La libertad de expresión en México, sobre todo la que ha emanado de un periodismo socialmente comprometido, está siendo ahogada en un baño de sangre. No es nada nuevo. A casi 25 años del terrible asesinato del columnista Manuel Buendía (30 de mayo de 1984), acto calificado por los especialistas como “un crimen de Estado”, la impunidad sigue campeando en nuestro país.
Nota completa: http://www.informador.com.mx/jalisco/2008/56916/6/tinta-de-sangre-quien-asesino-al-periodista.htm
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