejan en el ingreso per cápita anual de la capital de 13 mil dólares, frente a los 800 dólares del estado sureño de Oaxaca. “Tú no puedes tener una izquierda demasiado centrista porque entonces no vas a representar al resto del país”, manifestó Ebrard Casaubón.
“Esta idea de que lo moderno es ser nice y acordar todo porque eso es lo bueno, también tiene sus límites porque ¿a quién acabas representando?”, se preguntó el jefe de Gobierno.
Recordó que en Latinoamérica surgieron en la última década varios gobiernos de centroizquierda, como el de Brasil y Chile, que son considerados más moderados en sus políticas económicas y exteriores.
México, un fuerte exportador de petróleo y con 107 millones de habitantes, se encuentra entre las 15 principales economías del mundo; sin embargo, es uno de los países con peor distribución del ingreso, según organismos internacionales.
El PRD gobierna la capital y cinco estados, pero nunca ha logrado llegar a la Presidencia.
Contra Peña Nieto
Ebrard, de 49 años, gobierna desde 2006 una ciudad con cerca de 20 millones de habitantes en su área metropolitana, dijo que la Presidencia de 2012 podría definirse entre él y el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto.
El gobernador, del otrora poderoso PRI, que dirigió México por 71 años hasta que perdió la Presidencia en 2000, es considerado por encuestas como uno de los posibles sucesores de Calderón junto con Ebrard.
“Hay muchos escenarios (para las elecciones de 2012). Ese puede ser uno de ellos”, indicó Ebrard, aunque aclaró que sus aspiraciones dependerán del resultado de su gestión en la conflictiva capital, y de que su partido supere conflictos internos.
Aunque la izquierda gobierna la capital desde 1997, el partido deberá recuperarse del conflicto interno en el que quedó sumido tras la elección de su jefe el año pasado y de las críticas que recibió luego de que su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, en 2006 paralizara la ciudad de México por más de un mes por su derrota.
Ebrard, un hombre alto y de ojos claros, ha enfrentado episodios de abusos policiales que dejaron 12 jóvenes muertos en la discoteca New´s Divine, en la Gustavo A. Madero, el año pasado e impulsado medidas que van desde legalizar el aborto en la capital hasta instalar playas artificiales y pistas de hielo para las clases más pobres.
Tanto Ebrard como Peña se encuentran enfrascados en una carrera de obras públicas y mantienen una alta presencia en los medios de comunicación. “Yo siempre digo, ¿porqué no (ser candidato)? Dependiendo del trabajo que hagamos, de los resultados que tengamos”, recalcó Ebrard, quien ordenó la paralización de la ciudad por casi 10 días, hasta el 5 de mayo, para contener un brote de influenza que mató a más de 64 personas en el país, sobre todo en la capital.
Subrayó que de llegar a la Presidencia podría continuar utilizando al Ejército para combatir al narcotráfico, pero sólo de manera eventual. (Reporte adicional de Alistair Bell)
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